CAPÍTULO 43.- segundo fragmento

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—¿Sabes qué es lo que más odio de los cumpleaños? —Junior los miro con una gran sonrisa impresa en la cara.


—¿La tartas de limón? —dijo Angel engulléndose de las nombradas tartas—, yo las amo.


—¿La alegría de las personas al presenciar un acto de amor eterno? —suspiro Belial.


—No idiotas —Junior los miró con exasperación—, las infinitas oportunidades de hacer una broma.


Tanto como Angel y Belial pusieron los ojos en blanco.


—Nos estarán vigilando y mi tío Jaime debe estar previniendo todo esto —Angel se metió una mini tarta de limón a la boca y habló mientras masticaba—, aún debe estar molesto de que no se diera cuenta de que estropeaste el pastel de la boda de Liam.


—Obviamente esta vez tenemos que ser más creativos —Junior los miro con malicia—, ¡Expandir nuestras mentes!


Angel siguió comiendo sus tan queridas tartas y Belial solo se dedicó a tomar su limonada de frutos rojos mientras Junior miraba todo los preparativos para la boda de Theo e ideaba en voz alta la manera de ser más inteligentes que su tío Jaime.


Al día siguiente sería la boda de Theo y Taylor, al final su tío Dylan se había salido con la suya y logró involucrarse en la boda de su hijo. Lo que pasó de ser una pequeña boda, ahora era todo un agasajo. Theo no parecía muy feliz con eso, pero Dylan era una tormenta imposible de detener.


Belial miro a los sirvientes arreglando el jardín del palacio para que todo estuviera perfecto. Junior miraba las sillas donde estarían los alfas y les pregunto dónde podrían conseguir pegamento industrial para que los alfas quedarán totalmente unidos a sus sillas. Angel lo reñía porque podría provocar más problemas de los que había.


Y sí que había problemas, o eso pensaban los jóvenes por lo tensos que estuvieron todos en la cena preliminar a la boda de Theo con los alfas. El demonio sentía que se podía cortar la tensión con un cuchillo bien grande.


Pero a los tres les hacía feliz saber que Jessy y Dantalian podrían dejar de esconderse. Tal vez era porque todas las cosas que pasaron en las guerras y todo eso no los afectaron directamente.


—¡Ya sé! —Junior los miro totalmente contento—, ¡Ya se me ocurrió un excelente travesura! ¡Esto será épico!


—¿Sí? —escucharon la voz de su tío Jaime detrás de ellos—, me encantaría escuchar sobre eso.


—¡Corran por sus vidas! —exclamó Junior.


Los tres chicos corrieron en diferentes direcciones empujando a algunos sirvientes y estropeando algunos arreglos.


—¡Vengan aquí ustedes tres mocosos! —Jaime se concentró en perseguir a Junior.


Belial corrió a toda velocidad y se internó en el laberinto de rosales. Se quedaría ahí hasta que la ira de su tío Jaime se aplacara. Su tío era muy bueno castigándolos y Belial no quería pasar su tarde lavando orinales del albergue de ancianos como la última vez.

THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNWhere stories live. Discover now