Besos desde la Luna

Capítulo 16

Tina hablaba desde la pequeña tarima de cinco metros cuadrados que habíamos improvisado a un lado del gimnasio. Se escucharon algunos abucheos y estaba segura de que Katy estaba entre ellos. ¿No era suficiente con tener un rey y reina del baile en la graduación? ¿También necesitamos otro par en el de bienvenida?

Tina siguió hablando y, a pesar de todo, la gran mayoría de los estudiantes la estaban escuchando.

—Mira Emma, lo que está claro es que me debes una —intenté no escuchar a Evan hablándome, pero era complicado porque estaba tan cerca de mí que sus labios podían rozar mi oido al moverlos—. Estás de suerte, porque sé cómo puedes hacerlo.

Tina nombró a Ryder como rey del baile. Todos lo esperábamos. Era el capitán del equipo de fútbol, y aunque este año la fiesta no fue en su casa, era tradición que los capitanes fuesen elegidos en el baile de bienvenida.

A pesar de mi firme decisión de no hacerle caso, Evan continuó insistiendo.

—Para calmar los ánimos le dije a mi madre que la pelea empezó porque querían robarme a mi chica, y con todos los acontecimientos que han sucedido, como la foto de ayer, tú me has venido en bandeja para complementar la coartada.

Me volví hacia él velozmente mientras Ryder subía junto a Tina al escenario y los estudiantes aplaudían y silbaban. Él como rey del baile de bienvenida me importaba todavía menos que antes. En su lugar miré a Evan como si se hubiese vuelto loco, porque tenía que estarlo.

—¿Qué?

Se encogió de hombros, como si no hubiese dicho lo que acababa de decirme.

—Mira, mi madre piensa que estamos saliendo. Solo tienes que seguirme el juego un par de meses, hasta que ella también se lo termine de creer, y cuando se calmen los ánimos podré irme de aquí. Y todo antes de que se acabe el curso.

—Tú...

Estaba tan rabiosa y estupefacta que no podía terminar mi frase.

—Yo soy un genio. ¿Qué te importa? De todos modos mis seguidores ya se piensan que eres mi novia.

Lo observé largo y tendido, recordando de nuevo los mensajes en twitter. No me había agradado recibir esa atención y no podía creerme que él me estuviese pidiendo aquello. ¿Pasaba de tirarme puré de patatas sobre la cabeza a pedirme fingir que salía con él? ¡Apenas le conocía de una semana!

—¿Joe Turner?

Me volví a tiempo de encontrar a Tina sosteniendo contrariada el sobre en el que debía estar el nombre de la reina del baile de bienvenida, como si no pudiese creer lo que acababa de suceder. Segundos después los estudiantes estallaban en carcajadas mientras el equipo de fútbol vitoreaba y animaba a Joe, el novio de Chloe, a subir a recoger su banda y su corona.

Por la forma en la que Ryder intentaba contener la risa retorciéndose en el escenario, y los movimientos y reverencias estrambóticas que Joe dedicaba los estudiantes en su camino a la tarima, supe que aquello había sido premeditado. Ellos habían saboteado la elección.

Mierda, eran geniales.

—Joder, son la hostia. Qué buenos.

Miré a Evan. Por lo visto él pensaba lo mismo que yo. Cuando nuestras miradas se cruzaron volvió a la carga:

—¿Qué me dices entonces?

Fruncí los labios hasta que formaron una sola línea.

—¿Qué ganaría yo con eso?

—Me da la sensación de que te caigo tan mal como tú a mí, así que... Ganarías perderme de vista cuanto antes.

Era una oferta tentadora y me sorprendí a mí misma valorándola. Si Evan seguía en el instituto, estaríamos conviviendo al menos seis horas diarias bajo el mismo techo. Cuanto antes pudiera irse, antes cesarían todos los problemas, porque estaba segura de que él era quien los había atraído hacia mí. También antes terminaría esa estúpida atención por parte de sus seguidores por mí.