Capítulo II: Balas y Reencuentros

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     Las puertas dobles de la gigantesca habitación se abrieron se golpe para permitir la entrada al equipo de hombres uniformados y liderados por Villetta Nu. El primer escuadrón que iba justamente detrás de ella, avanzó hasta llegar al centro de la habitación. El segundo escuadrón se desvió para dirigirse hacia otra puerta. Los cristales de los ventanales cimbraron cuando Nunally se liberó de la mordaza para exclamar con desesperación:

— ¡¡¡Hermano!!!

— ¡¡¡Nunally!!!

Uno de los hombres uniformados le propinó un fuerte golpe en el estómago a Lelouch para hacerlo callar. El chico perdió el aliento. Nene hubiera querido darle un poco de apoyo, pero sus ataduras eran tan fuertes que impedían la circulación de la sangre en sus muñecas.

Ambos forcejearon nuevamente cuando los uniformados comenzaron a registrarlos para asegurarse de que no estuviesen armados. Arrebataron con especial violencia el Xros Loader de Nene, que estaba oculto bajo las ropas de la chica. Acto seguido, colocaron a ambos de rodillas en el suelo. Ajustaron los vendajes que cubrían sus ojos. Nene y Lelouch escucharon el característico sonido de un arma de fuego cuando se le quita el seguro. Ambos optaron por permanecer quietos. De alguna manera supieron que los cañones de las armas estaban dirigidos hacia sus cabezas.

El Geass es inútil en este momento, pensó Nene. ¿Por qué no nos permite comunicarnos mediante nuestros pensamientos?

La chica quiso pronunciar los nombres de Oggi y Diethard, pero algo se lo impidió. No conseguía entender cómo era que aquellos dos miembros de la Orden de los Caballeros Negros habían terminado del lado del imperio. Los pasos lentos y decididos de otra persona se escucharon dentro de la habitación. La voz que se escuchó entonces logró despertar viejos sentimientos negativos en el interior de Lelouch.

—Buen trabajo, Villetta. ¿Esas vendas nos protegerán de sus poderes?

—Sí, señor —respondió la aludida.

Nene se sintió ligeramente sorprendida cuando detectó un ligero atisbo del tono de voz de Lelouch en las palabras que el recién llegado había pronunciado.
Lelouch endureció su expresión hasta niveles insospechados.

— ¿En dónde los has encontrado? —preguntó la voz de aquel hombre que hablaba con especial indiferencia.

—En la Mansión Ashford —respondió Villetta.

El hombre asintió y caminó lentamente hasta situarse frente a Nene. Tomó la barbilla de la chica con excesiva fuerza y le obligó a levantar un poco el rostro. Ella se liberó al instante, sacudiendo su cabeza con violencia. Su respiración, junto con la de Lelouch, se agitó de repente.

—Tú eres esa chica que escapó del hospital donde Cornelia fue a dar luego de esa batalla en el Área 11, ¿no es cierto? —Nene asintió—. ¿Cuál es tu nombre?

—Nene —dijo ella con valentía—. Nene Amano Li Britannia.

— ¿Li Britannia? —Se extraño el hombre—. ¿Quién te ha dado el derecho de decir que perteneces a la familia real?

—Yo lo he hecho —intervino Lelouch.

El hombre misterioso rió.

—Pareciera que eres un ave Fénix, Lelouch —dijo—. Renaces de las cenizas.

—Hagas lo que hagas con nosotros, te pido que no lastimes a Nunally de ninguna manera —habló Zero—. Ella no es parte de la revolución.

Nene de la RebeliónWhere stories live. Discover now