Capítulo 30

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Pensaba que mi corazón roto se arreglaría contigo, pero solo lo hiciste pedazos.

Pov Narrador Omnisciente.

El tiempo...

Siempre vemos pasar el tiempo, ya sea en los relojes o al momento de que el sol o la luna aparecen. Las personas siempre tienen una cierta batalla con el tiempo, ya sea porque llegas tarde al trabajo, o el tráfico nos lo impide.

Una batalla que claramente siempre gana el tic tac del reloj, el tiempo siempre se escurre por nuestros dedos cómo si de agua se tratase.

Aún sabiendo esto... ¿Por qué dejamos las cosas que amamos de lado dejando que el tiempo gane?

¿Por qué no aprovechamos los momentos?

¿Por qué no decimos ese “te amo”?

¿Por qué no decimos ése “me gustas”?

¿Por qué no damos ese beso?

Es tonto pelear con el tiempo cuando al final es él que sana nuestras heridas, dejando cicatrices y reflexión.

Es cómo la gacela con el jaguar, aún cuando su instinto sabe que el jaguar es más veloz, siempre se queda quieta, solo esperando y ahí el jaguar aprovecha, aprovecha su momento y caza sin piedad, la gacela se pudo haber ido, sin embargo no lo hizo y solo consiguió la muerte.

María José estaba ahí, esperando cómo esa gacela, pero ella no esperaba un jaguar, ella esperaba a una castaña que robaba sus pensamientos, una castaña que la tenía en sus manos, su corazón le pertenecía ya.

Si, María José lo sabía y, aunque quería negarlo, se había enamorado de la chica que amaba las gomitas, de la chica que piso su consultorio siendo una simple paciente.

De la chica que robó sus pensamientos desde el momento que sus ojos eran cubiertos por un antifaz, desde el momento que supo que no podía alejarse aunque quisiera.

— Estoy enamorada.— Susurró María José con una sonrisa tonta en el rostro.

Aún no podía creerlo, después de tanto se había enamorado. Su corazón se aceleraba ante la idea de ella y Daniela juntas, su sonrisa se ensanchaba y sus ganas de estar con ella crecían más.

«Estoy pérdida» Pensó negando con su cabeza. Su vista se dirigió al reloj de su muñeca.

4:16 pm.

Cerró los ojos y alejó los pensamientos negativos de su mente, ella tenía la esperanza de que su Dani llegaría, no importaba cuánto tiempo tardará, ella esperaría hasta el tiempo establecido.

— Es mejor que me entretenga en el algo.— Mencionó para si misma viendo el asiento copiloto de su auto.

El asiento estaba lleno de diferentes cosas, un periódico con crucigramas, la morena era un poco fanática de ellos, un suéter para la noche, diferentes chucherías para comer, un libro y un poco de trabajo de su consultorio.

A pesar de trabajar en la universidad, la morena había acomodado sus horarios. Trabajaba de 8 am hasta el mediodía en la universidad. En su consultorio recibía 3 pacientes los días de la semana, su hora de salida era a las 3:00 pm llegando a casa a las 4:30 pm.

Sabía que tenía tiempo de sobra para pasar tiempo con su hermana, y tal vez futura novia. María José sonrió al pensar en la palabra “novia”.

— Espero si lo llegues a ser, gomita.— Pensó viendo aquellas gomitas, de alguna forma había guardado un collar dentro de las gomitas.

Rió suavemente al recordar el pequeño oso devorando una gomita, ella misma había mandado a diseñar el pequeño oso de oro para el collar que quería darle a su Dani. 

Eviterno || TerminadaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon