Capítulo XIX: ¡Vamos al Castillo de NeoVamdemon!

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     Tagiru aferró con fuerza la palanca que accionaba el acelerador del Lancelot, y con la otra mano se preparó para presionar el botón que activaría el rifle. Se sentía un tanto nervioso, pequeño e insignificante estando entre tantas luces, controles y sonidos. Sentía también que al estar en la cabina del Knightmare de color blanco no estaba formando parte de la acción realmente. Estando encerrado en ese sitio, y mirando la contienda a través de la pantalla, sólo podía sentirse al borde de un ataque de claustrofobia. ¿Cómo podría cualquiera pelear así?

Esperó pacientemente a que Zephyrmon volara hasta quedar frente al enemigo, que en ese momento se encontraba totalmente fuera de control. La figura esbelta de la mujer era lo único que separaba a BurninGreymon del Lancelot y el Gawain. Levantando ambas manos en son de paz, Zephyrmon llamó la atención de quien alguna vez había significado más que un simple amigo para ella.

—BurninGreymon —dijo—, tranquilízate. Somos nosotros.

Un gruñido fue el único sonido que brotó de su contrincante.

Instintivamente, Lelouch se preparó desde el interior del Gawain para disparar el cañón de Hadrones. Nene, aún en el suelo y resguardando a Kira, aferró su Xros Loader con fuerza.

—No te haremos daño —continuó Zephyrmon—. S-sé que esas máquinas pueden parecer intimidantes al principio, pero...

Nada. BurninGreymon no parecía tener intenciones de responder.

Zephyrmon frunció ligeramente el entrecejo.

—Takuya —llamó ella—. Sé que puedes escucharme.

No obtuvo respuesta. Como último recurso, Zephyrmon extendió una mano para tocar a BurninGreymon. Y cuando el fuego emanó del cuerpo de él, en señal de protesta, Zephyrmon supo que no había nada que ella pudiera hacer.

—No eres Takuya —anunció con frialdad—. Ya no eres Takuya.

Retrocedió un poco y se giró para mirar a sus amigos, diciendo decidida:

— ¡Vayan al castillo de NeoVamdemon!

— ¿Es que has enloquecido? —respondió Mervamon.

— ¡No podemos abandonarte aquí! —secundó OmegaShoutmon.

Zephyrmon, sin embargo, se giró de nuevo para encarar a BurninGreymon y anunció:

—Sólo yo puedo encargarme de esto.

Lelouch no lo pensó dos veces. Llamó a la retirada de inmediato, queriendo confiar en que Zephyrmon pudiese tener alguna oportunidad de derrotar a aquella bestia. Nene ayudó a Kira a saltar hacia el lomo de Sparrowmon, donde la chica de las gafas de aviador se reunió con su emplumado amigo. Y Nene, dando un salto mortal e imposible, cayó sobre el Gawain en el momento exacto en que Lelouch abrió la compuerta. La chica ocupó su lugar en los controles, al tiempo que el chico se levantaba para ocupar su propio asiento, en compañía de Nunally.

— ¡Zero! —llamó la voz de Tagiru desde el comunicador—. ¿Qué haremos ahora?

—Ya has escuchado a Zephyrmon —respondió el aludido—. Vamos a ese castillo a enfrentar al tal Beelzebumon. Ella estará bien.

Y dicho aquello, la comitiva se retiró.

Desde el lomo de Sparrowmon, Kira sólo pudo dirigirle a Zephyrmon la que pudo ser la última mirada.

Estando totalmente solos, el fuego de BurninGreymon apareció de nuevo. Todos los árboles marchitos que los rodeaban quedaron reducidos a cenizas. El viento emanó entonces del cuerpo de Zephyrmon para externar la ira contenida que ella ocultaba en lo más profundo de su ser.

Nene de la RebeliónWhere stories live. Discover now