Capítulo 48

19.6K 2.1K 90
                                    

—De acuerdo, admito que esto ha sido raro pero no ha estado mal —confesó Katy media hora después, cuando Alba y Jess, las dos chicas con las que nos habíamos tropezado, se fueron de Lemon Life—. Por un momento parecías una famosa.

Me reí y di un sorbo a mi batido, pero comprobé tristemente que ya se había terminado. A mi boca solo llegó un pequeño aroma a chocolate y el ruido molesto de aire respirado por la pajita.

Ja, ja. Solo estaban interesadas en saber cómo conocí a Evan.

Era cierto, me hicieron un montón de preguntas sobre Evan, aunque también quisieron interesarse en mi vida. Katy rodó los ojos.

—Todos sabemos como lo conociste: inició una pelea en un festival y luego apareció en el instituto, os enamorasteis y fin.

Apreté los labios y atrapé la pajita de mi bebida con los dedos. Por un momento se me había olvidado que mis amigas realmente no conocían la verdad, o al menos no la verdad completa. Desde el inicio odié la idea de ocultarles cómo el inicio de mi relación con Evan fue toda una farsa. Supe que actuaba mal, y ante mi estaba presentándose la oportunidad perfecta de redimirme.

—En realidad... Es más complicado que eso.

—¿Cómo puede ser más complicado? —Escuché decir a Chloe, aunque yo no las miraba.

Mi batido de chocolate terminado parecía más interesante que ellas o, al menos, era probable que actuara de forma menos agresiva.

—Digamos que hay algo que no os he contado... —comencé a murmurar.

Hablé tan bajo que temí que no me hubiesen escuchado. Tal vez inconscientemente eso era lo que pretendía. Sin embargo si lo hicieron.

—¿Además del hecho de que te llamas Emmy y no Emma?

Arrugué la nariz y alcé los ojos para mirar a Chloe, que era quien había hablado. Se me había olvidado también ese pequeño detalle. Me había presentado a Alba y a Jess como Emmy, porque Evan había conseguido que mi nombre real dejase de convertirse en algo que yo anhelaba a un hecho. En aquellos momentos me era tan familiar ser llamada Emmy y no Emma, que apenas me lo había planteado. Ni siquiera me había avergonzado, como ocurría en el pasado.

—Lo del nombre ha sido un mal entendido —me excusé—. En mi pasaporte pone claramente Emmy.

Ya me habían pedido explicaciones en el mismo momento en el que dije a las chicas que me llamaba Emmy, y les había respondido con la verdad: que ese es mi nombre. Pero había un tema un poco más importante que discutir.

Tomando aire y con un poco de ansiedad creciendo en mí por temor a su reacción, dije:

—¿Si os digo que al principio Evan y yo fingimos que estábamos saliendo juntos por su madre, y que en realidad yo le odiaba y quería que se marchara del instituto, os enfadaríais mucho conmigo?

Chloe y Katy escucharon atentamente lo que tenía que decirlos. La conversación duró más de lo esperado, porque tras una reacción inicial promovida por la indignación, llegó una ronda de preguntas en la que básicamente me hicieron contarles la evolución entera de los últimos tres meses, desde que había conocido a Evan en el festival.

Cuando llegué al punto en el que nos encontrábamos, ya se había hecho completamente de noche.

Katy fue la primera en hablar, todavía con ciertos dejes de rencor.

—No puedo creerme que no me lo dijeras desde un principio —Dijo.

—Yo no puedo creerme que hayas conseguido guardar el secreto tanto tiempo —agregó Chloe.

Besos desde la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora