Capítulo 44

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Mis parpados pesan más que de costumbre cuando hago el segundo intento de abrirlos y cuando por fin logro mi objetivo, la poca luz que hay en la habitación se infiltra en mis ojos. El calor de mi cuerpo es casi sofocante y cuando quiero moverme para salir de la cama, el agarre que está en mi cintura se aprieta. Zac murmura algo entre sueños y sonrío, su rostro está semi cubierto por la almohada y los recuerdos de la noche anterior me asaltan por completo. Su cuerpo sobre el mío moviéndose al ritmo del vaivén de sus caderas, sus labios dejando marcas en mi piel y sus palabras con la perfecta combinación de dulzura y suciedad que debo admitir sin un ápice de vergüenza… Me volvió loca.

—¿Bonitos recuerdos? —La voz ronca de Zac me hace enfocar la vista y el calor se concentra en mi rostro—. Podemos repetirlos cuando tú quieras, amor.

Besos húmedos son repartidos en mi mandíbula provocando un leve cosquilleo que me hace reír y aumenta la necesidad de vaciar mi vejiga. Zac se aparta para regalarme una sonrisa aún con sus ojos cerrados por el sueño.

—Debo ir al baño —murmuro rozando nuestros labios.

—Buena idea.

Él se levanta tan rápido que apenas reacciono y sale de la cama para detenerse justo en frente de mí. Completamente desnudo y excitado. Me tiende la mano y la acepto en un gesto dudoso.

—¿Qué pretendes, Zachary? —me burlo y me regala una mirada de fingida furia.

—Pienso estrenar ese elegante jacuzzi. —Pega su cuerpo al mío y reprimo un gemido al sentir el contacto de nuestra piel ardiente—. Nunca lo he hecho en un jacuzzi —susurra en mi oído y un estremecimiento me recorre completa.

Se aparta de mí lo suficiente como para tomar mi mano y guiarme hacia el cuarto de baño. El jacuzzi excesivamente grande yace frente a nosotros y antes de poder moverme siquiera, Zac comienza a preparar nuestro baño matutino. Me hace una señal de que haga mis necesidades, pero con la mirada que le dedico, entiende el mensaje a la perfección y sale de la habitación. Lo amo con locura, pero no dejaré que me vea hacer algo tan íntimo como si lleváramos veinte años de matrimonio. Para ser honesta, si cierro los ojos y visualizo mi futuro, es a Zac a quien veo y eso me enloquece como me asusta a sobremanera.

Es demasiado en tan poco tiempo, pero no siento que sea malo, todo es tan confuso en este punto y lo único que sé es que el chico que acaba de entrar al jacuzzi con su mano extendida hacia mí, es todo lo que más quiero. Espero que sea así para él también.

—Zac, creí que ayer era tu pelea.

El recuerdo de cómo anhelaba que llegara ese día me azotó, estaba entusiasmado por ganarle al contrincante para obtener el dinero suficiente para su coche y en cambio está aquí.

Él baja la mirada levemente, pero se recompone y me rodea la cintura con los brazos. El agua caliente y repleta de burbujas nos llega hasta el pecho y la fricción de nuestra piel húmeda aumenta la temperatura del ambiente en un instante. Sus ojos se ven más oscuros de lo normal y sus labios entreabiertos me invitan a cerrar el espacio que hay entre nosotros. Mis piernas se enredan en sus caderas firmes en el momento en que nuestro beso se intensifica. Siento su mano apretar con suavidad uno de mis senos y no reprimo el gemido de satisfacción que trae su caricia.

—Nada importa más que tú, Em.

Su boca juega con mi pecho y mi espalda se arquea para darle toda la accesibilidad posible.

El hormigueo se presenta en la parte baja de mi vientre justo en el momento en que sus dedos comienzan a torturar la zona que más lo desea. Mis terminaciones nerviosas se contraen alrededor de su toque y lo escucho maldecir en voz baja.

FIGHTOVE © 《DISPONIBLE EN AMAZON》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora