Capítulo 21

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—Tengo ya ganas de ver el vídeo de esta semana de Evan —comentó Katy, dando un sorbo a su limonada—. Anoche me quedé hasta tarde cotilleando su canal. Ya sabes, hay que conocer al enemigo.

Era viernes por la tarde y estábamos en su casa practicando para la prueba de teatro. No había podido quedar con ella en toda la semana. El miércoles tuve atletismo de nuevo y el día anterior se me acumularon los deberes. Me gustaba aprovechar los viernes porque aún me quedaba el fin de semana entero para recuperar tiempo de estudio.

Su madre había preparado limonada con mucho azúcar y habíamos salido a tomarlo a la terraza con vistas al jardín, a la playa y a la piscina. Si pudiese cambiar mi casa por la suya, no lo dudaría ni un segundo.

—Kat, él no es el enemigo...

Técnicamente no lo era, o al menos eso creía ella. Para mis amigas él era mi novio, por lo que no podían verlo como una mala persona. Había continuado comiendo con nosotras el resto de días en la biblioteca. Desde nuestra charla en la playa no intentaba huir de él. Además, me había dado un poco de pena cuando nos contó que el martes le echaron de la biblioteca por comer allí. Como no nos encontró en el comedor decidió que aquel era un buen lugar para almorzar tranquilo, pero no cayó en que las normas no dejaban hacerlo.

Me daba cuenta de que había muchas cosas que yo daba por obvio pero él ignoraba. Por ejemplo, el miércoles le pusieron un negativo por comer chicle en clase y usar el teléfono móvil, y el jueves intentó saltarse una hora de clase, pero pasó delante del profesor y le mandó de vuelta. ¿Quién ignoraba esa clase de normas?

—Tierra llamando a Emma —me llamó mi amiga, trayendo mi atención de las nubes hacia ella—. ¿Estabas pensando en Evan o qué?

Sentí mis mejillas ruborizándose, y Katy se rió al notarlo también. No estaba pensando en él de la forma en que ella pensaba, pero no podía decírselo.

Ey, Kat, estaba pensando en que Evan Lerman es un poco raro, ¿tú que crees?

Sí, probablemente se replantearía de nuevo por qué había decidido salir con él.

—Te preguntaba si ibas a salir en el vídeo de esta semana de Evan. Generalmente sube los sábados por la mañana, y como iba a decir sí salía o no contigo... De todos modos todo el instituto y medio internet sabe ya que estáis juntos.

Di un sorbo a mi limonada antes de contestar. Lo cierto era que Evan me había tirado alguna que otra indirecta durante las comidas. Me preguntó qué tal se me daba hablar delante de una cámara.

—No tengo intención de aparecer en ninguno de sus vídeos. Al menos no por el momento.

Agregué la última frase al ver el ceño fruncido de mi amiga por mi respuesta. Evan me había echado en cara más de una vez que no me comportaba como si estuviésemos realmente en una relación. Si hace un año Taylor me hubiese pedido salir en un vídeo de youtube con él probablemente hubiese aceptado, pero eso era porque estaba loca por él. Por Evan, en cambio, mis sentimientos estaban más cerca de la irritabilidad.

Mi teléfono vibró. Katy miró la pantalla, sonrió, y fingió estar repasando el guión de la obra. Estaba claro quien me había escrito.

EVAN: ¿Cine? ¿Cena? ¿Playa? ¿Fiesta? Tú eliges, Emmy.

No se daba por vencido, y eso que le había dicho que tenía que estudiar. Cuando suspiré, Katy levantó los ojos de los papeles directamente hacia mí. Su mirada estaba cargada de diversión.

—¿Qué vas a contestar?

Me encogí de hombros, intentando quitarle importancia.

—Biblioteca. Le dije que iba a estudiar.

Ella bufó y dejó todos los papeles sobre la mesita de la terraza de un fuerte golpe.

—¡Emma Nicole Stuart! Te pasas los días de entre semana estudiando. No puedes decirle a tu novio que pasas de salir con él.

—¿Por qué no? Además, no estudio todos los días de entre semana: hoy es viernes y estoy aquí.

Obvié el hecho de que tenía planeado estudiar un rato cuando llegase a casa, pero no iba a decírselo.

—No puedes porque esa no es forma de mantener una relación a flote.

Nos miramos durante unos intensos segundos. Ella no lo había mencionado con las palabras exactas, pero ambas sabíamos que estaba haciendo un guiño a la relación que tuve con Taylor. Al principio el aguantaba los planes de estudio, e incluso nos juntábamos juntos en la biblioteca, pero con el tiempo justamente eso fue lo que le terminó agobiando. Nunca cambié, porque había decidido que mi forma de ser no debería ser modificada por ninguna pareja amorosa, o al menos eso decía siempre mi madre... Últimamente me replanteaba cada vez más veces si había estado cometiendo un error.

—No sé —musité.

De todas formas, ¡estábamos hablando de Evan Lerman! Realmente no estábamos saliendo juntos. ¿Qué más daba si se aburría de mí? Todo era un engaño. Él simplemente se empeñaba en hacer planes juntos para que la farsa cobrara un poco de vida y las demás personas, especialmente su madre, lo creyeran.

Mi teléfono volvió a vibrar con un nuevo mensaje antes de que Katy tuviera tiempo de volver a sermonearme.

EVAN: Mi madre quiere invitarte a cenar y está dándome mucho la lata al respecto... ¿Me harías el honor de salvarme el culo este sábado por la noche?

Tal como había dicho, mi relación con Evan era una mera tapadera y la persona más importante a la que engañar era su madre. Giré el teléfono móvil hacia Katy. Sus cejas se fueron alzando cada vez más mientras lo leía. Después me miró a mí.

—¿Conocer a su madre? Vaya Emma, ¡esta relación va viento en popa!

Quité la pajita de mi vaso y se la lancé directa a la cala. Se enredó entre los rizos de su pelo rubio antes caer rebotando sobre la mesa.

—¿Qué voy a hacer? Tendré que ir. Al menos me dará tiempo a estudiar un rato por la mañana.

Katy hizo un comentario sarcástico sobre mi afán de estudiar, pero no le hice caso. Contesté a Evan con rápido OK antes de que me arrepintiera de mi decisión. Él me había ayudado con Taylor y Mar y sentía que le debía una. Esta era la ocasión. Además, cuanto antes convenciésemos a su madre de que teníamos una relación antes acabaría toda la farsa.

Su respuesta llegó mientras Katy y yo ensayábamos la obra de nuevo.
EVAN: ¡Genial! A las 6 paso por tu casa.


EVAN: ¡Genial! A las 6 paso por tu casa

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Chiste malo de la semana:

"Tío, ayer no estaba tan borracho..."

"¿Cómo que no? Tío, abrazaste a un vagabundo con barba y gritaste: ¡Dumbledore, estás vivo!"

Besos desde la LunaWhere stories live. Discover now