Capítulo XLII: ¡Liberemos a la Tierra Cibernética!

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¡Hey, hola! En el capítulo anterior les dije que éste llevaba por título "El Estallido de la Súper Estrella. ¡Liberémos a la Tierra Cibernética!", pero Wattpad no me deja poner títulos tan largos, y lo odio por eso. En fin. En Multimedia les dejo la canción Tagiru Chikara, de Psychic Lover, para que escuchen mientras leen. ¡Que lo diisfruten!

     — ¡Sparrowmon, Chou Shinka!

— ¡Chou Shinka... Raptor Sparrowmon!

No hubo tiempo para dar explicaciones, y mucho menos para detenerse a hacer planes. Todos sabían que la única manera de llegar a tiempo al campo de batalla era consiguiendo a alguien que poseyera poder suficiente para abrir su propio camino.

Ni bien estuvo frente a ellos, RaptorSparrowmon dirigió su mirada hacia arriba. Un holograma se desprendió de su máscara, revelando un radar de señales calóricas. Movió su cabeza en un par de direcciones hasta encontrar el punto correcto.

— ¡Apártense! —exclamó.

Extendió sus alas y giró sobre sí misma, emitiendo un rayo de energía de color rojo al grito de Raptor Charge. Su técnica creó un túnel de considerables dimensiones, abriendo así el camino ideal. No conforme con ello, disparó un Slash Harken de su cuerpo para utilizarlo a forma de gancho expandible. Extendió un brazo entonces, indicando a sus compañeros que debían sujetarse del cable, que era resistente e invencible.

—Sujétense —añadió.

Todos obedecieron, a excepción de Mervamon. La valiente guerrera sólo tomó la mano de RaptorSparrowmon, quien activó de nuevo el Slash Harken para subir a toda velocidad.

— ¡Cúbranse!

El rifle brotó de su cuerpo, disparando una única bala que logró abrir el último túnel.

Fue un tanto confuso al principio, especialmente por la absoluta oscuridad con la que se encontraron. Mervamon se separó de RaptorSparrowmon para permitir que su compañera dirigiera un impacto más del Raptor Charge hacia uno de los muros, creando escombros que se incendiaron y cuyo fuego brindó un poco de luz. Sólo así, todos pudieron darse cuenta de aquello que les heló la sangre. Oggi y Diethard retrocedieron, aferrando sus armas con fuerza y quizá presintiendo que estaban ante un enemigo cuyo poder debía ser igual a su belleza infernal. Kiriha y Nene quisieron encararla con valor, pero tanto los dos generales como el líder de la rebelión se quedaron sin habla y totalmente paralizados. Mervamon soltó un juramento en voz baja, sujetando su Olympia con fuerza. Y RaptorSparrowmon, sin querer hacerlo en realidad, bajó sus alas.

Lilithmon estaba ahí. Con Shoutmon agonizando a sus pies, luchando férreamente contra las garras de la muerte. Y la mujer demonio, para persuadir a sus enemigos de no dar un paso más, hizo que su escudo humano se colocara justo frente a ella.

Taiki Kudou, abatido y derrotado. Sujeto con las cuchillas que cortaban su piel, y haciendo un gran esfuerzo por mantenerse consciente y por no dejar a un lado su mirada de determinación, por encima del dolor que le hacía desear estar muerto.

—Taiki... —musitó Kiriha horrorizado, dejándose llevar al instante por la ira—. ¡Suéltalo, maldito monstruo!

Como respuesta, las cuchillas apretaron un poco más. La sangre salpicó en el suelo. Nene tuvo que sujetar a Kiriha para evitar que el muchacho se acercara demasiado. Lilithmon rió con malicia, sabiendo que tenía a sus enemigos bajo control.

—K-Kiriha...

La voz entrecortada de Taiki destruyó algo dentro de sus amigos. Es muchacho sabía que no le quedaba mucho tiempo, y aún así debía mantenerse fuerte. Shoutmon intentaba levantarse a toda costa, consiguiendo que Lilithmon le propinara un pisotón que aceleró su agonía. Volvió a quedarse inmóvil. Los ojos de Mervamon, cargados de furia, hicieron juego con su respiración agitada.

Nene de la RebeliónWhere stories live. Discover now