Capítulo 11

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Zac

Me quedo parado en la puerta del gimnasio viendo cómo el coche se aleja. ¿Quién es ese tipo? Seguro es su novio. Vi su intención inútil de protegerla de mí. Además de tener dinero, su coche es de último modelo y su presencia de niño rico… No necesito mucho más para saber que pertenece al mundo de ella.

No lo entiendo, mi cabeza da vueltas inexplicables y el asqueroso nudo sigue en mi estómago. No le mentí, en serio siento lo que dije. No la conozco y en verdad no creo que sea una Snob, pero uno dice estupideces cuando sus amigos se meten en donde no los llaman. Ethan es un verdadero grano en el culo, sabe lo que pasa cuando me pinchan, exploto y no puedo decirle eso a ella porque simplemente lo vería como una excusa y no quiero eso.
Ethan apaga las luces del lugar cuando vuelvo a entrar por mi bolso. Me mira por un segundo, pero no dice nada hasta que llegamos al auto.

—Las chicas no son objetos, amigo. Ese sexo sin significado ya no existe para mí. ¿Para ti sí? Piénsalo, ella ya se fue. Tienes que comenzar de nuevo.

No sé qué responder al respecto, tengo muy claro que ella ya no está. Se llevó todo eso que Ethan siente con Lisa, ya no puedo volver a lo que era y no quiero. Me gusta mi vida así, voy a alguno que otro bar y me tiro a la que más me guste para salir de mis necesidades básicas. No necesito más que eso, aunque he de admitir que hace ya unas cuantas semanas que ni eso hago.

Ethan se estaciona frente a mi casa, no me di cuenta de lo largo que se me hizo el día.

—¿Lisa y tú irán al club mañana?

—Claro que sí, ella está deseando salir a divertirse. Hasta se pidió el día en el trabajo.

Mi amigo voltea los ojos; mi risa no puede faltar. Lo tiene bien coladito y estoy feliz por ellos.

—Bien, pasen por mí como a las nueve.

Me bajo del auto antes de darle la oportunidad de contestar, la bocina del coche suena un par de veces y levanto la mano para saludarlo hasta que desaparece por el final de la calle. Me adentro en la casa, veo a Bridget y Logan cenando. Antes de poder escabullirme a mi cuarto, mi tía se percata de mi presencia.

—Zac, te estábamos esperando para cenar —dice con una extraña sonrisa en su rostro.

—No tengo hambre —miento. En realidad, me comería toda la mesa, pero no tengo ganas de socializar esta noche.

—Vamos, siéntate, queremos decirte algo —insiste Logan.

Me siento en el otro extremo de la mesa con la esperanza de que la charla termine rápido. Bridget me sirve un buen plato de pasta con vegetales y carne asada. Mi estómago ruge con urgencia y decido no hacerlo esperar cuando me llevo un gran bocado a la boca.

—Bueno, hoy tuve mi ultrasonido y, como sabrás, yo no estaba interesada en el sexo del bebé hasta su nacimiento. —Asiento para que prosiga—. A la enfermera se le escapó y me dijo que tendremos una niña.

La voz de mi tía se rompe en la última palabra demostrando la emoción que siente en este momento. Logan sonríe desde el otro lado de la mesa y se estira para tomar su mano. Una niña en la familia. Qué locura, pero no puedo evitar sentir cierta emoción, no solo por mis tíos, por mí. Tendré una razón para volver a casa cada día, ella será mi hermanita.

Luego de toda la charla emocional, me voy a mi cuarto y me acuesto en mi desordenada cama. No veo la hora de tener mi propio departamento, cada maldita pelea es un ahorro para mi futuro y, por desgracia, es difícil ahorrar cuando Ethan solo consigue oponentes cobardes. Pelear deja una buena pasta y cada vez que saben que pelean contra mí, renuncian. Me forjé una buena reputación y quizá sea solo porque perdí en mi primera pelea. Cuando uno le agarra el gusto a ganar, no hay vuelta atrás. La pelea con Dawson será dentro de unas semanas y esa sí que será difícil, porque él, al igual que yo, es uno que no le gusta perder.

