CAPÍTULO 21.- primer fragmento

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Orión apareció hasta el otro lado del campo de batalla, ahora ya no tenía tanto agotamiento por la teletransportación porque el Éter Oscuro no dejaba de darle su magia ilimitadamente. Estaba tan enojado, una cosa era ser obviamente menos experimentado en pelea que dos semidemonios que probablemente tenían años de experiencia.


Sin embargo, era demasiado humillante que una estúpida humana sin ningún poder casi le cortara el cuello con tanta facilidad, además de que no le tenía miedo en lo absoluto.


La mataría a ella primero teniendo la oportunidad.


Se arrancó el cuchillo de cuerpo mientras recitaba un hechizo de sanación, noto que ese cuchillo no era como otros que había visto, este era de jade y pensó que lo vio en algún recuerdo de Gunnar. Lo guardo mientras repasaba los recuerdos.


Miro a todos lados solo para confirmar algo que ya sabía, su ejército estaba arrinconado. No tenía oportunidad de poder enfrentarse a los espectros de los demonios y enfrentarse cuerpo a cuerpo contra ellos, seria suicidio.


Así que tenía que usar su ingenio esta vez, las ideas llegaron a su cabeza y se dio cuenta de algo fundamental. La batalla estaba reduciendo su tamaño. Aunque estaban dispersos, una gran mayoría se concentraba en un punto en específico.


Noto que los espectros no podían derribar a sus bestias con facilidad. Entonces empezó a dibujar runas alrededor del campo de batalla, apareciendo y desapareciendo con agilidad para dibujar las runas en diferentes puntos.


De ese modo sus monstruos tendrían varios modos de llegar a sus enemigos y el demonio de fuego no lo encontraría con facilidad.


Cuando se creyó listo para invocar a sus bestias, un aullido hizo que se agachara instintivamente. Su lobo estaba agachando la cabeza hacia alguien en específico. Vio como una onda de poder se expandía haciendo que la batalla se detuviera abruptamente.


El Éter oscuro se agitó asustando a Orión, la única vez que el Éter Oscuro se movió a voluntad, fue cuando su madre murió y el artefacto se arrancó de sus manos frías para posarse en las manos de Orión.


Orión sintió pánico al creer por un segundo que el éter estaba buscando un nuevo dueño, pero al recibir una vibración correosa por su brazo. Se dio cuenta que no era un nuevo dueño lo que deseaba, quería absorber el poder de quien detuvo la batalla.


Sintió la oleada de poder emanando del centro campal, era una magia tan pura y limpia. Eso no era ninguno de los demonios, ese ser era otra cosa. Nunca había estado en presencia de una magia tan especial.


El Éter volvió a vibrar, hambriento de aquella magia. Orión supo que esas eran las respuestas a sus preguntas. Tendría que atrapar aquello tan especial para poder vencer a los demonios.


—Cálmate, ese poder será nuestro ahora mismo —hablo con el artefacto como si este realmente le entendiera.


Alzó el Éter hacia el cielo y lanzó un hechizo de cúpula reforzado con la magia maligna del artefacto. Una bola de poder se estrelló en el cielo, creando una cúpula que evitaría que cualquiera que esté adentro no escapara de ningún modo.

THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNWhere stories live. Discover now