28. Las escondidas-Maratón 3/8

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Comenzamos a correr por los estrechos pasillos del museo con mucho sigilo, o eso creía.

No requería de mucho tiempo para explicarles a los demás lo que había ocurrido. Ellos comprendían que era necesario tener más aliados que enemigos; si ellas trabajaron con mis padres lo creería. No tenía eso en mente porque me salvaron, nada de eso. Ellas tenían algo que me hacía recordar a mis padres, hasta el momento que me ayudaron, noté algunos movimientos que mis padres habían usado la vez que nos sacaron de la sociedad. Aquel inimaginable tiroteo. De hecho era su mismo sistema de ataque, eso me dijo mucho.

-¿Cómo sabe que es por este lado?-me pregunta Daleshka, quien daba miradas por su espalda para asegurarse que nadie nos estuviera siguiendo. 

-Mis gafas me lo dicen.

-¿Gafas?-mira mi rostro y entre eso a mis difusas gafas negras que me daban las instrucciones correctas, pero mi cerebro también contenía datos de interesante información.

-Descuida, está todo controlado.

-De acuerdo.

-Bien, nos retrasamos por más de ocho minutos, debes ir rápido a la compuerta trasera. Esa te dará acceso total a las otras entradas-explica Xav con total calma-. Se supone que en menos de diez segundos ya deberías ver una puerta de metal.

Con esas palabras me fije que frente a nosotras había una puerta con aquella descripción.

-Listo.

-Usa la tarjeta de tu bolsillo trasero-dice Evan-. Tiene un compuesto especial, deslizalo por la cerradura y cuando acabes tápense los ojos y nariz por unos minutos.

Obedezco y cuando extraigo aquella tarjeta, hago lo que él me dijo. Un extraño humo verdoso se expande a nuestro alrededor.

-Cúbranse el rostro-les digo con rapidez. Las cuatro nos agachamos de inmediato y con nuestras mangas cubrimos nuestras caras.

-Dan, Katia y los demás ya están en el museo, te verán dentro. Mucho cuidado-espeta Ximena con lentitud. Levanto el rostro despacio, ya no había humo verde. Miré enseguida la puerta que tenía su cerradura totalmente derretida.

-Vamos-me levanto y seguimos nuestro camino. Topo con mi dedo la puerta y esta cae hacia atrás, para nuestra suerte no hubo mucho ruido. Meto un poco la cabeza para ver si el lugar estaba despejado, en eso distingo una serie de escaleras que llevaban al lugar al que quería ir. Estás estaban es forma de caracol con dirección hacia abajo-. Bien, bien. Creo que ya podemos ir-sonrío de medio lado hacia las otras chicas y sin esperar una respuesta por su parte, tomo mi arma en manos para luego ir directo a las gradas.

Las luces que alumbraban el lugar eran débiles, casi no se veía nada, así que tu atención se debía mantener más en las delgadas escaleras.

Al oír nuestros pasos contra estas y el ritmo que llevábamos, me hacía pensar en las películas donde veía allanamientos por parte de los policías. Algo así entraban.

Vamos bajando las escaleras de caracol a una velocidad increíble. Me sorprende que no me haya caído aún. Una vez que veo el final de estas, doy un suspiro de alivio. En cuanto más nos acercamos logro divisar una serie de ventanas cubiertas por tablas, no había muchas. Se me hizo fácil llegar hasta el final, al hacerlo me miro con las demás. Levanto mis manos en silencio, abro mi palma y señalo cada lugar.

Revisamos todo con cuidado.

Bajé el arma, tranquila. No habría pasado más de tres minutos.

Doy un respingón horrible cuando se oye una de las tablas de las ventanas romperse de golpe. Alzamos nuevamente nuestras armas y fijamos el blanco.

The Drama of Problem [MAMP#4] #YoSoyAnarky2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora