The Drama of Problem [MAMP#4] #YoSoyAnarky2018

65. Lágrimas heladas

Mi cuerpo se siente turbio, mi cabeza gira sin detenerse por lo cual poseo un gran mareo, creo que es por esa razón que  hay un balde a mi lado por cualquier cosa que pase conmigo. Ahora puedo darme cuenta de que hay una luz que me deja algo ciega por estar, literalmente, sobre mis ojos. Se escuchan las voces de los doctores a mi alrededor, casi no puedo captar lo que quieren decir, pero estaban siguiendo las instrucciones del doctor principal para poder continuar con el proyecto. El dolor en mi columna no parecía desaparecer, pero ya me había hecho al dolor, la verdad. Ahora todo se veía tan relativo, querer destruir el programa, acabar con la sociedad, capturar a Derek y Caroline, todos esos planes estaban casi desapareciendo. No pasaba mucho desde que estaba aquí, quizá unos minutos, pero eran rápidos con esto, yo sólo pedía que se acabara.

Pude saber que la operación había concluido.

-Mire esto, señorita-uno de ellos llama a Ximena, la cual se posa a mi lado.

-¿Qué es?-pregunta viendo un lado de mi cuerpo.

-Parece ser una equimosis o una magulladura intera. De un accidente anterior, es grave, parece que en este tiempo pudo quedar paralítica ya que sus nervios en esta zona están frágiles.

La sonrisa insidiosa de Ximena me hace tener escalofríos.

-Así que ella está delicada, que buena noticia.

-¿Eso para ti es bueno?-estuve callada todo este tiempo, pero sus actos malintencionados me habían sacado de juicio.

-No te preocupes, Dan. Era un decir-sonríe abiertamente-. Es más, con el proyecto realizado en ti podrás notar lo más importante e impactante de todo esto. Fue lo que te dije que comprenderías pronto.

Estuve en pocos segundos dentro de un cuarto oscuro donde el oxígeno era minúsculo, no les interesó si estuviera bien, me tiraron sin cuidado. Sentí ardor en mis músculos cuando contacté con el suelo sin poder tener un momento de paz, gracias a una pequeña abuertura de la puerta se iluminaba un poco el lugar. Me pude asfixiar por la misma desesperación, pero creo que mi falta de consciencia se ocupó de eso. Frente a mí pude escuchar el movimiento de otras cadenas, puse mi mayor esfuerzo para poder fijarme de qué se trataba, pero esta vez era un quien. Una mujer, de aproximadamente veinte años, estaba atada a acadenas de pies y manos, desnuda, sin un abrigo que la tapara, nada más que una pieza de metal que le cubría el pecho y abdomen. En sus piernas se veía una serie de rasguños grotescos hechos con un aparato filoso que no mostró ninguna piedad hacia ella, su rostro totalmene mugre lleno de desesperación. Pegué un brinco, aún con el dolor, cuando noté que sus ojos estaban perdidos en mí.

-Ayúdame-rogó de manera angustiada, pero el miedo se apoderó de mí haciendo que me alejara hacia otra esquina. Ni me atreví a preguntar su nombre.

-No puedo ayudarte-las lágrimas ardían en mis ojos-. Lo lamento.

Y era cierto. No podría hacer nada por ella aunque quisiera, de verdad que no lo lograría, estaba viendo por mí, por sobrevivir. Había notado sus heridas, fue lo mismo que me habían hecho a mí o peor, ella fue un experimento fallido segúnm notaba, sacarla sería un gran error.

-Ayúdame-repitió con ira.

-No puedo y no lo haré.

Se levantó de un solo movimiento para aventarse hacia mí, me quedé estupefacta hacia esa reacción hasta que la cadena que le aprisionaba la detuvo a medio camino. Me quedé sin aire. Cuando se halló tirada y revolcandose, en lo que creí era tierra, se hecha a llorar y a gritar con fuerza. Me espanté. Necesitaba un milagro. Pero de la nada, la puerta se abrió de un tremendo golpe, las voces estaban distorsionadas, pero aun así pude contener una pizca de emoción por creer que alguien había venido a salvarme. Un destello de esperanza se vio en mis ojos, mi cuerpo temblaba por siquiera considerar esa idea. Alguien me desconectaba de los cables, pero mi piel sólo pudo sentir cuero en sus manos, estaba usando guantes. La presión que tenía en la cabeza desapareció por completo, unos brazos fuertes me envolvían y me sacaron corriendo del lugar. No me decía nada, eso no me parecía tan bueno, aunque estuviera consciente no podía ver nada bien, todo era borroso en este momento. Pero su olor no me parecía familiar. No lo conocía.