FIGHTOVE © 《DISPONIBLE EN AMAZON》

Capítulo 7

Mi madre y yo nos sentamos en nuestros lugares. Papá sube a cambiarse. Mi teléfono vibra sobre la mesa, avisa que me llegó una notificación. Abro el Facebook y encuentro una nueva solicitud de amistad. Presiono el ícono rojo y el nombre de Garrett aparece en mi pantalla, no puedo evitar sonreír y aceptar de inmediato. Cinco segundos después, me cae un nuevo mensaje.

«¿Quién en pleno 2019 no tiene Instagram?».

Una carcajada involuntaria se me escapa y mi madre me ve como si me hubieran contado el mejor chiste de la historia.

«Es una red demasiado obsesiva para mi gusto».

Le envío a Garrett, quien lo ve en ese instante.

No soy muy activa en mis redes; solo uso Facebook para ver memes diarios o WhatsApp para comunicarme con los demás. Las otras redes solo son alternativas y opté por cerrar Twitter e Instagram cuando me di cuenta que no le veía sentido, lo único que hacía era ver la vida de los famosos y los chismes más escandalosos, parece tonto, pero es bastante obsesivo. Me llama la atención que Garrett me buscó, tenemos la próxima clase mañana y debo admitir que me agradó mucho charlar con él. Creo que hará más llevadero el hecho de que Zac sea un patán.

«¿Te veré mañana o fue demasiado para ti una técnica como clase?».

Sonrío a la pantalla cuando veo que, acompañando ese mensaje, hay un par de emojis. Mi favorito, sin duda, es el que parece rodar los ojos hacia arriba, me siento muy identificada con ese.

«Ahí estaré».

Tecleo como respuesta final y agrego el emoji del brazo musculoso, en señal de confirmación. Guardo el celular cuando escucho a mi padre bajar las escaleras. Le da un beso en los labios a mi madre antes de sentarse a su lado. Espero algún día encontrar a alguien así. Mis padres jamás sintieron pena de mostrar su afecto en público y es algo que siempre admiraré.

—¿Es un chico? —pregunta mi madre con una sonrisa.

—Sí y no. —Mi padre frunce el ceño y sé bien la pregunta que viene.

—¿Y Patrick?

Genial, esperaba tocar ese tema de conversación después del sermón que sé que va a darme.

—Papá…

—Ya sé que terminaron, pero creí que mi propia hija me lo diría.

—Estaba buscando el momento correcto.

—Joseph ya me lo dijo todo y no está nada feliz, porque como yo, él creía que su unión sería beneficiosa para nuestros negocios.

—Greg, no te atrevas a ir por ese lado porque sabes bien lo que pienso al respecto —espeta mi madre.

—Papá, no soy un boleto para las ganancias de la compañía. Patrick y yo ya no estábamos sincronizados, él lo sabía en el momento que lo dejé. No espero que lo entiendas, pero respeta mi decisión.

Mi madre asiente de acuerdo conmigo. Sin embargo, veo que papá quiere seguir imponiendo su palabra.

—Em, no pretendo que seas infeliz junto a alguien que no quieres, pero ya que no logro hacer que asumas tu posición en la compañía, al menos deberías pensar en el futuro de la misma, y Patrick lo es.

—No voy a volver con él, papá.

—Tu hermano me dijo que se está haciendo difícil para ti y que incluso te anotaste en clases de lucha.

—Defensa personal —corrijo.

—Lo que sea… —Hace un ademan para quitarle importancia—. ¿Qué será lo próximo? ¿Usar armas?

—De hecho, lo consideré.

—¡Emerson! —exclaman al unísono.

—Oigan, hace rato que no soy una niña y sé que se preocupan por mí, pero tengo miedo. No supero, y probablemente nunca superaré lo que me pasó, mas esto lo hace más fácil y llevadero —suspiro—. ¿Pueden apoyar mis decisiones?

Ambos se miran por varios segundos, como si pudieran leer el pensamiento del otro. Sé por la mirada de mi padre que no está de acuerdo en lo más mínimo, que la plática repetida sobre mi futuro y el de la empresa, no termina aquí. No obstante, también veo que, por hoy, no seguirá insistiendo.

Debo hacerme una nota mental para hablar con Aiden, no puede estar de chivo expiatorio con mis padres. ¡Eso es de secundaria!

Es como si todos estuvieran al pendiente de cada paso que doy, no sé si temen que me suicide o algo así. Soy muy consciente que haber sobrevivido a tal acto de violencia es un milagro y no voy a desperdiciar mi segunda oportunidad de vida. Sin embargo, tampoco pretendo vivirla a su manera.