Capítulo 27

25.6K 3K 373
                                    

¡Feliz sábado! Resulta que wattpad me toma el pelo y el capítulo anterior no terminaba así, había una frase final que, de la nada, desapareció (gracias wattpad). El capítulo terminaba así:

—Chloe, ¿qué ha pasado?

Nuestra amiga apretó los labios, dejó el vaso sobre la mesa del comedor, y clavó su mirada en el suelo antes de su confesión.

—Engañé a Joe este verano, durante el viaje que hice con mis padres.


CAPÍTULO 27

—Qué fuerte lo de Chloe. No me lo esperaba. Ellos dos son tan...

Miré con tristeza a Katy. La entendía perfectamente.

—Lo sé, yo tampoco.

Acabábamos de dejar a Theresa en su casa después de irnos de la de Chloe, y ambas acabamos en mi cocina, acabando con las existencias de galletas de chocolate mientas comentábamos la situación.

—¿Te imaginas que esté embarazada?

—¡No creo!

Me sentía mal hablando sobre ella sin que estuviese delante, pero tanto Katy como yo seguíamos demasiado impactadas por la noticia. Antes del verano Joe y Chloe parecían la pareja perfecta, tal vez más que Taylor y yo: el jugador de fútbol y la animadora, dos chicos guapos, deportistas y con muchas cosas en común. ¿Qué había pasado? Porque tenía que haber algún problema ya. Nadie engaña a su pareja si no hubiese problemas de por medio, eso me lo enseñó mi padre.

Y justo mientras pensábamos en él, apareció en escena.

—¡Me muero de hambre! —Sentenció nada más vernos, iniciando un camino que iba directo a la cocina—. Aprovechando que tu abuela cena hoy con sus compañeros de pilates, ¿qué os parece pedir unas pizzas?

—Eso suena fantástico, señor Stuart —apremió mi amiga.

Mi padre agarró el papel con el número de teléfono de la pizzería y su teléfono móvil para llamar. El hecho de que dicho papel estuviera pegado a la puerta de nuestra nevera no decía nada bueno sobre nuestra dieta.

—Me encanta cuando me llamas señor Stuart —bromeó, marcando el número—. Me hace sentir como si fuera un tipo guay y genial.

Hice un gesto de asco con mi boca. Las palabras "guay" y "genial" pronunciadas por un padre nunca, jamás de los jamases, quedaban bien.

—Gracias, señor Suart —continuó con la broma mi amiga.

—Por cierto, me tiene intrigado qué hicisteis vosotras hace un par de sábados... ¡Fue la primera vez que Nicole llega tarde a casa!

Katy frunció el ceño, completamente perdida, y una alarma saltó en mi interior.

—¿Hace dos sábados...? —Comenzó a decir, pero descolgaron el teléfono al otro lado de la línea y me padre se lo perdió.

—Sí, buenas, quería encargar una... No, ¡dos pizzas familiares!

Mientras él se encargaba del pedido, me acerqué hacia mi amiga sobre la mesa. Ella ya se olía lo que estaba pasando.

—¿No le dijiste a tu padre que saliste con Evan? —Me echó en cara.

—No puedes decir nada —siseé, intentando que mi padre no notara nuestra actitud reservada—. No sabe que estamos saliendo juntos...

Sonó extraño decir aquello. Saliendo juntos, porque era todo un farsa. Y cuando más cercanos nos hacíamos Evan y yo, más extraño se hacía.

—Tienes que decirle algo, Emmy. ¡Es tu padre!

Besos desde la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora