Capítulo 21

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Zac

Ethan me mira con curiosidad mientras me dedico a propinarle bastantes golpes al saco de box. En tres horas es la pelea y me siento bastante calmado al respecto. Es mi mente la que está enloquecida porque una castaña de ojos esmeralda no deja de aparecer.

Sé que fui un completo idiota y un puerco. Estuve sentado en las escaleras de su edificio durante horas esperando por ella y muy tentado a volver. Sus labios sobre los míos son una droga que no debí probar porque lamentablemente siento que ahora soy un puto adicto.

El deseo recorre mis entrañas, sus manos en mi cabello y los pequeños gemidos saliendo de sus labios. Siento que fuego líquido me recorre con solo imaginarla desnuda, pero un beso desató más de lo que esperaba.

Sé que no volverá a hablarme y no la culpo. Es lo mejor para ella, lo mejor para ambos, ¿cierto? No, maldita sea no lo es. ¿Por qué tiene que ser tan terca? Yo jamás le contaría a nadie lo que ella comparta conmigo, pero soy un maldito orgulloso y no sé aceptar cuando estoy cometiendo un error. Fue un error exigirle algo que no estaba lista para compartir y el peor de todos los errores fue sepultar lo que pudo haber sido solo por un momento de furia.

— Amigo, ya estás listo —Ethan me saca de mi estado de zombi boxeador.

— Solo unos minutos más —los golpes que le doy al puto saco de box no cesan y la culpa tampoco.

— No, debes descansar. Este tipo no es tan fácil como los demás.

Ethan me tiende la botella de agua y la acepto. Sé que Norton es complicado, pero lo venceré a su tiempo. Es un tipo grande que no sabe aprovechar su fuerza. Es de los que tira todos los golpes posibles en el primer y segundo round, pero cuando llega al tercero ya está cansado y listo para perder.

— Son dos grandes garantizados, no me preocupa —bebo casi media botella de agua de un trago.

— Emerson te preocupa —mi garganta se cierra y escupo la mitad de lo que tomé.

— Te equivocas, Ethan. Sólo olvida lo que te dije —pido con la voz rasposa.

— Imposible. ¿Sabes quién es mi novia? —exclama—.  En este momento ya está organizando su boda.

— ¿Pero qué les sucede a ustedes dos? No es la primera chica que me tiro desde que ella se fue —suspiro agotado. Mis amigos están locos.

— Exacto, es la primera que no te tiras. Porque no te la has tirado, deja de presumir que sí. Te gusta y eres diferente cerca de ella, a mí no me engañas y a Lisa menos —Ethan habla al mismo tiempo que volteo los ojos de forma dramática. Son tal para cual.

— Nada se les escapa. Como sea ya se acabó. El beso es lo único que hubo y lo único que habrá —sentencio.

— Apuesto por verlo.

Ethan me da la espalda y se pone a organizar nuestras cosas. ¿Acaso no soy claro cuando hablo? No les he dado ningún indicio de que Em sea diferente ante mis ojos. Mierda, ni yo me creo eso. Me encantaría poder tirármela de una puta vez para poder acabar con todo esto, pero ya no soy así y ella tiene la culpa. ¿Por qué es tan complicado? Todo sería más sencillo de esa forma, pero me gusta la maldita exclusividad por más extraño que suene.

No sé porque le cuesta tanto a los hombres de hoy en día estar con una sola mujer. Con Camile fui fiel cada maldito día porque me tenía enganchado hasta la médula, pero cuando se fue, de alguna forma fui libre. Me tiré a todas las chicas que pude, aunque me sentí tan jodidamente vacío por dentro. La necesitaba, la maldita estabilidad que ella me daba no la quise con nadie más… hasta Em.

No quiero involucrarme sentimentalmente con ella, pero no me lo está poniendo fácil. Creo que aún no estoy listo y por más que lo intente no lograré hacerla feliz o simplemente darle el estilo de vida al que está acostumbrada.

Pensar en eso me enferma a sobremanera. ¿Cómo es qué algo tan corriente como el dinero puede afectar tanto en la vida? La mirada de su padre otra vez asalta mi memoria y ese tipo de superioridad con la que me analizó; como si fuera lo más desagradable del mundo solo por estar respirando el mismo y preciado aire que ella. En cambio Em, jamás me miró diferente y es algo que no me puedo sacar de la cabeza. ¿Cómo me puede ver igual que ella si soy un imbécil? No valgo ni la mitad de lo que ella realmente merece y ni aunque tenga todo el dinero del mundo, no podría cambiar eso.

La pelea de hoy me va a dejar buena pasta para poder terminar de pagar mi departamento y en este momento es lo único que me motiva. Llevo tres malditos años ahorrando cada centavo para tener mi propio lugar, iba a ser nuestro, pero Camile no me lo permitió.

Mi tía sabe que pienso irme pronto, pero no tiene ni  idea de que gracias a estas peleas conseguí el dinero que me faltaba. Eso la destrozaría y ya tengo bastantes problemas en mi vida como para lidiar con la furia y decepción de Bridget.

La bodega donde sería la pelea ya estaba a reventar cuando llegamos. Ethan de alguna forma busca donde estacionarse sin quedar lejos de la puerta trasera por la que ingresan los luchadores.

La humedad en el exterior es palpable, se acerca una gran tormenta así que cuanto antes noquee a este idiota, mejor. Al entrar se siente como el aire está cargado de humo cigarrillo entre otros olores asquerosos que ya aprendí a tolerar. Cuando llegamos a los que serían los “vestidores” encontramos  a Lisa esperando pacientemente sentada en una mesa. Ethan se adelanta y con una sonrisa gigante se dispone a besar los labios de su chica.

— Voy  vomitar —bromeo fingiendo una arcada.

— ¿Envidia, Zac? —Lisa ríe de forma escandalosa y volteo los ojos.

— Ni te imaginas.

— ¿Hace mucho esperabas, nena?

Ethan le pasa un brazo sobre los hombros de manera protectora.

— No tanto como ellos.

Lisa hace un gesto para que voltee y cuando lo hago casi me caigo de culo. Em y Garrett. Garrett y Em. Él con una sonrisa extraña y ella con la mirada nerviosa.

Está preciosa como siempre, sus jeans ajustados pueden ser una placentera costumbre ya para mí. Mi mirada la recorre de arriba abajo, su cabello está recogido en una coleta alta y unos cuantos mechones rebeldes se escapan en cada lado y mis ganas de acariciarlos son más fuertes que yo.

Ethan me da un empujón haciéndome reaccionar. Sacudo mis pensamientos mientras me acerco dudando a ella. Por cada paso que doy me siento más feliz de verla de nuevo y a la vez estoy jodidamente enojado.

— Te dije que no podías venir.

Nuevo capítulo ♡ espero que lo disfruten y que tengan un lindo fin de semana ♡ los leo...x

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