The Drama of Problem [MAMP#4] #YoSoyAnarky2018

77. El dilema del prisionero (Maratón 5/6)

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Fue divertido. Derek no pudo creer lo que estaba pasando ante sus ojos, pues yo estaba jugando con su fuerza de voluntad. No le había tocado ni un cabello, pero la mirada de horror petrificada en sus ojos me afirmó que había hecho correctamente las cosas. El fierro en mis manos se deslizaba de un lado al otro como si fuera un bastón, hice que rechinara entre uno de los tubos de agua que corría a lo largo de la pared y unas cuantas veces golpeé el suelo. Prendí un fuego pequeño en una esquina, pero lo suficientemente intenso como para poder usarlo a mi favor, ya cachaba las miradas de todas las personas mirando a mi dirección. Muchos de ellos estaban felices de que estaban a salvo y fuera del control de la sociedad, pero otros mantenían devoción. Calenté la punta del fierro mientras tarareaba una canción de cuna rusa que, al ser para niños, se mantenía como una de las más perturbadoras por su letra. Cuando me encontraba dentro de la sociedad y me entrenaban, una de nuestras maestras la cantaba mientras nos hacían pasar por la prueba del Z2, ella bajaba la voz cuando llegaba la parte del "tili tili bom", haciendo venir las pesadillas más terroríficas cada noche porque te recordaban el dolor y el escozor del miedo se esparcía por el cuerpo. Me acerco a Derek tan lentamente que comienza a temblar. Él ni sabía nada sobre sentir ese tipo de dolor, aunque sabía que no haría falta llegar a mayores, eso pienso.

-No lo harás frente a todos esos niños, quedarás como la mala.

Su sonrisa forzada por los nervios me dijo que ya mismo caía.

-Abre la boca.

Acerco el fierro que brillaba en su punta, se estremece cuando hago que roce su cabello y una parte se quema.

-Si no abres la boca, tendré que hacerlo por las malas -hice un fuerte movimiento donde el fierro parecía ir directo a sus labios y en ese momento ocurrió todo.

-¡Edimburgo! -me detengo a medio camino-. Ella está ahí, en la capital de Escocia. Los otros se esconden a las afueras de una casa cerca de Glasgow.

-Interesante.

Se queda mudo, no creía lo que acababa de pasar. No me decía nada, creo que porque notó su falencia. Antes de irme caminando tras la advertencia, había gritando el paradero de su madre y de sus otros aliados, muchos de ellos estarían dispuestos a enfrentarnos, por lo que estarían escabullidos en las líneas enemigas a causa de mi juego dentro de poco.

-¡No!

-Muchas gracias, Derek. Has sido de gran ayuda para la misión -acabo de escribir todos los detalles en un pedazo de papel malgastado y se lo pasé a Katia, que de inmediato se lo llevó a los demás.

-¡Maldita! ¿¡Cómo te atreves a hacer todo esto!? ¡Morirás!

-No lo creo, no aún. Yo tengo planes y antes de morir quiero que tú y tu madre estén donde deben -me acerco hasta él, le levanto la barbilla y trato de inmiscuirme entre sus ojos azules. Espero no estar cometiendo un grave error-. Tú estás enfermo, no relacionas nada correctamente, no notas que estás dispuesto a morir como una rata a causa de la avaricia y crueldad de tu madre. ¿No es así de fuerte tu lealtad?

-Yo...

-Necesito saber exactamente la dirección de tu madre.

-No. Además, saber que está en la capital no te será útil. Es grande, estarás perdida ahí dentro.