Capítulo 31

33.2K 3.1K 890
                                    

Habían pasado dos semanas desde el incidente en la cocina cuando Evan finalmente visitó mi casa por primera vez. Ya no llevaba muleta para ayudarse aunque cojeaba un poco. Mi padre había comenzado a volverse insistente con el tema y aunque lo intenté, ya no podía dejarlo pasar más. Debido a dicha insistencia tenía la impresión de que él sospechaba que Evan era más que un amigo, pero mi idea no era contárselo.

La realidad estaba así: Evan y yo fingíamos delante de todo el mundo estar en una relación. Contradictoriamente, delante de mi padre fingíamos no estar en una relación fingida. Así que, puestos a simplificarlo, se quedaba en que a mi familia no le estaba mintiendo, ¿no? A ellos les decía la verdad: que era mi amigo.

Ni siquiera analizándolo tan enrevesadamente podía dejar de sentirme mal al respecto.

—Repíteme por qué no quieres que tu padre sepa que Evan es tu novio.

Dejé el cuchillo sobre la mesa y miré a Katy. Era sábado y la había convencido de venir a la cena, tanto como apoyo moral como para hacer hincapié ante mi padre y mi abuela en que todos nosotros éramos un grupo de amigos. Me hubiese gustado que Chloe y Theresa hubiesen venido, pero no me fiaba del todo de que no se fueran de la lengua. Además, cuando el comenté el tema a Evan se reafirmó varias veces en que prefería mantenerse lo más alejado posible de Theresa. La última vez le había fotografiado con el teléfono móvil mientras se sonaba los mocos. En cierto modo podía entenderle...

—Porque acabamos de empezar y no sé cuánto duraremos. No quiero tener que presentarle un novio a mi familia para después decirles que ya no tengo. No quiero pasar de nuevo por eso.

Era otra pequeña mentira que tenía que decir durante el camino, aunque la razón real de por qué no quería decirle nada tampoco se alejaba tanto de mi respuesta: no quería hablarles de un novio falso, para al cabo de lo que serían días decirle que ya no estábamos juntos. Era plenamente consciente de que aquella relación falsa llegaría a su final tarde o temprano.

Nos miramos durante largos segundos, ambas pensando en Taylor. Sus muestras de afecto en público con Mar Meyer habían ido a más durante los últimos días. Intentaba no relacionarlo con la noche que coincidimos en el café, pero lo cierto era que habían comenzado a ser más afectivos justo desde entonces. Los habíamos visto pegarse el lote en los pasillos, en el comedor e incluso contra el capó del coche de Mar. Eso último había ocurrido el día anterior.

—Lo entiendo, primero quieres estar segura de que es el ideal —dijo finalmente, rompiendo el silencio—. Lo entiendo, aunque no lo comparto.

Estábamos preparando la cena. Iba a hacer hamburguesas de tofu con boniatos. Era una receta rápida y sencilla para cuando no tenía ganas de cocinar. Mi padre y mi abuela se habían ido a hacer la compra juntos y me había tocado a mi cocinar.

—Odio partir boniatos —se quejó Katy, dándose por vencida y dejando el cuchillo a un lado—. Están demasiado duros.

Iba a darle la razón cuando el timbre sonó, interrumpiéndonos. Me limpié las manos con un trapo y me alejé de ella, dirigiéndome hacia la entrada.

—Ese debe de ser Evan.

Katy fue detrás de mí. Cuando abrí la puerta de entrada, efectivamente, allí estaba Evan. Y no solo eso. Una cámara me enfocaba directamente a la cara.

—Hola, preciosa novia mía —dijo bromeando—. ¿Cómo estás?

Di un paso hacia atrás, sintiendo mi espacio invadido por aquel aparato. Me había tomado por sorpresa.

—Yo...

Evan se adentró en mi casa sin esperar a que yo se lo terminara de ofrecer. Reculé más, chocando contra Katy, quien también retrocedió.

Besos desde la LunaWhere stories live. Discover now