Capítulo 22

556 82 13
                                    

Em

— ¿Estás demente? —exclama Tara

— Voy a estar bien, solo será un rato.

— ¿Y qué le voy a decir a tu hermano?

— Sólo dile que salí con Garrett, en parte es verdad.

— Em, no creo que sea buena idea.

— Necesito verlo, Tara.

Mi amiga se queda en silencio por varios segundos para finalmente asentir.

Cuando desperté esta mañana con una resaca infernal debido al exceso de vino en mi noche de chicas con Garrett, supe que tenía que verlo. Tengo que llegar al fondo de esto y ser sincera con él. Garrett me aseguró que lo que Zac me dijo respecto al sexo era absolutamente falso, pero debo escucharlo de sus labios. Debo ver sus ojos cuando me diga la verdad.

Nada me gustaría más que decirle todo lo que me pasó, pero no me siento cómoda al respecto. Garrett me dijo que solo sea sincera en lo que sea necesario y que si de verdad le importo como él cree, me dará mi tiempo para decirle todo lo que quiera saber.

AJ es muy pequeño para dejarlo solo, por lo que le escribí a Tara para que lo cuide sin que Aiden se entere. Obviamente en algún momento va a saber que su prometida está haciendo de niñera en mi departamento, por eso le pedí a Garrett que sea mi coartada y también que me lleve a la pelea.

Aiden enloquecería si supiera que estoy yendo a una pelea ilegal a las afueras de la ciudad y más aún si sabe que es para ver a Zac.
No he podido pensar con claridad luego de nuestro beso en el baño y después de lo que Garrett me dijo creo que terminé de perder la poca cordura que me quedaba. Yo estoy completamente segura de que me gusta, pero, ¿lo está él?
Garrett comienza a tararear una canción desconocida que suena por la radio mientras conduzco hacia donde el GPS me indica.

— Oye, cantas muy bien —halago con una sonrisa mientras me concentro en el camino.

— Gracias, no eres la primera que me lo dice.

— Eres un presumido. —Ambos reímos.

— Es verdad y me lo han dicho durante el sexo.

Niego varias veces mientras las carcajadas abordan todo el ambiente.

— Demasiada información — digo intentando respirar con normalidad.

El GPS interrumpe para indicarme que estoy a tan solo doscientos metros de mi destino. La sonrisa se me borra del rostro a medida que me voy acercando al lugar. En este momento me pongo a analizar en lo que estoy haciendo y es una completa locura. Zac me dejó muy claro antes de todo lo que pasó entre nosotros, que no me quería en esta pelea y aquí estoy, llevándole la contraria como de costumbre.

— Él quiere verte, por más que lo niegue. Es un cabezota como todos los hombres. —Garrett voltea los ojos de forma dramática.

— Estoy de acuerdo en lo último —él sonríe.

— Pues vamos.

Asiento varias veces para intentar convencerme a mí misma más que otra cosa y por fin bajamos del auto. Me cierro el abrigo inmediatamente debido al aire helado. Se viene una tormenta.
Garrett parece un experto cuando me guía hacia una puerta trasera en donde no hay ninguna fila para entrar. El lugar es horrible por donde lo mires y comienzo a pensar que podría morir esta noche. Jamás frecuenté esta parte de la ciudad e incluso cuando me agredieron fue en una parte bastante tranquila y normalmente segura. Es como si me hubieran dado otra oportunidad de vivir y yo la estuviera desaprovechando.

— Esta sección es solo de peleadores.

Un tipo grande y robusto nos mira como si fuera a aplastarnos sin dudar. Garrett lo mira de forma tranquila mientras que yo estoy rezándole a todo el cielo por salir viva.

— Tranquilo amigo, somos del equipo de Zac Reed.

