CAPÍTULO 46.- tercer fragmento

3K 437 28
                                    


—¡¿Cómo pudiste ocultarme que sabías todo el detrás del motivo por el que mi madre intentó asesinarme?!


Joon explotó lleno de rabia y Estefan sabía que no era el momento. Pero siempre le parecía que su esposo era mucho más atractivo cuando estaba enojado. Pareció que Joon pudo sentir el agitamiento de Estefan, porque sujetó su silla y se la lanzó rompiéndola en su cabeza.


Daeho quedó estupefacto por ese arrebató de violencia y más porque Estefan parecía estar disfrutando de aquel daño físico.


Definitivamente eran el uno para el otro.


—¡No estoy para tus estupideces! —exclamó Joon mirando amenazadoramente hacia Estefan, aunque sabía que no servía de nada.


—Joon cálmate por favor —Daeho intentó intervenir — déjame explicarte


—¡Si eso es lo que harás! —Joon volvía su atención a él nuevamente—, quiero saber porque después de todo este tiempo, incluso de que te nombre mi beta no has abierto la boca.


—Recuerda que no te quiero escuchar mintiendo o sabes las consecuencias —gruño Estefan sin dejar su sonrisa macabra de lado.


Joon se derrumbó sobre otro asiento porque el suyo se lo lanzó a Estefan. Se tapó la cara y dejó que Daeho hablara. El debería estar agradecido de que su hermano menor los encontrara a Estefan y a él detrás de los árboles. Ya que su esposa sintió su angustia por el lazo de mates y se lo dijo a su hermano cuando lo buscaba.


Supo de inmediato que estaba pasando cuando no encontró a Daeho y Estefan en la residencia. Los buscó por los jardines y vio toda la escena de Estefan a punto de golpear otra vez a Daeho.


Joon se fue en contra de su mate de inmediato, este tuvo que gritarle que estaba pasando para que Joon dejara de golpear al semidemonio. Los arrastró a los dos a su oficina y mandó a desalojar a todos los sirvientes y miembros de la manada que aún trabajaban en la residencia por dos días.


—Sabes que era un adolescente en ese entonces y tu solo eras un niño —empezó a decir Daeho—, yo también viví en una burbuja hasta el anuncio de la competencia por ser el heredero del tío Jae. Estaba emocionado como todos nuestros primos que tenían la edad para competir, pero ahí fue donde empezaron todos los problemas.


Daeho busca su propio asiento, aunque lo más alejado del escritorio de Joon. Miro al suelo atormentado por aquellos recuerdos que estaba forzando a que volvieran a su cabeza.


—Nuestra madre de pronto empezó a comportarse de manera extraña —siguió explicando—, cada vez se puso más nerviosa mientras se acercaba la competencia. Yo entrenaba todos los días con papá. Este incluso se tomó un tiempo en el trabajo para poder prepararme mejor.


—Recuerdo bien eso —replicó Joon con amargura—, estaba muy empeñado en que fueras alfa.


Daeho suspiro.


—Entonces fue cuando el tío Jae dijo que todos y absolutamente todos los que estaban en rango de edad podían participar y no solo un hijo por familia. Tenían que ser todos los sobrinos —Daeho sonrió—, lo hizo porque mi padre dijo en una reunión familiar en voz alta que solo me mandaría a mi ¿sabes?, yo estuve ahí y mi tío Jae se enojó. Siempre tuvo una debilidad por ti, nunca entendí porque no simplemente te eligió a ti de frente. Nos hubiera ahorrado muchos problemas a todos.

THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora