Capítulo 10

10K 686 417
                                    

Es que un mundo sin ti después de nuestro adiós no tiene color.

Pov Calle.

— Germán.— Hablé con sorpresa en mi voz viendo a mamá.

—¿Ya no hay un papá?— Preguntó Germán acercándose a mi, di un paso atrás.

— Emm, no dijiste que vendría, mamá.— Reí incómoda pasando una mano por mi frente.

— Sorpresa.— Germán hizo manos de jazz sonriendome.

— Queríamos darte la sorpresa. Pasar un tiempo los 3 juntos.— Acotó mamá acercándose al horno.

— Disculpen.— Mencioné subiendo las escaleras rápidamente para ir a mi habitación.

Cerré la puerta a mis espaldas respirando hondo, me sentía mareada y con dolor de cabeza. Tosí para quitar el nudo de mi garganta. ¿Cómo mi papá se atrevía aparecer así después de 4 años? Negué con mi cabeza.

Lo peor de todo es que piensa que con su sorpresita correré a sus brazos cómo niña pequeña. Por favor, ni que fuera un maldito soldado viniendo de la guerra después de años. Pero lo que más me dolía era que mi mamá me obligará a tener a mi padre en mi vida. Todo era una mierda.

Hoy no era mi día, resulta que termino teniendo sexo toda la tarde con mi psicóloga, para recibir un cuchillo atravesando mi pecho con las palabras; “solo puedo ofrecerte sexo”. Maldita sea, eso había sido un gran date cuenta estúpida. Cómo cereza del pastel mi padre cocinando con mi mamá cómo los mejores amigos después de no haberlo visto durante 4 años.

¿Qué seguía? ¿Un maldito rayo me caería encima? Aunque bueno, lo agradecería, así dejó de existir. Me senté en mi cama sintiéndome cansada, quizás había sido el sexo, o tal vez todo lo que mi mente está pensando.

—¿Podrán abortarme a los 19?— Susurré cerrando los ojos, mi cabeza empezaba a doler.

Abrí mis ojos al sentir mi teléfono vibrar en mi bolsillo trasero, levanté mi cadera para sacarlo y revisarlo, tenía mensajes de un número desconocido. Confundida y con curiosidad toqué la pantalla, automáticamente me llevó a WhatsApp, me senté en la cama de golpe y mi corazón comenzó a palpitar cómo estúpido.

“Soñare contigo esta noche, Dani”

¡Te odio Garzón! ¿Cómo te atreves a decirme eso cuándo dijiste que solo era sexo? ¡Agh! Maldita mujer hermosa y diosa del sexo. Agregué el número a mis contactos, automáticamente me apareció una foto de ella más el conocido “en línea”. Mordí mi uña pensando en que responder, al final no lo hice, dejé en visto el mensaje.

— Toc, toc.— Alcé mi vista para encontrarme con nada más y nada menos que Germán sonriendo.

«¿Por qué sonreía?» Pensé frunciendo el ceño.

— La cena está lista, ratona.— Apreté los labios.

— No me digas así.— Pedí de la manera más amable que mi voz pudo hacer, él frunció el ceño.

—¿Por qué? Antes te gustaba mucho que te lo dijera.— Mencionó guardando sus manos en sus bolsillos.

— Ya lo dijiste, me gustaba antes, en tiempo pasado.— Respondí seria.

— Hija-

— No me llames hija, Germán. Esa la perdiste hace 4 años.— Hablé con enojo, él suspiro.

— Sé que no he sido el mejor padre, pero estoy intentando serlo ahora.— Mencionó con semblante triste, reí irónica.

— Claro, Germán. Se te hace muy fácil venir después de 4 años y decirme tu discurso barato.— Escupí con recelo.

Eviterno || TerminadaWhere stories live. Discover now