Mi amigo le miente con tanta facilidad que asusta. El gigante se hace a un lado para dejarnos pasar. Todo el lugar huele horrible, sabía que era una bodega abandonada cuando Garrett me comentó sobre las peleas, pero parece que de alguna forma las refaccionaron para los luchadores y de cierto modo parece la casa del terror. Las paredes tienen grandes manchas de humedad que llegan hasta el suelo, las luces parpadean y parece que en cualquier segundo se van a extinguir. El olor a hierba se impregna fácilmente en mis fosas nasales y tengo que reprimir las ganas de vomitar.

— Garrett, ya no me siento muy segura al respecto.

Mi vista viaja por todo el nauseabundo lugar con cierto temor. Mis palmas comienzan a sudar y mi respiración se agita levemente.

— Em, relájate. He venido a muchas peleas, no te pasará nada malo y mira ahí viene Lisa.

Mi cuerpo gira a toda velocidad cuando veo a la chica entrar. Sus ojos revelan una clara sorpresa para luego mostrarme una sonrisa.

— ¿Qué hacen aquí?

— Vinimos a ver a Zac  —Garrett habla por mí.

Lisa me abraza de forma amistosa y me permito respirar con normalidad. Si ella está aquí entonces supongo que estaré a salvo.

— Me encanta tu abrigo —le sonrío y le regalo un asentimiento nervioso.

— ¿Cómo pueden estar tan tranquilos? —pregunto hallando mi propia voz.

— Em, no hay ni un tipo que le gane a Zac —Garrett habla de forma tranquila, pero no es suficiente para mí.

— Exacto, relájate. Su cara quedará tal cual te gusta.

Lisa me regala un guiño y en ese momento me doy cuenta de que sabe todo con respecto a nosotros. Antes de poder decir algo, ella se disculpa para ir a preparar las cosas antes de que lleguen los chicos y nos deja solos por un momento. Garrett me hace una seña para que me siente a su lado y así lo hago. Mi pierna no deja de saltar en el lugar, malditos nervios que no me dejan en paz. Lisa se sienta en una mesa y comienza a anotar unas cosas en una libreta.

— Garrett.

— Nos quedaremos.

— ¿Cómo sabias qué…?

Mi voz se pierde entre nosotros cuando lo escucho. Ethan y Zac entran al lugar y lo primero que hacen es saludar a Lisa. Antes de darme tiempo de reaccionar siquiera, Zac se voltea y su mirada cae inmediatamente en mí. ¿Por qué siempre me mira así? Sus ojos recorren todo mi cuerpo antes de detenerse en mi cara nuevamente. Ethan le da un empujón y por fin reacciona. A paso demasiado lento se acerca a mí, pero parece algo confundido e incluso molesto. Bien, yo tampoco pensé en volver a verlo luego de nuestro altercado en mi departamento, pero en el fondo sabía que iba a pasar.

— Te dije que no podías venir —su voz está más ronca que de costumbre y algo se revuelve en mi interior.

— Debemos hablar —mi tono no flaquea y me felicito por eso.

— Los dejaremos. Zac tienes quince minutos antes de entrar.
Él asiente sin mirar a su amigo. Sus ojos están puestos en los míos y por primera vez desde que pisamos este horrible lugar puedo sentirme segura por completo. Sé que Zac no permitiría que nada me pase y eso solo hace que me dan más ganas de estar cerca de él.

Creo que jamás lo entenderé por completo. Cuando estuve en el hospital, lo único que me repetía es que no quería estar en manos de otro hombre nunca y aquí estoy. Lo conozco hace dos semanas y parece que fuera de toda la vida, solo con él me he sentido a salvo en todos los aspectos posibles y ya no puedo negarlo más.

No lo pienso mucho. De hecho no lo pienso nada y cuando las puertas se cierran, dejándonos completamente solos, doy un paso adelante, tomo su confuso rostro entre mis manos y uno mis labios a los suyos.

Capítulo 22 hoy también 🤭 actualizo el miércoles ♡ que tengan buena noche ☆ los leo...x

FIGHTOVE © 《DISPONIBLE EN AMAZON》Where stories live. Discover now