Capítulo 20

598 86 27
                                    

Maratón 2/2

Em

Y lo olvido todo. En el mismísimo momento que sus labios tocan los míos, soy capaz de olvidar. Al cerrar los ojos no veo al monstruo golpeándome y cuando las manos fuertes de Zac sujetan mi cintura, puedo sentir como el peso de mi agresor sobre mi cuerpo disminuye. Logrando desaparecer.

Un pequeño gemido escapa de mis labios cuando su lengua encuentra la mía de forma sutil y ansiosa. Me dejo llevar y no permito que la culpa de estar disfrutando esto me arrastre.

No siento ningún tipo de barrera o inseguridad en este momento. Mis manos se pierden en su oscuro cabello, tirando con suavidad del mismo. Su pecho fuerte retumba por un gruñido y lo siento pegarse aún más a mi cuerpo. ¿Cuánto deseo puede desatar un beso?

Mis débiles pulmones comenzaron a pedirme aire y caigo en la cuenta de lo que está pasando. No puedo borrar lo que acaba de acontecer. Zac me levanta suavemente y me sienta sobre el mueble que guarda los productos de higiene. Su cuerpo se sitúa entre mis piernas y de manera muy  lenta se aleja de mis labios. Me niego a soltarlo y él parece estar en la misma situación.

Ninguno de los dos habla y eso es algo desesperante. Mi pulso retumba de una forma tan fuerte que temo que él pueda oírlo… temo lo que provoca en mí.

— ¿Esto es correcto? —logro preguntar.

Me siento patética haciendo esta pregunta, pero es como si mi sistema hubiera querido expulsarla sin pedir ningún tipo de permiso. Zac me mira a los ojos y su color parece haberse perdido entre las tonalidades oscuras que estoy presenciando.

— No tengo idea, pero se siente bien y ahora mismo me importa una mierda si es correcto o no.

— Zac, es complicado.

Admito más para convencerme a mí misma que para él y deseo con todas mis fuerzas que no sea así. Poco a poco el hechizo se va rompiendo y alejo mi rostro del suyo de forma lenta. Me muero por besarlo de nuevo y olvidar por más tiempo, pero la realidad es otra y me está golpeando demasiado rápido.

— Explícame — repite. En sus facciones va desapareciendo poco a poco el deseo y la confusión se hace notar junto con el… ¿dolor?

— No puedo, yo… —pero qué difícil es esto—. No puedo salir con nadie ahora y probablemente nunca.

Su ceño se frunce levemente ante el tono duro que acabo de usar e incluso me sorprendo a mí misma, porque mi corazón me pide a gritos que lo deje todo atrás, pero para mi mente es tan complicado borrar los recuerdos.

— Creo que lo mejor será que me vaya. —sus dientes se aprietan a medida que sale cada palabra. Está molesto.

Se aparta de mi cuerpo tan rápido que apenas lo puedo procesar y el calor del momento se esfuma cuando se da media vuelta y sale del baño. Salto del mueble y lo sigo.

— Zac, espera —le pido tomando su brazo.

— Olvídalo, Em. No me gustas para eso.

Aparto mi toque al instante. Algo cambió en sus ojos y parece asustado e incluso dolido por la situación y me quedo petrificada. Esas emociones son reemplazadas rápidamente por la indiferencia y el enojo.

— ¿Eso qué significa? —mi pregunta es estúpida, pero necesitaba hacerla.

— Sólo fue un maldito beso, así que puedes olvidarlo. Sexo es lo único que buscaría de ti.

Doy un paso atrás como si me hubiera empujado. El asco me recorre en una milésima de segundo y obliga a mi cuerpo a reaccionar. Su mejilla queda roja al mismo tiempo que mi palma comienza a hormiguear.

FIGHTOVE © 《DISPONIBLE EN AMAZON》Where stories live. Discover now