Capítulo XXXVII: La Drástica Decisión de Yuu

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     ShogunGekomon intentó da un peso hacia adelante, revelando las ataduras que se mantenían incrustadas en su espalda. En lugar de estar sujetas a un par de grilletes, las cadenas nuevas y relucientes parecían brota de su cuerpo. Se fundían con el muro, y cada movimiento de la bestia hacía que las cadenas estiraran su piel, causando que una que otra partícula brillante escapara. Seguramente sentía dolor, pero se negaba a demostrarlo. Sólo aplicaba cada vez un poco más de fuerza, haciendo que el muro detrás de él se llenara de cuarteaduras. El grupo de elegidos retrocedió nuevamente, e inconscientemente comenzaron a colocarse en sus posiciones estratégicas que obedecían a un plan de emergencia creado implícitamente. Quienes podían considerarse como los líderes del equipo se colocaron al frente. Kira, Nene, Tagiru y Taichi. A éste último lo protegían sus tres compañeros, así como Gabo y Zero. Oggi y Diethard resguardaban al esto, haciendo especial énfasis en mantener a la hermana de su propio líder lejos de la línea de fuego. Zoe se encargó también de esa misión, uniéndose a la guardia personal de Nunally. Yuu se colocó al frente de Airu, pues parecía ser el único que recordaba que la chica del Xros Loader rosa tampoco tenía un Digimon para pelear.

Akari, a pesar de que estaba totalmente dispuesta a hacer lo que fuese necesario con tal de reunirse con Taiki, fue la única que se percató del significado oculto que las cadenas podían tener. Sin embargo, guardó silencio.

ShogunGekomon dio otro tión, acompañado por un gruñido amenazador. Un gruñido que se escuchaba ligeramente lastimero y suplicante. Aquello consiguió alerta a Akari, dándole la razón a sus sospechas iniciales. Y aunque dio un paso hacia atrás por un instante, aferró su Xros Loader con fuerza. Dorulumon, en guardia, también lo supo. Optó por guardar silencio, pues sabía bien que sólo existía una alternativa.

— ¿Qué estamos esperando? —preguntó Katsura impaciente, y lista para entrar en acción.

—Si lo que dijo Sigma es cierto, ShogunGekomon se encuentra en una cámara mortuoria para quien sea que quiera enfrentarlo allí dentro —respondió Nene—. Debemos hacer que salga de ahí.

— ¡No se diga más! —sonrió Kira decidida, y dio pie a la Digievolución de su emplumado compañero.

LadyDevimon entró en escena, esbozando una sonrisa de determinación que en ella lucía un tanto sádica y aterradora.

Ni bien hubo terminado su transformación, LadyDevimon tomó a ShogunGekomon y tiró de él con todas sus fuerzas para obligarlo a salir de la cámara. La bestia se deshizo en un alarido de dolor al sentir que las cadenas se desprendían de su cuerpo. Sus ataduras estallaron en Datos, y la mujer demonio tan sólo dejó a su enemigo a su suerte, lanzándolo con fuerza hacia un muro que se derrumbó encima de él. A pesar de las miradas de desaprobación, Kira sonrió satisfecha y celebró el triunfo de su compañera. La paz duró pocos segundos, pues ShogunGekomon surgió de entre los escombros, lanzando el primer ataque sin detenerse a monologar.

— ¡Trémolo Final!

En el refugio de Lloyd, el aroma del té caliente y la comida deliciosa no concordaba en absoluto con el ambiente frío que causaban los Knightmares ni los ordenadores alrededor. En realidad, la escena en general parecía haber sido creada por Cecile en un momento de falta de tiempo y de mucha desesperación. Apilando en un rincón un grupo de cajas llenas de refacciones, Cecile consiguió hacer espacio suficiente para luego colocar algunos cojines en los que todos pudieron sentarse luego de tomar una merecida ducha. Schniezel y Cornelia tenían un par de cosas qué decir al respecto, aunque optaron por permanecer en silencio. En una tierra destruida y desolada, nadie merecía ser tratado como un rey. Ni siquiera aquellos que formaban parte de la realeza.

Nene de la RebeliónWhere stories live. Discover now