Mi amado abecedario (SPOKEN WORD)

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A de Amor. Amor que viene para quedarse, sin equipaje extra y preparado para crear souvenirs contigo en vez de regalárselos a otra. Unas rosas con espinas de goma en medio de un estanque de aguas cristalinas mientras un pájaro gorgojea que la primavera ha llegado.

¿Quién diría que es una estupidez el amor cuando te duelen las mejillas de tanto sonreír?¿Quién protestaría si sus labios le escuecen de tanto pasearlos?¿Quién se manifestaría contra él teniendo un eslogan tan pegadizo? Porque Love is Love y yo amo. Tú amas. Nosotros amamos. Conjugar es fácil cuando nuestros corazones van conjuntados.

B de Bailar. Bailar con tu abuela en una boda. Manos con surcos que dictan el camino de tus pasos(de baile) y que te enseñan el compás de otro tiempo. 

Ese bailecito sin sentido que haces con tus primos pequeños. Meneo por allí, meneo por allá, un poco de cadera y vuelta a empezar. Risas como melodía y la diversión ahogando la música. ¿Quién necesita un ritmo cuando ya tienes un corazón que te dirige cual experimentado director de orquesta? 

Baile frenético en una verbena cualquiera. Los saltos descompasados y la poca apreciación ante la sincronía. Gritos que corean un himno y una letras que acabamos de aprender pero que nos parece haber llevado dentro desde nuestra llegada al mundo. Las canciones se confunden unas con otras haciendo de la velada un disco ininterrumpido que resume tu vida entera. Deslizarse por la pista domo en sueños utilizando tus movimientos como palabras sin demasiado sentido.

C de Chocolate. Chocolate con leche, negro, blanco y cualquier cosa intermedia o derivada. C de Cenas familiares. Ellas y sus bromas privadas, su sentimiento de pertenencia y la bondad de aquellos con los que compartes mesa. Porque a pesar de todo, no todos son malos. 

No vas a perdonar lo que algunos te han hecho porque tú no elegiste la sangre con la que naciste y no por eso tienes que amarles si su maldad es más grande que tus ganas de perdonar. Eso sí, hay familiares que te quieren. Que no aprueban los comentarios de Tía Pepa ni las bromas homofóbicas del abuelo ni el odio en la voz del que preside la mesa. 

C de campamentos. Una isla de diversión en medio del ya perfecto verano. Una o dos semanas en la que tú eres tu mejor versión y vives en un Carpe Diem contínuo. Brindo con mi vaso imaginario por todos esos amigos  que hice en una semana cualquiera de julio  y que he visto una sola otra vez o ninguna. Mi versión bronceada y la de en medio de los exámenes escolares, blanca como el papel de los libros que estudia, os ama. Hip hip hurra.

D de Dime algo que no sepa. Sorpresas y nueva información. De una clase con un profesor que le gusta lo que explica y que transmite lo mucho que disfrutó aprendiéndolo. D de #Datocurioso, esa historia que te cuenta tu abuelita del año cataplún pero con la que te sientes tan identificada.

E de emotis. Emoticonos sacando la lengua, la caca sonriente, la cara insinuante y la lunita. Una mención especial al tornado y al corazón verde. Sé que puede parecer que el segundo se lo envío a medio mundo pero os aseguro que la otra mitad ni recibe un mensaje mío. Así que, sentiros orgullosos.

E de Erizo. Mi animal. 

E de Escribir. Volcar mi sangr en un papel pero no necesitar ni una tirita. Ideas efervescentes que me mantienen despierta toda la noche. Porque la madrugada es de los escritores. La madrugada es nuestra y la esencia de la noche está presente en nuestra oscura tinta haciendo sombra a la pureza del folio.

Reírse cuando la gente dice que no es un trabajo de verdad. Tal y como leí en un sitio que ya he olvidado de cuyo nombre no quiero acordarme: "Por mucho que cueste, a un médico se le puede decir cómo ejercer su oficio pero, ¿de qué manera se le puede enseñar a alguien como crear un mundo original de la nada?". Llamadnos cirujanos, tratamos de implantar en el corazón de nuestros pacientes nuestras historias con tan solo un bisturí poco afilado. Llamadnos trotamundos, intentamos hacer conocidas correrías que solo hemos vivido en nuestra imaginación.

CUADERNO DE BITÁCORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora