Capítulo XI: Flarerizamon

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¡Hey, hola! La canción que les dejo en Multimedia deben reproducirla desde el momento en el que Airu se coloca frente a Akari durante la batalla al final del capítulo. Si no pueden ver el vídeo, les digo que la canción es: Brave Heart (Female Version) de Ayumi Miyazaki. Eso es todo. ¡Disfruten el capítulo!

     El Megadramon cruzó los cielos de la Tierra Dragón aquella noche, ocultándose detrás de las sombras creadas por la oscuridad nocturna. Kira había insistido en usar el nuevo mapa de su DigiLector para buscar las señales de sus amigos y así poder encontrarlos más fácilmente, pero Taichi tuvo que negarse rotundamente y aseguró que él se encargaría de ello, dándole un ligero golpe a sus gafas oscuras para darle énfasis a sus palabras. Pero sin importar cuántas veces recorrieran los cielos, era imposible distinguir si en tierra firme había señales de vida. Lo único que todos fueron capaces de ver fue la oscura figura del siniestro castillo que se distinguía en la lejanía, rodeado por un aura de color negro en la que podía transmitirse toda la maldad albergada allí.

Pero de los demás, no había rastro alguno.

—Insisto en que tendríamos que usar el mapa del DigiLector —se quejó Kira con un dejo de resignación—. Esto no está funcionando. No podremos ver nada en la oscuridad y si ellos se percatan de nuestra presencia, tal vez crean que somos enemigos.

—Eso podría llamar la atención del enemigo —insistió Taichi—. Sé paciente. Sus pueden haber ido muy lejos.

—Tal vez han llegado a otro de los Siete Reinos —sugirió Airu.

—No —respondió Nene tajantemente—. Estoy totalmente segura de que ellos están aquí.

Diethard tan sólo permaneció en silencio mientras el cuarteto discutía con respecto a la posible ubicación de los desaparecidos. Sintiéndose desinformado, el pobre hombre se limitó a mirar en los al rededores en busca de alguna señal que pudiese delatar la posición de Oggi, o del mismísimo Zero. Su ojo analítico le ayudó a ver algo que hasta ese momento había pasado desapercibido.

—Hay humo —informó y señaló con una sacudida de la cabeza el punto en el que dicha columna se elevaba para disiparse estando en el cielo.

La única respuesta que obtuvo fue el giro que dio Megadramon para tomar esa dirección. Nene se relajó sólo un poco al imaginar que en ese punto sus amigos ya habían instalado un campamento para pasar la noche. Tal vez habían conseguido un poco de comida y en esos momentos estarían dormidos mientras uno o dos de los miembros del grupo montaba la guardia nocturna. Sonrió con un dejo de optimismo al pensar que, sólo quizá, Lelouch y Yuu habrían tenido al menos tres discusiones con respecto a los turnos para montar la guardia, con respecto a la manera de cocinar la cena o con respecto a qué sitio debía tomar Nunally alrededor de la fogata.

Pero cuando el Megadramon aterrizó, se esfumó la nube de optimismo.

En aquel punto no existía nada parecido a un campamento. Nene retrocedió un par de pasos, incapaz de seguir acercándose por temor a descubrir que había ocurrido algo inevitable. Airu hizo otro tanto y se abrazó a sí misma. Taichi tan sólo bajó del Megadramon y pasó una mano entre su cabello pues no supo cómo más podía reaccionar. Kira, dejándose llevar por su instinto, bajó del lomo de Megadramon de un salto y echó a correr hacia el muchacho castaño que convalecía a pocos centímetros de una fogata apagada. La columna de humo brotaba del cráter dejado por el contundente ataque del Digimon que había abatido a quienes allí fueron derrotados. Kira se colocó en cuclillas a un lado de Tagiru y le dio una sacudida para hacer despertar, diciendo con un dejo de súplica:

Nene de la RebeliónWhere stories live. Discover now