Capítulo XXX: Tentación Prohibida - ¡La Tierra Miel Será Nuestra!

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¡Hey, hola! La canción que les dejo en multimedia deben reproducirla mientras leen. Quiero decirles que soy un poco inconstante con Nene de la Rebelión porque dejé de escribir durante poco más de un mes para concentrarme en la publicación de un libro nuevo que saqué hace poco, y recién estoy comenzando a tomar ritmo de nuevo. ¡Pero no se preocupen! No abandonaré la historia, sólo tengan un poco de paciencia mientras vuelvo a la rutina. ¡Que disfruten la lectura!


La luz de color verde se desvaneció, dejando al descubierto el cuerpo de aquella mujer de curvas despampanantes, aspecto oscuro e intimidante, y que cortó el aire con su látigo cubierto de espinas para anunciar su llegada. A pesar de no poder ver a su oponente, Belphemon supo que algo grande estaba por ocurrir. Pudo haber atacado en ese momento, pero sus impulsos lo obligaron a preguntar:

— ¿Quién eres tú?

Ella, dejándose embargar por la ira que su compañera humana le contagiaba, la guerrera del látigo respondió:

—He venido para hacerte pagar por tus crímenes. ¡No permitiré que más de nuestros amigos mueran por luchar contra ti! La pureza de las intenciones de Mimi me ha ayudado a conseguir un poder superior. Y no voy a desperdiciarlo... Yo soy Rosemon, ¡y seré quien te envíe de vuelta al infierno al que perteneces!

Para darle cierto énfasis en sus palabras, Rosemon se elevó en los aires y lanzó un golpe con su látigo, atrapando el brazo izquierdo de Belphemon. Las espinas se incrustaron en la piel del demonio, sujetándolo y dejándolo parcialmente inmovilizado durante un par de segundos. Al liberarse, el demonio intentó contraatacar mediante una embestida de sus cuernos que Rosemon consiguió bloquear generando un escudo mediante energía de color rojo y algunos pétalos de rosa.

Resoplando para externar su inconformidad, Belphemon retrocedió. Su ceguera causó que la sensación de recibir su propio golpe con el triple de fuerza fuese verdaderamente contundente.

Armándose de valor y recuperándose de su repentino momento de crisis, Mimi dio algunos pasos al frente para pasar entre sus amigos. El espíritu inquebrantable de aquellos elegidos por los Tres Grandes Ángeles les impidió permanecer derrotados durante mucho tiempo. A pesar de sus heridas y de que sus Digimon no podían seguir luchando, todos levantaron sus rostros para seguir con la mirada los pasos de la chica de los mechones de color verde. A ella no le pasó por alto la forma en la que Taiki intentaba ponerse en pie. La manera en la que Kira respiraba agitadamente, quizá sintiéndose ridiculizada ante el hecho de no ser ella la última que quedaba en pie. Tagiru hizo otro tanto, deteniéndose sólo cuando Nunally reaccionó para impedir que el muchacho se alejara de su lado. Nene abrió finalmente los ojos e intentó incorporarse, a pesar del dolor que sentía en cada rincón de su cuerpo. Lelouch sólo le dirigió a Mimi una gélida mirada, adivinando que la chica no tenía siquiera un solo plan en mente.

Pero la única que tuvo el privilegio de cruzar miradas con su última esperanza fue Airu. La chica rubia, deshaciéndose en un silencioso sollozo, le lanzó a Mimi sus súplicas. Y la aludida, pudiendo sentir el dolor de Airu como si hubiese sido propio, se limitó a asentir. Transmitió entonces toda la ira a sus ojos, dirigiendo su mirada hacia el demonio ciego que no podía verla de vuelta. Tomó una gran bocanada de aire y cerró los puños con fuerza.

— ¡Oye!

Sus cuerdas vocales resintieron el grito que ella dejó salir de su garganta. Rosemon cortó el aire con su látigo, situándose delante de Mimi sin dejar de estar suspendida en los aires. Era su manera de proteger a su compañera. Su forma de demostrarle al enemigo que no podría dañar a Mimi de la misma forma que había hecho con el resto del equipo.

Nene de la RebeliónWhere stories live. Discover now