Capítulo XXXIII: ¡Responde, Alfa!

74 12 5
                                    


     El silencio nocturno podía ponerle la piel de gallina a cualquiera que tuviese el privilegio, o el infortunio, de tomar una siesta en la fortaleza de Sigma.

Tras salir de las aguas termales, sintiéndose un tanto más tensos de lo que estaban antes de darse un baño, los valientes guerreros fueron conducidos por Otamamon y Gekomon hasta la zona de los dormitorios. Nuevamente, las puertas únicamente se abrieron para quienes poseían un Digivice. Y aunque el cansancio ya estaba comenzando a cobrar sus facturas, todos se obligaron a sí mismos a mantenerse en sus cinco sentidos. Repartieron en pequeñas porciones la comida que Lloyd envió, dejando el resto resguardado en los Xros Loaders de Taiki y Tagiru.

El plan dio inicio cuando uno de los Monitormon, oculto entre las sombras, observó en silencio la forma en que la puerta del centro de comando de Sigma se abrió para dejar salir a tres de los cuatro protectores que allí se habían reunido.

Taichi, Meiko y Henry se retiraron hacia su dormitorio exclusivo, en compañía de sus Digimon. Monitormon se quedó paralizado por un momento cuando Meikuumon se detuvo en seco. Frunciendo el entrecejo, Meikuumon se acercó hacia el sitio en donde Monitormon se ocultaba. Sin embargo, la voz de Meiko le dio a Monitormon una razón para respirar con tranquilidad.

—Andando, Mei —dijo la chica.

Meikuumon, a pesar de saber que su olfato la había guiado hacia ese punto por una razón, decidió obedecer a su compañera.

Monitormon esperó un par de minutos, dejándose cubrir por el siniestro manto del silencio, y se armó de valor para escabullirse hacia la puerta del centro de comando.

De forma inmediata, el intrépido escuadrón se hizo presente en la estancia del refugio. Liderados por Lelouch y Nene, el equipo estaba conformado por Kira, Taiki, Mimi y Yuu.

Era un tanto difícil andar de puntillas en aquel sitio tan silencioso, pues no había manera en la que sus pasos pudiesen pasar desapercibidos. Monitormon se reunió en silencio con Nene, quien le dedicó una sonrisa acompañada por una caricia en la cabeza.

Aún manteniéndose en silencio, Taiki le dio a Monitormon sus nuevas instrucciones mediante algunos movimientos de la mano derecha. Monitormon asintió y fue a ocupar de nuevo su puesto, trepándose en el techo y observando atentamente aquel pasillo que conducía hacia los dormitorios. Acto seguido, Lelouch indicó al resto de sus compañeros que se resguardaran en aquellas sombras que antes habían ayudado a Monitormon. Taiki supo que había sido el plan perfecto cuando descubrió la forma en la que Monitormon había movido las cámaras de seguridad para que ninguna transmisión pudiese captarlos.

Con un ademán de la cabeza, Lelouch ordenó a Mimi que el plan debía continuar. La chica asintió, llevando aún a Tanemon en brazos, y caminó lentamente hacia la puerta del centro de comando. Contuvo la respiración por un instante y esbozó una sonrisa que sus compañeros supieron identificar como algo falso y estrictamente necesario.

— ¡Izzy! ¿Puedo pasar?

Sigma respondió al instante, mediante aquella diminuta bocina que apareció detrás de una compuerta automática en el sensor que se activaba al contacto con los Digivice.

— ¿Qué haces aquí? —Preguntó Sigma con serenidad—. Deberías estar descansando.

Mimi no borró su sonrisa, a pesar de que en el fondo comenzaba a sentir deseos de derribar la puerta con sus propios puños.

—Debo hablar contigo —respondió la chica—. Es urgente.

— ¿Sobre qué? —respondió Sigma.

Nene de la RebeliónWhere stories live. Discover now