Mis pensamientos toman rumbo hacia Em; jamás pensé que podría pensar en otra chica que no fuera ella. Tal vez Ethan tiene razón y debo seguir adelante. Sin embargo, no me siento del todo seguro. Hoy fui un completo imbécil y probablemente por eso ella no vuelva a las clases. Me costó mucho no verla durante el entrenamiento. No tengo la culpa en lo absoluto, sus piernas estaban cubiertas por leggins ajustados que dejaban poco a la imaginación. Me muerdo el labio inferior con fuerza e intento alejar mis pensamientos perversos. Pienso en lo que Ethan dijo; sé que las chicas no son objetos y no la veo de esa forma. Hay algo en sus chispeantes ojos verdes que no me dejan razonar con claridad. No mentí, está buenísima y ella debería saberlo porque no me gustó que pensara que no es así.
Suspiro frustrado y me obligo a dormir para no pensar en ella, pero mis sueños son traicioneros y la traen de vuelta sin permiso alguno.



El club está a reventar y se gana un buen dinero aquí. Se inauguró hace un par de días y la gente no deja de llegar. Diviso a Ethan bailar con Lisa y sonrío por los pasos ridículos por parte de él. Otra chica se acerca a mí y de la forma más cortés, rechazo sus intenciones, le doy otro sorbo a mi cerveza y veo cómo se aleja, decepcionada. Creo que es la cuarta que se me insinúa desde que estoy aquí sentado. El taburete a mi lado es ocupado y veo a Lisa con una radiante sonrisa.

—Esa era linda —dice y río ante su comentario. Por supuesto que lo era, solo que no vine a eso.

—Demasiado para mí.

—Ethan me contó sobre la chica que toma tus clases. —Me guiña un ojo.

Maldito Ethan, no puede mantener la boca cerrada. Con lo chismosa que es Lisa, ya puedo ver la avalancha de preguntas.

—No es nada y no te emociones.

—¿Cómo se llama? —Volteo los ojos y la escucho reír.

—Emerson, y no es nada —repito.

—Nombre peculiar.

—Supongo.

—Zac, mereces tener a alguien —establece.

No soy experto en situaciones del corazón. No obstante, estoy seguro que no se habla en un club lleno de gente bebiendo y bailando.

—Lisa, ya tuve a alguien, ¿lo recuerdas? —Mi tono es áspero y ella lo nota—. Lo siento, pero no quiero que se metan en mis asuntos.

—De acuerdo, no lo haré…

Su voz se pierde a media oración o quizá yo dejé de escucharla cuando la vi entrar por la puerta, enganchada del brazo de Garrett y con una enorme sonrisa iluminando su rostro. A su lado viene otra chica bastante linda, y detrás el idiota que intentó defenderla de mí. Seguro sabe que Garrett es gay porque, de otra forma, nadie en su sano juicio dejaría que su chica camine del brazo de otro. Algo hierve en mi interior cuando la imagino con ese tipo, no sé cómo o por qué, pero es así.

—Mierda.

Sus ojos están puestos en mí ahora. Su sonrisa se borra y ha de ser porque me atrapó mirándola como un maldito pervertido.

Trae puesto un pantalón negro que le llega hasta debajo de su ombligo, el cual puedo ver por la pelotita brillante que me indica que tiene una perforación. La blusa le llega a cubrir solo parte de su piel y no puedo evitar observar toda su figura. 

—Oh, es ella. —La voz de Lisa interrumpe mi mente. Solo asiento y le doy otro trago a mi cerveza.

—¡Garrett! —Ethan lo llama y todos los demás vienen detrás de él. Se saludan chocando puños.

—¿Qué tal, Zac? —Garrett me tiende el puño y lo acepto.

—No sabía que vendrían, amigo —hablo y contemplo a la chica detrás de él. Su cabello castaño cae en cascada sobre su rostro para evitar mi mirada.

—Sí, le dije a Em que sería divertido.

—Y la diversión ya comenzó —bromea Ethan, mas no le doy importancia.

¿Por qué rayos evita mirarme?









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