La gente sigue preguntándome cómo sé que eres mi amor verdadero(SPOKEN WORD)

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¿Crees en las almas gemelas? ¿Crees en el destino?

¿Crees en esa personita que hay al otro lado del hilo rojo que tienes atado al dedo meñique? Indica tu otra mitad.

"Ella es la de verdad" "Estamos hechos el uno para el otro" dicen las parejas cogidas del brazo mirándose intensamente a los ojos, sabiéndose afortunados de compartir ese sentimiento.

Déjate llevar, déjate arrastrar por el romanticismo y baja las luces de tu intelecto: tienes un hilo rojo que te conecta con la persona a la cual estás destinado.

Nadie sabe el cómo ni el porqué pero cuando naciste te dieron un nombre. Te dieron un nombre y la buena suerte. La buena suerte en tu viaje en busca de quién descongelará tu corazón, quién hará sonar las campanas de victoria y te dirá "Te quiero" queriendo.

Pero, siguiendo el camino de baldosas rojas puede que no te encuentres con ningún amigo de hojalata o un león que te proteja. Con lo que sí que te toparás será con la bruja del Norte, que te irá lanzando falsos amores.

Y los llamo falsos porque no son como ÉSE. Con mayúsculas.

Y les llamo falsos porque en un momento determinado se irán y te dejarán sin nada, habiendo sido antes tanto.

Y los llamo falsos porque, aunque creas haber encontrado el final del hilo, no son más que otro nudo. Un nudo que te atraganta la garganta. Un nudo que te enreda las ideas. Un nudo que te desgasta el alma.

Nudos que anudan tu desnuda alma.

Pero vamos al mundo real y salgamos de esos cuentos de hadas, en los que aparece el príncipe azul y la princesa pidiendo ser rescatada de su aburrida torre. Porque el mundo gira, gira, gira y gira.

Tú acabarás mareado, hasta arriba de imposibles que no puedes cumplir, vomitando mil mariposas muertas y con el hilo tan enredado que pensarás que ya estará roto. Porque, lo único azul del príncipe son los ojos y; la princesa, si es que necesita ayuda en su rescate, es porque alguien la ha encerrado ahí primero.

Es que si lo piensas seriamente no tiene sentido. Como podemos tener un hilo que, dicen que es de muy fino pero, de un material tan fuerte como para aguantar las embestidas del mundo. Porque el mundo tira, y tira y empuja muy fuerte de un lado a otro. Por mucho que tú quieras luchar contra el destino, si a las fuerzas de allá arriba se les mete entre ceja y ceja llevarte la contraria, no lo conseguirás. El destino te hará zozobrar como un barco en una enorme corriente y, tú tampoco ayudas.

Porque tú también empujas, vas para el lado contrario que te marca tu hilo y te metes en callejones estrechos, tan estrechos que te asfixias y enganchas el hilo. A veces, intentarás cortarlo. Estás harto de tener una conexión con algo que no llega, un tirón continuo que te recuerda tu misión sin conseguir, tu meta inalcanzable. Y entonces sacas las tijera y miras ese surco rojo que va hasta el infinito y; siendo consciente de que, aunque estuvieras contando toda tu vida jamás llegarías a ese último número prometido, querrás cortarlo.

¿Y qué pasa cuando lo cortas?¿Acaso a tu alma gemela se le cae el mundo en trozos, acaso rompe a llorar mirando al fin ese final del extremo que, deshilachado le grita sin palabras que estará incompleto por el resto de su vida?

Es que no tiene sentido.

Si ese hilo existiera habría de todos los tamaños, formas y colores. Cualquiera que caminara por la calle se maravillaría ante el precioso tapiz que nosotros, con cada uno de nuestros pasos estamos tejiendo en la vida.

Habría hilos del color del arcoíris, hilos que unen a más de dos personas, a personas que son, o no, del mismo sexo o sin sexo alguno. Habría personas con el hilo roto y, sin estar demasiado preocupadas por ello. Porque habría también hilos invisibles y de estos que creamos nosotros solos al sacar una cuerdecilla del bolsillo y atar los meñiques de ti y de la persona que está siempre a tu lado.

¿Pero quién los une, quién los ata y desata, quién los teje y rompe, quién los alarga?

En el remoto caso de que un hilo uniera mi mano a otra, ni lo miraría. Prefiero fiarme de mis instintos, mis ojos y esas estúpidas pero maravillosas mariposas antes de ese trozo de cuerda.

Porque las cuerdas atan y yo te quiero libre, porque si no eres el otro extremo el camino no merece la pena. Porque el título de alma gemela solo se lo merece la persona que lleve tu nombre y apellidos y que comparta tu ADN. Porque no quiero pasarme la vida buscándote, quiero que busquemos a la vida de la mano y la matemos a palos por lo mala que ha sido. O si lo prefieres, que nos sentemos tranquilamente a admirar su belleza.

Eso sí, te digo que si las cuerdas de mis venas y el hilo de mi dedo coinciden en objetivo, daré un tirón bien fuerte y uniré nuestra almas. Que no necesito un letrero que me diga dónde estás, que tú sonrisa brilla lo suficiente y que siempre te elegiría a ti por encima de todos. Que aunque ya sé que hacemos una muy buena pareja, tampoco está mal un indicador de que incluso el destino nos shippea.



*Hey, Especial de San Valentín. Que aunque debería demostrarse el amor todos los días, solo se recuerda hoy, ¡Feliz San Valentín a todos de parte de vuestra siempre admiradora secreta! Que hoy sea el día del amor, del amor de todos los tipos. :)*

CUADERNO DE BITÁCORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora