🌑 Capítulo 12 (parte III) 🌑

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Dedicado a gabriela_balabu

Desde la parte baja del comedor vi entrar a Cedric, iba acompañado igual que siempre por un gran número de personas entre las cuales, él parecía brillar

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Desde la parte baja del comedor vi entrar a Cedric, iba acompañado igual que siempre por un gran número de personas entre las cuales, él parecía brillar. Siempre era así, de alguna manera se convertía en una estrella radiante, con una sonrisa alegre y una mirada traviesa. Al verlo así, jamás habría pensado en lo cruel que podría llegar a ser.

Vi que atravesó todo el comedor hasta encontrar su mesa de siempre, en una especie de balcón, donde podía apreciar a todos los que estábamos más abajo, como cuando un rey se paraba frente a sus súbditos.

—Cedric se ve bien hoy —comenté con desinterés.

Sentí el golpe de un tenedor al chocar con el plato, me giré en dirección al agudo sonido y me encontré con un grupo de expresiones desconcertadas.

—¿Perdón? —Fue Hannah la primera en hablar—. ¿Estamos hablando del mismo Cedric Limerick que ya ha intentado matarte más de una vez?

Me detuve a pensarlo. Ella tenía razón, hasta ayer maldecía el suelo que pisaba y el aire que respiraba y hoy me encontraba lanzando cumplidos por su aspecto. Era extraño, pero todo el rencor había desaparecido, no podía sentir furia ni rabia, por más que recordara todo lo que me había hecho.

Durante la tarde del día anterior habíamos acordado paz entre nosotros, sin embargo un simple pacto no bastaba para hacerme olvidar, debía estar indignada, molesta o al menos contrariada, pero no, era como si nos hubiésemos conocido ayer, nuestra relación se había reiniciado, partiendo desde cero.

—No lo odio —admití, algo confundida.

Las pupilas de Hannah dieron una larga vuelta y se detuvieron en Aby.

—Dile algo —ordenó, con indignación.

—¡Ah no! Yo no quiero meterme entre Kenzie y Cedric —dijo Aby, volteándose a ver a Daniel—. ¡Haz algo!

Daniel se aclaró la garganta y buscó las palabras adecuadas.

—Es bueno ver que estás logrando superar los problemas, creo que el perdón es un gran paso para... —No pudo continuar, porque Hannah lo golpeó antes que terminara la idea.

—¡Eso no ayuda! —gritó—. Eddie, es tu turno.

—Es verdad, se ve bien, aunque yo no me habría puesto esos jeans con esos zapatos —dijo el aludido.

Hannah comenzó a reclamar y lanzar un montón de gritos respecto a la incompetencia de los hombres, mientras ellos intentaban calmar su ánimo explosivo.

Nuevamente busqué a Cedric con la mirada, sin embargo en vez de encontrarlo a él, me topé con su hermano entrando al comedor, junto a Finn. Mi cuerpo tomó de inmediato una posición defensiva, su presencia aun me causaba recelo. Era extraño desconfiar de ellos dos, después de todo, la lógica indicaba que debían darme mucha más seguridad que Cedric.

SelenofobiaWhere stories live. Discover now