CAPÍTULO 45.- primer fragmento

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—Aun sigo molesta contigo —Liana se cruzó de brazos—, muy molesta.


—Lo sé —Auguste la atrajo para sentarla en su regazo—, te conozco lo suficiente para saber lo rabiosa que estas.


—Auguste —Liana le lanzó un manotazo cuando él empezó a meter su mano dentro de su falda—, te agarraste a golpes con un alfa ruso.


—Tenía que defender a mi amiga.


—Deniska ha dejado muy en claro que no necesita que ningún hombre la defienda —gruño Liana—, si pudo enfrentarse a los escuadrones a gritos ella sola, creo que puede con quien sea.


—Que ella pueda sola, no significa que lo esté —Auguste le beso la mejilla, aunque ella se revolvió en sus brazos molesta—, ella es como una hermana para mí y voy a defenderla porque es lo correcto, además ese zoquete pedazo de merde se lo merece, ¿No escuchaste lo que dijo de Taylor?


—Le rompieron varios huesos.


—Se lo merecía.


—Eres un alfa Auguste, el alfa de una de las manadas más fuertes, antiguas e importantes del mundo —Liana resoplo frustrada—, no puedes ir por ahí golpeando a todo aquel que se meta con tus amigos.


—Primero, sabes que no es mi estilo pelear como los salvajes de Estefan o Bael, soy de los que les gusta mandar a otros a mancharse las manos, pero él era un alfa y era una cuestión de honor. Segundo, sé que soy un alfa, diría que soy el más capaz de toda nuestra bandada de alfas idiotas y sé que no me comporte a la altura de lo extraordinario que soy, pero repito que esta fue una excepción —Auguste le volvió a besar la mejilla—, por último, me voy a ir por dos meses o más Liana, tienes que darme unos buenos besos para poder resistir todo ese tiempo. No puedo pasar las últimas horas que me quedan en el Reino por un largo tiempo sin que me des cariño.


Auguste se salió con la suya y Liana dejó que la besara.


—¿Prométeme que no vas a hacer ninguna estupidez como esa?


—Prometo que intentaré no hacer otra estupidez así —Auguste sonrió con malicia—, pero sabes que uno nunca sabe.


Liana se dio por vencida. Auguste no tenía remedio.


—Iré a verte dentro de algunas semanas —Liana se recostó contra él—, entonces podrás enseñarme tu país.


—¿Tu padre te dejará ir? —se preguntó Auguste—, ¿Con todo lo que está pasando?


—Yo ya soy mayor de edad y decido qué puedo hacer en mis vacaciones.


Auguste la miró diciéndole con un simple gesto "¿Enserio te crees eso tu misma?"


—Mi mamá me ayudara para que mi papá no haga mucho escándalo —Liana se sonrojo—, ella detiene un poco a mi papá.


THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNWhere stories live. Discover now