Capítulo 10

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Pasé el resto de la mañana pensando en diferentes formas de acercarme a Evan Lerman. Lo lógico, como estudiante nuevo, sería ir de frente y ofrecerme sin más a hacer de guía, pero esta no era una situación normal. Mi sexto sentido me decía a gritos que había algo extraño en todo el asunto, que Evan Lerman recordaba perfectamente quién era yo y que había cientos de alumnos más en el instituto notablemente interesados en hacer de guías.

—Está buenísimo, ¿crees que tendrá ya pareja para el baile de bienvenida?

—Y aunque no la tuviese, no tenemos oportunidad, te lo aseguro.

Gruñí al escuchar la conversación de las dos chicas que teníamos sentadas justo detrás, en la clase de biología. Por fin una asignatura que compartía con Katy. Ella se burló de mí, dándome un codazo. Mi mal humor le hacía gracia, pero había que entenderme. Aquellas dos chicas se habían pasado prácticamente toda la hora de clase hablando de Evan Lerman, ¡como si no tuviera yo bastantes problemas con él! Que si era muy guapo, muy gracioso, muy divertido, con mucha carisma...

—Anímate, Emmy —dijo Katy, recogiendo sus cosas y amontonando los cuadernos sin ningún orden en la mochila—. Ahora vamos a comer y no tendrás que escucharlas más.

Lo cierto era que después de haber comido poco el día anterior, me había despertado con un hambre voraz por la mañana que parecía no cesar. Guardé también mis cosas en la mochila, con mucho cuidado de que todos los libros quedasen perfectamente alineados y el estuche encima de ellos. No soportaría que se llevase algún golpe indebido y se me rompiera un rotulador. Ya me pasó una vez y ensució mis libretas.

Estábamos caminando hacia el comedor, con mi estómago rugiendo bastante fuerte y Katy haciendo bromas al respecto, cuando me llevé un fuerte golpe en el hombro y mi archivador cayó al suelo.

—Perdona, Emma —se disculpó Joe, agarrando mi brazo unos segundos para asegurarse de que no me caía.

—Yo...

Comencé a decir que no pasaba nada, pero fui interrumpida al grito ensordecedor de:

—¡VAMOS COYOTES!

Joe se alejó corriendo con sus demás compañeros de equipo, todos vestidos con las camisetas oficiales y sus respectivos números, armando más alboroto hasta que se perdieron en el pasillo contiguo.

—¿Tienen que hacer eso cada año? —Se quejó Katy, recogiendo el archivador que se me había caído al suelo y pasándomelo—. Todos sabemos que el fútbol es genial, que les encanta, que son ruidosos y que habrá un partido en breve.

—¿Cómo no olvidarlo, si después será el baile de bienvenida? —Concordé.

El dichoso baile de bienvenida al que muchas chicas, y por lo que había captado en la conversación también chicos, querían invitar a Evan Lerman a ir. No lo había hablado con Katy y Theresa, pero esperaba que las tres pudiésemos ir juntas. Chloe iría con Joe, si Katy tuviese intenciones de invitar a algún chico ya me lo habría dicho, y a Theresa no la dejaban tener novio. El año anterior Taylor me había invitado a ir juntos, pero dudaba seriamente que este año tal hazaña fuese a repetirse. Además, después de haber roto, yo tampoco aceptaría.

Claro, que si yo no iba con Taylor, era probable que él buscase otra chica con quien ir. La imagen mental de él acompañado de alguien más que no fuese yo, por un verano entero que hubiese pasado sin él, me hizo daño en las tripas. No sabía si estaría preparada para enfrentar tal situación.

El comedor estaba lleno de alumnos. Parecía que nuestro turno para comer era el más abarrotado de todos. Katy y yo apenas encontramos sitio en el extremo de una mesa alargada, en cuyo extremo estaban sentadas algunas compañeras del equipo de animadoras de Chloe. Al lado contrario del comedor, los "Coyotes", se lanzaban un balón por los aires y simulaban gritos de guerra. Siempre tenían que ser muy molestos cuando se avecinaba un partido, especialmente el primero de la temporada. Incluso las animadoras lo pesaban y evitaban participar en aquella huelga sin sentido.

Besos desde la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora