Capitulo 24

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Lucha por quién demuestra que te quiere, no por quien solo lo dice.

Pov Poché.

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—¿Un hijo?— Le pregunté a William aún sin poder creerlo.

Un silencio invadió la mesa debido a que uno de los camareros llegó con un café para Wiliam. El chico se fue y Wiliam en silencio empezó a mezclar el azúcar en su café, tomó un sorbo y me observó.

— Conocí a Emilia hace 2 años y medio,— Empezó a relatar viendo su café.— La conocí en una terapia grupal de ninfomanía, ya has de saber su problema— Alzó la vista viéndome, asentí con mi cabeza lentamente.

— La ví, me gustó, salimos, le gusté y cogimos,— Se encogió de hombros de lo más normal.— Tuvimos una “relación”— Hizo comillas con sus dedos.— Llegamos a vivir juntos, todo iba bien al parecer,— Hizo una pausa llenando de aire sus pulmones.

— Salió embarazada, fui el hombre más feliz del mundo, pero ella no quería tener a mi hijo.— Apretó los labios para bajar la vista de nuevo al café.

— Resulta que solo estaba conmigo por el sexo, también por dinero. Yo era dueño del Sex On Fire, pero Emilia me convenció y lo terminé vendiendo a su actual dueño.— Rodó los ojos echando su espalda en la silla.

— El dinero se acabó, la Emilia dulce y futura madre también, un día simplemente me abandonó dejando una carta.— Llevó la taza a sus labios para beber de su café.— La carta decía que te iba a buscar, que estaba casada y no sé cuánta mierda. Me puse a investigar y supe de tu existencia.— Alzó una de sus cejas pobladas viéndome.

— No seré mentiroso, de verdad te llegué a odiar, pero con el tiempo sabía que no tenías nada que ver con Emilia y fuiste un problema menos.— Torció el gesto desinteresado.— He buscado a Emilia pero simplemente parece que se la tragó la tierra.— Suspiró pasando una mano por su cara.

— No me quedó otro remedio que acudir a tu abogado, si te encontraba a ti la encontraba a ella, además de encontrar a mi hijo.— Se cruzó de brazos viendome.— Así que ahora, estoy aquí, con la esposa de la que fue mi mujer y es madre de mi hijo, para llegar a un acuerdo.— Finalizó curvando una sonrisa con sus labios.

Me quedé en silencio unos momentos intentando procesar toda la información que Wiliam me había dado. De verdad no podía creer cómo es que estuve enamorada de una mujer cómo Emilia. ¿Tenía un hijo y venía a buscarme porque según ella me amaba? Tal vez había perdido el juicio.

—¿Qué es lo que quieres, Wiliam?— Pregunté posando mis codos en la mesa, él sonrió.

— Fácil, a tu esposa y dinero.— Respondió de lo más tranquilo, evité rodar los ojos.

— A Emilia quedatela, me harías un favor.— Respondí pasando una mano por mi cabello.— El dinero te lo doy cuando acabe el juicio de mi divorcio y tenga los papeles en mano.— Añadí con semblante serio.

—¿Quién me asegura que me lo darás?— Preguntó el castaño con una ceja alzada.

— Soy una mujer de palabra, te aseguro que lo tendrás.— Mencioné con firmeza en mi voz.

— No lo sé, no puedo confiar en nadie.— Dudó tomando de su café.

— Muy bien, veo que perdí mi tiempo.— Mencioné parandome de la mesa.— Suerte con la búsqueda de Emilia y tu hijo.— Añadí con un asentimiento de cabeza dando la espalda para empezar a caminar a la salida.

La psicología inversa...

La psicología inversa es una técnica de intervención paradójica. Generalmente cuando se utiliza estamos de modo consciente intentando influir en las personas, de modo así la persona haga lo que nosotros deseamos, jugando un poco con su cerebro para así obtener lo que deseamos obtener, todo por su propio consentimiento.

Eviterno || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora