Capítulo 20

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Escuchando ideas erróneas del amor, para que vengas y me muestres lo contrario.

Pov Calle.

Sentía que toda la imagen de mi vida se caía a pedazos por las mentiras, el descubrir que tenía una hermana solo me hacía revolver el estómago. Lo peor de todo es que, mis padres lo vieran cómo algo tan normal.

¿Cómo era posible qué lo vieran de ésa forma? ¿Acaso mi madre no tenía dignidad? ¿Acaso Germán podía mostrar más su cinismo? ¿Por qué actuaban cómo si fuéramos una familia funcional?

—¿Es una broma?— Logré articular después de largos minutos.

— No, Dani. No jugaríamos con algo tan serio.— Respondió mamá a mi lado, pasé una mano por mi frente.

¿Cómo las personas siempre mentían? ¿Cuál era la necesidad de ocultar todo siempre? ¿Por qué siempre nos hacen vivir en una mentira? Era totalmente injusto el hecho de que ocultaran la verdad.

— Bueno, creo que el momento no ayuda pero, me alegra conocer a mi hermana.— Emilia, la que decía ser mi hermana se acercó a mi para tenderme su mano.

— Yo, lo siento.— Negué con mi cabeza alejándome de la pelirroja.— No quiero ser maleducada pero, ésto es ridículo.— Solté con una risa amarga.

— Daniela.— Dijo mi mamá en tono de voz serio.

—¿Daniela qué, mamá? ¿Daniela qué?— Contesté sintiendo enojo.—¿Cómo puedes fingir que éste “encuentro”— Hice comillas con mis dedos.— Es cómo si se tratara de una maldita familia feliz.— Añadí viendo a todos en el comedor.

— Ratona, sé que es algo difícil de procesar pero, no sabes cuánto me alegra que se conozcan. Son mis hijas y eso me hace feliz.— Fruncí mi ceño sin poder creer lo que salía de la boca de Germán.

—¡¿Te estás escuchando?!— Grité llevando mi mano hacia mi oreja haciendo el gesto.—¡Maldita sea Germán! ¡Tuviste otra hija mientras estabas con mi mamá!— Añadí con rabia al ver cómo querían fingir que todo saldría bien en éste encuentro.

—¿Qué edad tienes?— Le pregunté a la chica que solo permanecía en silencio.

— Tengo 27.— Respondió en un suspiro.

—¡Ja! ¡Ni esperaste a que fuera un maldito feto, bastardo!— Escupí con recelo, Germán apretó su mandíbula.

—¡Y tú mamá!— La señalé con mi dedo índice.—¡No tienes dignidad!— Torcí mis labios negando con la cabeza.

—¡No me faltes el respeto que soy tu madre!— Me gritó tomándome del brazo, apreté mis labios.

—¡¿Respeto?! ¡¿Cuál respeto, mamá?! ¡Si ni te das a respetar tu misma con el hombre que dice ser mi padre!— Escupí en su cara, ella me apretó ton fuerza el brazo.

—¡Suficiente!— Escuchamos el grito de Germán, lo ví rápidamente queriendo que estuviera 3 metros bajo tierra.

—¡No te voy a permitir que nos faltes al respeto!— Gritó apuntandome con su dedo índice.—¡Te guste o no somos tus padres y Emilia tu hermana! ¡Así que respetanos cómo los mayores que somos y la familia que somos también!— Añadió con semblante duro.

Me solté del agarre de mi mamá bruscamente, caminé hacia Germán con los puños apretados. Mi cuerpo estaba lleno de rabia y rencor, Germán era un hijo de puta y no podía creer que él fuera mi padre.

— Vete a la mierda, Germán Calle.— Escupí cerca de su rostro, fue entonces cuándo sentí la palma de su mano impactar mi mejilla.

—¡Me tienes harto!— Gritó furioso, escupí la sangre de mi boca a sus pies.—¡Intenté solucionar nuestra relación pero tú no aportas en nada, en nada!— Añadió tomándome de los hombros, alcé mi mentón apretando los labios.

Eviterno || TerminadaWhere stories live. Discover now