Capítulo 42

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Me ahogaba en el recuerdo de su voz para no olvidarla en mi mente.

Pov Poché.

Semanas antes.

Estampé el expediente contra la pared, papeles salieron volando en el aire, tomé mi rostro entre mis manos sintiendo frustración, otra vez era una falsa esperanza.

—¿Qué se supone que debo hacer con esa información?— Pregunté con tono de voz frío, viendo al detective enfrente de mi.

— Le pido paciencia, señorita Garzón. No todas las veces la información que obtenemos es real.— Contestó el detective Ross, sonreí irónica.

—¡¿Paciencia?! ¡Su ineptitud no ha dado con el paradero de Daniela!— Espeté levantándome de mi asiento.

— Le pido que tenga respeto a mi trabajo.— Habló el detective con tono de voz serio.— No podemos hacer mucho con la información recogida, le recuer-

—¡Por supuesto! ¡Para usted es fácil decirlo!— Lo interrumpí molesta.—¡Daniela tiene 4 meses desaparecida y usted me pide paciencia! ¡¿Acaso no ve que cada maldito minuto es crucial?!— Escupí apretando los dientes, el detective Ross me observó.

— Entiendo su desesperación, pero entiendanos a nosotros. La familia de la señorita Calle ha desaparecido, no hemos podido dar con su paradero.— Tomó aire y volvió hablar.

— El coche del accidente no dió muchas pruebas. Es cómo si la señorita Calle haya desaparecido del mapa.— Resoplé tirando el vaso vacío de café que estaba en la mesa al suelo.

4 meses...

4 meses es un resultado de 121,667 días, convertidas a horas son 2,920 horas, todo ese tiempo sin tenerla a ella a mi lado. Un tiempo en dónde no he dormido, no he comido bien, no he dejado sentir impotencia, frustración y en momentos de soledad tristeza y dolor.

Me arrebataron mi felicidad de la forma más cruel posible, ahora tenía está sosobra en el pecho, impotencia y sed de venganza. La familia de Dani era la culpable de todo esto, no tenía pruebas pero era más que obvio que tuvieron que ver.

Nunca creí odiar tanto a alguien, pero odiaba a toda esa familia, mi Dani era la única diferencia entre ellos.

La extrañaba tanto.

—¿Qué han sabido de Emilia Calle?— Pregunté al detective Ross, el hombre suspiró.

— No mucho, la última vez que se supo de ella fue el pago de un coche rentado en un auto lote.— Negué con mi cabeza, esto no podía estar pasando.

—¿Germán Calle? ¿María Fernanda Soto? ¿Sus familiares? ¿Algo?— Indagué con desespero, el detective negó con su cabeza.

— Desde que vendieron la casa no se sabe de ellos.— La palma de mi mano estampó la mesa.

La familia Calle había vendido su hogar, eso era demasiado conveniente para todo lo que estaba pasando. Su casa fue vendida justo después de la desaparición de Daniela.

—¡Por Dios detective! ¡El caso está parado desde hace un mes y usted no tiene pistas nuevas!— Grité apuntandolo con mi dedo índice.

— Señorita Garzón-

—¿Los Calle le están pagando? ¿Es eso?— Arrojé viendo los ojos negros del detective.—¿Quiere plata? ¡Le doy mi alma al diablo pero encuentre a Daniela!— Añadí con desesperación y a punto de llanto.

— Créame que no solo usted quiere encontrarla.— Respondió Ross en un suspiro.— Jamás dejaría que un soborno arruine mi trabajo. Haré todo lo posible por encontrar a la señorita Calle.— Agregó para pararse de su asiento y salir del lugar.

Eviterno || TerminadaWhere stories live. Discover now