Capítulo LXV: La Corrupción de la Inocencia - ¡Vamos a la Tierra Brillo!

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     Algunas palabras interesantes llegaron a oídos del líder de los Protectores de los Siete Reinos. El caos se detonó cuando el muchacho fue hacia Akari y la tomó por el cuello de la camiseta, para darle un par de sacudidas y separarla del cerco que formaron sus amigos. La tomó por sorpresa. Sólo por unos segundos, su mirada fue la de una chica realmente indefensa.

—¿Qué acabas de decir? —Reclamó Taichi—. ¿Qué es lo que te ha dicho Minerva?

—¡Oye, suéltala!

Akari agradeció que Yuu le sacara al chico de encima. Tomó a la pelirroja por el brazo para llevarla de nuevo con sus amigos. Ella se aferró al Xros Loader con fuerza, que no tardó en iluminarse. Dorulumon surgió imponente, agazapándose justo a un lado de Yuu. Taichi recibió el empujón del chico rubio. Retrocedió, reacomodó su traje especial, y fulminó al rubio con la mirada. Dorulumon gruñía. Su taladro danzaba amenazadoramente detrás de él. Meiko e Izzy no tardaron en colocarse a cada lado de su líder.

—Sólo le he hecho una pregunta —se defendió Taichi—. Ya que somos un equipo, todos deberíamos saber lo que Minerva quiso decirnos. ¿Qué te ha dicho a ti, Amano?

—Eso no es de tu incumbencia —atacó Katsura—. ¿Por qué confiaríamos en ti, de cualquier manera?

—Parece que ya has olvidado que yo les ayudé a vencer a Clarisse Okada la primera vez, Shinyuga —respondió Taichi.

—Las cosas han cambiado mucho, al parecer... —se quejó ella.

—¡Basta!

Akari se hizo escuchar al fin. Caminó hacia quienes la protegían. Se reunió con Dorulumon para envolverlo en un fuerte abrazo que duró unos segundos. Taichi puso los ojos en blanco.

—Dorulumon, qué gusto me da verte de nuevo —dijo la chica.

—También a mí —dijo Dorulumon—. Ahora, muévete. Le daré una lección de buenos modales a ese sujeto.

Akari sólo reía. Encaró a Taichi, posándose entre Yuu y Katsura. La influencia del general fue demasiado evidente en la forma en que su mirada cambió.

—He dicho justo lo que escuchaste —respondió—. Minerva me ha dicho que mi destino está entrelazado con el de Taiki, Kiriha y Nene.

—¿Por qué ha sido tan clara contigo? —reclamó Taichi—. ¿Te ha dicho sus nombres?

Akari negó con la cabeza.

—Sólo se ha referido a ellos como los tres generales. Sé que se refería a eso, porque ellos fueron los generales de los tres ejércitos que pelearon por el Código Corona antes de que nos convirtiéramos todos en un solo ejército.

—Pero Taiki dijo que tú no podías ir con ellos —intervino Zoe—. No lo entiendo...

—Sea como sea... Dudo que ellos puedan destruir a Daemon —dijo Taichi, encogiéndose de hombros—. Sólo pierden su tiempo. En cuanto ellos vuelvan, lloriqueando y suplicando que les ayudemos, lo entenderán... Si es que aún están con...

Yuu atacó con otro empujón. Takuya y Eri lograron sujetarlo antes de que soltara el puñetazo que realmente deseaba dar. Taichi retrocedió, echó mano de su Digivice, y quiso contraatacar también. Sin embargo, antes de que pudiera dar la primera orden, la cola de Arrestedramon se interpuso en la tierra de nadie para impedir cualquier movimiento. Taichi retrocedió de nuevo. Tagiru bajó del lomo de su Digimon, con una mirada que realmente reflejaba la furia y la indignación.

Nene de la RebeliónWhere stories live. Discover now