Capítulo 34

559 81 17
                                    

El viernes llega a toda velocidad y junto a él, mi cita con el Dr. Stone o como el me pidió que lo llame, Logan. Se me hace terriblemente incómodo llamarlo así o incluso estar sentada en su consultorio ahora que él sabe que estoy saliendo con Zac, pero para ser honesta no podría cambiar de psicólogo por más que quisiera. De cierta forma ya creé un vínculo con él por lo que me cuesta hacerme a la idea de sentarme y contarle todo de nuevo a un extraño.

Zac se ha portado de lo más atento y comprensivo conmigo, algo que agradezco mucho porque no me hace sentir la paranoia que siento con todos los demás con respecto a mi situación. Sé que está preocupado porque lo veo en su forma de actuar y lo que menos quiero es que esté así. No puedo evitar sentir culpa por no decirle la verdad completa, creo que lo he intentado por lo menos diez veces en estos cuatro días, pero simplemente las palabras “me violaron” no se atreven a salir de la punta de mi lengua. La idea de decirlo me hace sentir tan sucia y no puedo evitarlo. No podría lidiar con la expresión de pena en su rostro o con el simple hecho de que quizá nunca lleguemos a intimar por culpa de mis inseguridades.

Sé que Zac no es de los que se tomen las cosas con calma y también sé que se está esforzando mucho para no presionarme, pero si le digo el verdadero motivo ya no querrá tener nada conmigo, sexualmente hablando, y no creo que sea por la violación; sino por el hecho de pensar que estoy traumada y que seguramente supondrá que no quiero tenerlo cerca.

— Entonces, Em —Logan habla y me trae a la realidad—. ¿Has tenido más pesadillas además de la del sábado?

Sacudo la cabeza en respuesta negativa y él anota todo en su libreta. La verdad no llamaría pesadilla a lo que pasó, creo que es más un recuerdo demasiado vívido del peor día de mi vida.

Una tormenta de emociones recorre mi cuerpo y cierro los ojos por un momento en un intento de contenerlas todas. Casi me desmayo ayer cuando vi a Patrick en la oficina de mi padre en el momento que me presenté a trabajar y me molesta de alguna forma que se tome el atrevimiento de saludarme luego de todo lo que me hizo pasar. Mis dudas sobre que él sea el maldito responsable por tener el “corazón roto” se van disipando con el pasar de los días y cada vez se cala más en mi cabeza que él es el maldito cerdo que mandó a acabar conmigo.

— En realidad he dormido bastante bien y creo que ya no será necesaria la medicación —sugiero con desinterés. Logan sonríe levemente mientras niega con la cabeza.

— Buen intento, pero no. El tratamiento con esa medicación es por lo menos por tres meses —explica con tranquilidad. Apenas llevo tres semanas—. Te veo mejor que en mi última consulta —dice dejando la libreta en el escritorio.

— Nos vimos el lunes también.

— Sí, pero profesionalmente hablando. —Asiento—. Recuerdo que no querías apartar la vista de la ventana y ahora me ves cuando te hablo. Hay más confianza.

— Bueno, a pesar de haber tenido una semana extraña con respecto a la pesadilla, me he sentido mucho mejor en otros aspectos. —No quiero decir que esos aspectos tienen el nombre y apellido de su sobrino, pero por la sonrisa que me regala me doy cuenta de que sabe que se trata de él.

— Creo que te dije en la última consulta que todo se repara, incluso el alma. —Vuelvo a asentir—. Te puedo asegurar que ambos pueden repararse el uno al otro, porque dejando de lado lo profesional… —Me mira por un segundo y luego continúa—: Los dos están muy jodidos y por eso sé que les irá bien arreglando sus cicatrices.

Una carcajada es liberada sin que pueda procesarla y Logan ríe también. Puede ser el psicólogo más calificado para llevar mi caso, pero esas son las malditas palabras que esperaba escuchar sin saberlo exactamente. Zac está tan jodido como yo y me encanta. Ahora sé que no podría haber elegido a una mejor persona para complementarme en este momento.

FIGHTOVE © 《DISPONIBLE EN AMAZON》Where stories live. Discover now