43. Cerca de la maldad-Maratón 6/8

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Mis alumnos estaban en una línea recta, con sus miradas bajas y temblorosas manos, captaron rápidamente nuestra presencia cerca de ellos. La mayoría era de mi edad o hasta menos, y sería un total de veinte personas con sus uniformes negros pero adaptables a todo movimiento. Quería que ellos alzaran sus ojos para que vieran de quien se trataba, pero no lo hicieron.

-Bueno, muchachos. Quiero que conozcan a su nueva maestra, ella les instruirá en todo lo que deben hacer para los próximos meses-habla el guardia más robusto. Trago con fuerza en cuanto todos tienen su mirada en nosotros. Hasta retrocedí un paso por la conmoción, Joseph me sujetó de la cintura para que supiera que no estaba sola en esto o por lo menos por el momento.

-Soy Danna Henman-digo entrecortadamente. Los ojos de mis veinte estudiantes se quedaron impactados de sólo oír eso.

De acuerdo, desde aquí ya vamos mal.

-Joseph-susurré en su oído en cuanto los guardias pasaron por el lugar de cada uno mis alumnos para pasarles lista, o eso logré captar-. Dime lo de Xavier Dallas-ordené algo fuerte, pero sólo para los dos.

-Descuida, ya te lo diré.

Esa fue su única respuesta ante mi dura expresión.

-Bien, ya están todos asegurados-dice el guardia con una media sonrisa-. Todos tuyos-pasan por mi lado y van dejandome palmaditas torpes en el hombro. Sentí repugnancia a su tacto-, este muchacho estará contigo todo el tiempo. Trabajen bien, Joseph.

-Al carajo.

Los guardias salieron en segundos, dejándonos a mí y a Joseph junto con los chicos.

No pude reprimir un grito al notar que todos estaban con aquella mirada que yo poseía en el momento que me uní a la sociedad. Una mirada que delataba odio y depresión. La pregunta en este casa no era qué les había pasado, sino qué les había dicho los líderes de la sociedad. Y eso era mucho peor que cualquier cosa, ya que a mí me pasó de la misma manera.

La tensión se sentía en el aire, en todo.

Pronto sentí que me empezaba a fallar el oxígeno en los pulmones; no sabía nada de mis amigos, de mis familia...y el único amigo que hallé me tiene en su cabeza como la traidora de la historia. Sus pensamientos no podrían ser más que sorpresa y dolor. Algo que pasó con Rick. 

Oh...ese tipo...como quiero romperle la cara. Casi lo había olvidado con todo esto. ¿Dónde estará ahora?

¿Qué haría ahora?






Las paredes estaban de un color bajo y podría decir que oxidado, gracias a eso, millones de insectos lograrían escabullirse bajo nuestras narices y más cuando todos nosotros deberíamos pasar ahí los siguientes días. Mis estudiantes estaban alterados, pero de una manera buena. Su gusto y disgusto por lo que harían en un futuro les impregnaba la mente de sus ideas descabelladas. Mi memoria se revolvió al recordar cuando me acerqué a uno de ellos y lo primero que me dijo fue que deseaba con todas las fuerzas de su corazón acabar con todas las personas que le habían causado daño en su vida.

Tenía trece años.

Sólo de recordar ese momento sentí miedo, pero también dolor. 

-No puedo creer que todos ellos estén en este lugar-comento en baja voz, mientras arreglaba las armas para la primera clase de tiro.

-Los más jóvenes son los más accesibles ante la sociedad-me responde Joseph con un cierto tono de frustración-, ¿por qué crees que tú y tus amigos han sido escogidos a tan corta edad? Ni siquiera han vivido la cuarta parte de ella.

The Drama of Problem [MAMP#4] #YoSoyAnarky2018Where stories live. Discover now