Capítulo 2

1.2K 131 7
                                    


Decido dejar la visita de Patrick para el final y concentrarme primero en las preguntas que me hace la policía para después ver a Tara y Aiden. Es un nuevo día y luego de haber pasado una noche de mierda, mi cerebro está hecho papilla y el dolor de cabeza es infernal. ¿Cuánto dolor puede soportar el cuerpo humano? La escala del uno al diez sobre cuánto dolor siento, se me quedó corta hace rato e intento bloquear mi pesar físico y emocional, pensando en otra cosa, aunque resulte imposible.

Le pedí a mi madre unas cuantas cosas personales, entre ellas un espejo y, en definitiva, fue mi peor elección. Mi rostro no está tan mal, el hecho de haber estado tanto tiempo inconsciente, ayudó a la recuperación de las heridas. Sin embargo, me cuesta trabajo reconocerme. Es una imagen que quedará por siempre grabada en mi memoria. No estoy muy segura de cuanto tardaré en recuperarme y comienzo a creer que eso será imposible.

El doctor Russell logró pasar por alto las palabras de mi madre con respecto a omitir mis lesiones cuando le pregunté por décima vez. Pude sentir el sonido de mi corazón partirse en millones de pedacitos, el monstruo no solo fracturó dos de mis costillas logrando perforar mi pulmón, causa de estar ocho días en coma, sino que fue más lejos aún. Me apuñaló, al parecer quería matarme a toda costa, mas no le dio al lugar correcto. La parte baja de mi vientre va a guardar una cicatriz y no cualquiera, sino la que me quita el 90% de posibilidades de ser madre algún día.

Siendo honesta, jamás pensé sentir este tipo de dolor emocional por algo en lo que ni siquiera había pensado. Ser madre era algo que apenas me tomé el tiempo de planear alguna vez, pero jamás lo descarté porque como mujer, me encantaría llegar al punto de tener niños para educar y sé que a mi madre le rompió el corazón saber que probablemente no tendría nietos, pero no quiero pensar en esto ahora y aumentar mi dolor. Tengo veintidós años, lo único que quiero es disfrutar de mi juventud, viajar y conocer el mundo; sin duda, esto marca un antes y después en mi vida, no estoy preparada para afrontar todo tan de prisa.

Lloré toda la noche y me cuesta enfocar bien la vista a los dos uniformados que tengo en frente. Me miran como si tuviera un mono bailando sobre mi cabeza. Como me miran todos los demás, es una mezcla de sorpresa y pena por mi situación.

—Entonces…

El oficial calvo y con pocas ganas de ganarse el sueldo, finge anotar algo en su libreta para evitar mirarme.

—Ya les dije todo lo que recuerdo, oficiales. Deseo que atrapen al sujeto más que ustedes y en cuanto algún otro detalle de mi atacante regrese a mi memoria, serán los primeros en saberlo.

Otra vez me siento agotada, pero solo quiero terminar con su tortura de una vez. Ambos detectives asienten de manera efusiva, mientras comparten miradas de alivio puro. Me alegra no ser la única incómoda a la hora de detallar todo lo sucedido. Se ponen de pie tan rápido que una de las sillas se cae en el proceso. El oficial calvo se acerca y me tiende una tarjeta.

—Cualquier detalle que recuerde, no dude en llamarnos. —Le regalo un leve asentimiento y con eso salen por la puerta.

Apenas me da tiempo de soltar un pequeño suspiro de alivio y cansancio, cuando la puerta se abre de nuevo. Esta vez no siento desagrado por otra visita incómoda, literalmente mis ojos se inundan cuando mi mejor amiga y su prometido entran por la puerta.

—Tara… —Mi voz se entrecorta y logra perderse entre mi llanto.

Con lo sensiblera que es mi mejor amiga, no tarda ni dos segundos en abalanzarse con el mayor cuidado sobre mí. Ignoro el dolor de mi cuerpo porque eso realmente pierde importancia cuando tu corazón está feliz. Aiden se toma unos minutos y cuando Tara se levanta, él por fin se acerca con los ojos tan empañados como los míos y me abraza.

—Pensé que perdería a mi hermana.

Su cuerpo se sacude un poco debido a los sollozos y tengo que luchar con todas mis fuerzas para no romperme de la misma forma.

Aiden ha sido más que mi pilar durante estos últimos años. Es mi primo, pero cuando sus padres murieron a causa de un maldito terremoto en Norte América, mi padre no lo pensó dos veces cuando lo adoptó. Aiden tenía quince años y yo trece. Sin embargo, siempre fuimos muy unidos a pesar de vivir en distintos continentes. Jamás me permito olvidar cuando mi padre recibió la peor llamada de su vida, su hermano estaba muerto y su único hijo solo. Recuerdo que Aiden no hablaba de lo sucedido y que solo pudo hacerlo luego de varios años de terapia, pero siempre lo apoyé y cuando le presenté a mi mejor amiga, se volvió loco por ella.

Desde entonces, hemos sido inseparables. Aiden siempre dio lugar para que mi amistad con Tara no cambiara y yo siempre respeté hasta el más mínimo detalle de su relación. Es lo que hacen los hermanos, porque eso es lo que somos. Aiden Lowell dejó de ser mi primo en cuanto se mudó a mi casa para convertirse en mi mayor protector y confidente, para ser mi hermano mayor.

—Tranquilo, estoy aquí —susurro en un intento de consolarlo sin llorar. Es más difícil cuando Tara también se rompe frente a mis ojos.

¿Es que no pueden hacérmelo más fácil?

Tara Wang es la persona más dulce y sensible que conozco, creo que por eso nos llevamos tan bien, porque yo soy lo contrario. No digo que no llore con nada, sino que intento buscar en distintos caminos antes de rendirme.
Tara se mudó cuando tenía cuatro años a Londres, su madre es inglesa, mas su padre es japonés, por lo que tiene unos rasgos asiáticos muy atractivos. Aiden quedó hechizado la primera vez que la vio y me burlé de él durante semanas por eso. Mi hermano es muy apuesto y jamás tuvo problemas para conseguir una cita. Su cabello es rubio ceniza, a diferencia del mío, que es color chocolate; según Aiden, soy la viva imagen de mi madre. Es un halago para mí, puesto que mi madre es hermosa, aun así, intento verme más como yo misma. Cada uno debe encontrar su propia identidad y creo que he forjado muy bien la mía hasta ahora.

Tara, en cambio, es alta con el cabello negro como la noche, su sonrisa es tan amplia que podría partir en dos su rostro. Sus ojos son oscuros y misteriosos. Es una persona tranquila, aunque poco paciente. Le encanta escuchar y es de pocas palabras, pero todos nos hemos acostumbrado a eso. Nunca entendí bien cómo es que Aiden, guapo y muy sociable con las chicas, caería enamorado de nada más y nada menos que de Tara, tímida y poco interesada en los hombres. Mi mejor amiga prefiere mirar películas todo el día antes de salir con un chico, según ella «los hombres no quieren algo serio», por lo que prefiere la ficción antes que la realidad.

Lo recuerdo como si todo hubiera pasado ayer y no hace cinco años.


«Tara entra corriendo a mi habitación como si alguien la persiguiera. Su rostro ya pálido de por sí, parece transparente. La miro a través del espejo esperando una respuesta a su intrusión, pero no llega.

—¿En qué puedo ayudarte, Tara? Como te habrás dado cuenta, aún no sé leer mentes —bromeo con ella mientras la veo caminar de un lado a otro.

—Tu primo me invitó a salir, Em.

En cuanto las palabras abandonan su boca, ambas le ponemos un freno a lo que hacemos. Una sonrisa gigante aparece en mi rostro y que el de mi mejor amiga se tiñe de un color rojo carmesí. La veo voltear los ojos cuando reconoce mi expresión.

—Al fin se atrevió el cobarde…  —Me parto de risa a mitad de mi discurso.

—Qué mala eres, fue tan incómodo.

Mi risa resuena aún más fuerte dentro de las cuatro paredes, sé muy bien que fue incómodo. El pobre Aiden decidió practicar conmigo y lo rechacé de trece formas distintas, mas no es mi culpa, se oía patético en cada petición. Aguanté sus discursos hasta las altas horas de la madrugada, pero cuando por fin me cansé, le dije que Tara se volvería loca con la idea y le diría que sí. Salió a zancadas de mi cuarto hecho una furia, al parecer, soy la peor hermana del mundo por permitir que cuando invite a salir a la “chica de sus sueños” su rostro esté distorsionado por las horribles ojeras. Aiden puede ser más princesa que cualquier chica cuando se lo propone.

—¡Tierra llamando a Emerson! —Tara sacude las manos frente a mí—. Ayúdame a elegir un bonito vestido, por favor.

—Bien, pero, por enésima vez, no me llames por mi nombre completo.

Con otra volteada de ojos, nos dirigimos a mi armario en busca de algo perfecto para su cita».

Desde su primera cita, han sido inseparables y yo no podría elegir a mejores personas para que compartan su felicidad.

Tara se sienta a mi lado con todo su maquillaje corrido, pero no parece importarle mucho eso. Toma mi mano con más cuidado que el de antes y la acerca a su corazón. Aiden hace lo mismo y lucho con todas mis fuerzas para no volver a llorar.

—Creo que si debí quedarme a dormir. —Mi intento de broma solo empeora la situación—. Lo siento

—No te disculpes, yo debí insistir. Me siento como la peor amiga del mundo.

Aiden y yo coincidimos cuando comenzamos a negar con la cabeza, jamás voy a culpar a alguien por mi desgracia, porque lamentablemente la culpa no va a traer justicia.

—Ni siquiera lo digas, Tara. Yo lamento haberlos preocupado así. Nada va a cambiar con lamentos, así que solo prefiero concentrarme en el ahora y tratar de salir adelante.

Ambos me miran como si hubiera perdido la poca cordura que me queda, sé que parece difícil de creer, pero es algo que debo hacer.

—Em, no hagas eso. Si necesitas hablar con un profesional, lo vas a hacer, yo más que nadie sé lo difícil que es encerrarse en su propio dolor. Estoy aquí, ambos lo estamos y sabemos que fue un episodio traumático para ti. No escondas el dolor, porque de esa forma no hay cómo sanarlo.

Aiden termina su discurso y se acerca para depositar un beso en mi cien. No sé por qué, pero en cuanto sus labios entran en contacto con mi piel, me encojo rápido. Él me mira con sorpresa en sus ojos, algo que también veo en la mirada de Tara y que muy seguro proyecto yo también.

—Lo siento, no quise…

—Lo entiendo. Debe ser más que difícil tener a un hombre cerca, pero eso me prueba que de verdad vas a necesitar la ayuda y yo estaré más que dispuesto para todo.

Mi estómago se encoje y mis palmas comienzan a sudar. No puedo esconder más lo que está pasando en mi interior porque creo que no quiero librar esta batalla sola.

—Aiden… —Mi voz se rompe y por fin me permito sollozar de forma libre frente a ellos—. Me violó, Aiden. —Tara comienza a llorar al mismo tiempo que las palabras salen de mi boca y el pecho de mi hermano solo sube y baja de manera anormal—. ¿Cómo haré ahora? Me lastimó de la forma más cruel que puede experimentar una chica, me quitó la posibilidad de ser madre y acabó con mi alma. ¿Cómo arreglo eso?

Las palabras siguen saliendo de mí sin darme cuenta que quedé en decirlas desde que desperté en este maldito hospital.

—Lo siento Em, lo siento tanto. —Aiden aprieta mi mano entre las suyas mientras vuelve a caer en un mar de lágrimas—. Sé que debí ponerlo en práctica antes, pero te juro por mi vida, que jamás van a hacerte daño de nuevo.

Ambos se quedan conmigo hasta que dejo de llorar y caigo rendida en el sueño otra vez. Sé que puedo lograr superar esta mierda, pero mi parte egoísta, la parte más grande de mí, quería escuchar que no voy a estar sola durante ese proceso.

Cuando despierto, ya es de noche y sé que no estoy sola en la habitación. La visita que intenté evitar todo el día, logró evadir mis excusas y yace ante mí. Patrick Levinson y sus penetrantes ojos azules me devuelven la mirada. No logro descifrar lo que pasa por su cabeza y me molesta enormemente, porque antes podía leer sus pensamientos con tan solo ver una mueca en su rostro. Por eso se acabó, porque el hombre sentado frente a mí, pudo ocultar tan bien sus facciones como sus secretos y cuando por fin me di cuenta que ya no era el mismo, decidí dejar de intentar y no se lo tomó nada bien.







Bueno espero que les guste el segundo capítulo. Me tomaré un segundo en decirles que pienso subir un capítulo por semana debido al trabajo, rutina, etc. Es una historia que estoy comenzando a escribir y espero que les esté gustando por ahora.

Siempre se pueden pasar a leer mi primera historia, también disponible aquí en Wattpad. UN PEQUEÑO CAMBIO DE PLANES.

Muchas gracias...x

FIGHTOVE © 《DISPONIBLE EN AMAZON》Where stories live. Discover now