Capítulo 7

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Ven, déjame mostrarte lo que es amar solo tomadas de la mano.

Pov Poché.

Eran las 6 de la tarde y yo cerraba el consultorio con llave, Valeria se había ido por lo cuál estaba sola. Suspiré recargando mi frente en la puerta, cerré mis ojos unos momentos.

«Quizá haya otra forma, señorita Garzón»

Aquellas palabras habían rondado mi mente las últimas horas, se me hizo tan difícil poder concentrarme con mis otros pacientes después de que se fue Daniela. Estaba a punto de besar una de mis pacientes y eso no era nada ético de mi parte, gruñí.

Estaba en una encrucijada, Daniela era hermosa no podía negarlo, desde que la vi llamó demasiado mi atención, pensé que tal vez era cariño de psicóloga a paciente, me suele pasar muy seguido con algunos, pero no.

Descubrí que no era un cariño de paciente a psicóloga cuando la tuve en mis brazos, cuando su aroma me invadió, cuando sentí su calor, cuando estuve cerca de su boca, cuando me preocupé de más con ella.

Recuerdo que ése día tuve que inventar una excusa para decirle a Mafe, claramente no tenía nada que decirle, pero quería asegurarme de que Dani llegará bien al auto. Mierda, estaba pérdida y no sabía que hacer, hoy había sido el detonante de todo, ese casi beso me dejó más perdida.

Me alejé de la puerta para ir a casa, darme una ducha y dormir, tal vez así dejaba de pensar en mi casi beso con Dani, sonreí ligeramente. Me gustaba mucho decirle Dani... ¡Agh, piensa en otra cosa, Garzón! Mi teléfono comenzó a sonar, detuve mis pasos para responder.

—¿Qué pasa, idiota?— Respondí a mi... Uhm bueno... ¿Mejor amiga con la que me acuesto de vez en cuándo?

— Hola, idiota. Me alegra saber cómo estás. Por cierto yo estoy de maravilla, eh.— Respondió sarcástica, reí apretando el botón del control del coche, las luces alumbraron.

— En fin, quería saber si hoy vamos a ir al Sex on fire.— Añadió, abrí la puerta del coche metiendo mi bolso y demás cosas en el asiento del copiloto.

—¿Por qué tendría que ir?— Respondí cerrando el coche una vez estaba dentro.

— Porque puedes coger y así se te quita ese humor de perros.— Reí rodando los ojos.

— Si bueno, hoy no ando de humor. Paso.— Contesté a mi mejor amiga, ella bufó.

— No seas aburrida, no vamos hace mucho.— Mencionó, ladeé la cabeza frunciendo los labios. Tal vez Audrey tenía razón.

— De acuerdo, de acuerdo. Iré a ver a Vale y nos vamos.— Dije, Audrey celebró al otro lado de la línea.

— Nos vemos allá.— Y entonces colgó.

Suspiré, entonces recordé aquella noche, la chica de antifaz que me topé en el baño, tal vez estaba hoy allí. Esta vez al menos le pediría su número, era demasiado linda aún y cuando no pude ver su rostro.

«Aquí vamos» Pensé arrancando el coche.

(...)

Puse las llaves en el tazón del departamento, dejé el bolso y las demás cosas en el sofá, quité mi chaqueta tirandola en el sofá también, fui a buscar a mi hermana.

—¿Vale?— Llamé a su habitación tocando.

— Adelante, Poch.— Abrí la puerta y la encontré sentada en su escritorio viendo la laptop, habían un mundo de papeles regados en el piso.

Eviterno || TerminadaWhere stories live. Discover now