Capitulo 11

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Igual cómo una hoja seca volando en el invierno me envuelves con tus besos.

Pov Poché.

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Mi cuerpo ardía con solo sentir su cercanía, podía besarla y no cansarme jamás, Daniela estaba provocando lo que nunca jamás había sentido con nadie, tanto que arriesgaba mi trabajo y todo de mi por ella, pero es que simplemente no quería quitarle las manos de encima.

Había perdido totalmente la vergüenza al aceptar que estaba más que celosa, el verla con ese chico solo hizo que un enojo irracional invadiera todo mi cuerpo. Quería marcarla, hacerle saber que era mía, que solo yo podía tocar su cuerpo de diosa, que solo yo la hacía temblar de placer.

— Poché...— Jadeó, gruñí totalmente perdida en el aroma de su piel.

—¿Te gusta ésto?— Pregunté apretando sus nalgas con fuerza, ella gimió en respuesta. Enloquecí.

Toda ella sucumbía ante mi, dejando que hiciera con ella lo que quisiera, eso me calentaba demasiado. Por eso mismo ayer que confesó jamás tener un orgasmo perdí los estribos.

Sabía que el acostarme con ella lo jugaría el todo por el todo, pero no me importaba. En ése momento mi mente solo pensaba en hacerla correr por primera vez, y lo hizo de una manera tan gloriosa en mi boca. Justo ahora sabía que no tenía ni un derecho sobre ella, pero tampoco me importaba.

— Poché, espera.— Habló con voz agitada, intentó separarse de mi, pero se lo impedí acorralandola en lleno con mi cuerpo contra los casilleros.

— Shhh, no hagas tanto ruido.— Pedí posando mi dedo índice en sus labios, ella suspiró.

Volví a besarla porque su boca era una adicción, mis manos se dirigieron al botón de su pantalón, lo quité mientras mis manos se enganchaban a sus caderas bajandolos hasta sus tobillos. Dani con dedos torpes quitó mi camiseta dejándome en sostén, la quité rápidamente y sus uñas se aferraron a mi espalda, jadeé pegandola más a mí.

— Me encantas, Dani.— Susurré contra su cuello, mientras ella me daba acceso, era una perdición verla tan sumisa.

— Voy hacer que te corras delicioso, preciosa.— Ella gimió, haciendo que una punzada llegará a mi vagina, Daniela me excitaba demasiado.

Quité su blusa dejándola en sostén, baje la tela estorbosa para llevar uno de sus pezones a mi boca, un “plop” se escuchó al soltarlo, ella apretó mis hombros. Mis manos se dirigieron a sus nalgas de nuevo apretandolas con fuerza, ella mordió su labio inferior.

— Relájate.— Susurré en su oído, ella asintió lentamente.

Mis manos se colaron por su ropa interior, empecé a masajear sus nalgas, ella echó la cabeza hacia atrás, aproveché y besé su cuello con la intención de dejar marca. Mis manos seguían el masaje en sus nalgas pero esta vez mis dedos llegando más adentro, Dani gemía extasiada.

— Más, Poché.— Pidió sin vergüenza alguna.

Obedecí su petición mientras mis manos apretaban su culo con ganas en círculos, mis dedos rozando su ano y la entrada de su vagina la cuál estaba muy mojada, seguí mis movimientos mientras ella gemía sin poder evitarlo.

Tomé su pechos con mi boca mamando su pezón para luego expulsarlo con fuerza hacia afuera, mi boca repetía la misma acción mientras mis manos seguían en las nalgas de Calle.

—¡Dios, si! ¡Joder!— Gemía Calle haciéndome delirar y ponerme más mojada, sus gestos de placer me hacían quedarme embelasada.

Su mirada avellana totalmente oscura se encontró con la mía, besó mis labios reteniendo sus jadeos, gruñí cuado jaló mí labio inferior con fuerza, bajé la velocidad de mis movimientos en las nalgas de Calle, ella empezó a rozar su centro con el mío por encima de mi pantalón.

Eviterno || TerminadaWhere stories live. Discover now