CAPÍTULO 47.- segundo fragmento

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—Humanos estúpidos.


La turba con antorchas se detuvo cuando él desplegó las alas para que vieran que sus conjeturas eran ciertas. Tenían un demonio en el pueblo.


—No quiero hacerles daño —hablo con delicadeza—, pero si siguen queriéndome molestar, no me quedará otra alternativa.


—Abandona este pueblo demonio —el sacerdote del pueblo habló siendo resguardado por algunos campesinos—, abandona esta tierra de dios.


—¿Tierra de dios? —él soltó un resoplido burlón—, esta es tierra del estiércol y la mala atención. Yo solo estoy de pasada humanos. Déjenme en paz o haré que un terremoto destruya a todo el pueblo entero.


El sacerdote empezó a gritarle cosas, intentó acercarse a Belial enseñándole la cruz para desterrarlo. Él se burló, era un ángel caído y la cruz tan mal empleada no podía hacerle daño. Tal vez el agua bendita lo haría, pero el sacerdote que está frente suyo no podría bendecir ni una gota de agua de manera decente.


Así que alzó su mano y con un simple movimiento hizo que el sacerdote quedará suspendido en el aire. La turba gritó y empezaron a huir desesperados. Algunos se cayeron y otros lloraban de miedo. El demonio no pudo evitar carcajearse al ver que un simple uso de sus poderes podría causar tanto miedo.


Cuando la mayoría despejó el lugar, puso al sacerdote en el suelo de nuevo. Se acercó mientras este temblaba de miedo.


—Como dije antes —habló el demonio—, solo estoy de pasada, buen hombre. Dentro de unos días seguiré mi camino y no volverás a verme nunca más. Así que pide a la gente del pueblo que se aleje, porque si vuelven a perturbar mi tranquilidad no seré tan amable.









***








Belial se despertó de repente, con una fina capa de sudor encima de él. Escuchó gritos y risas lejanas. Los sueños raros de él pasado de su demonio eran cada vez más comunes, como si la memoria estuviera volviéndole de a pocos. Era otra de las cosas que estaba ocultando a su familia, ya no quería preocuparlos más de lo que ya estaban. Todos cada vez estaban más nerviosos con su crecimiento y no quería complicar las cosas de lo que ya estaban.


Entonces recordó donde estaba, por escapar de la clase de lucha, se escondió en el techo de uno de los edificios de la escuela. Angel no había asistido porque tuvo un problema con sus síntomas de su demonio, Junior por su parte seguramente estaba besándose por ahí con su nueva novia y creía que ya se había ido.

THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNWhere stories live. Discover now