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29. El apagón

<< Contigo he aprendido a disfrutar de la luz mientras brille >>
Elemental, Disney

Amelia entraba de nuevo en el portal tras despedirse de Luisita y se cruzaba con varios policías que llamaban su atención. Uno de ellos, el más joven, no dudó en acercarse a ella.

- Disculpe señora - Carraspeó el agente mirándola con atención.

- Señorita... - Replicó ella aún en la nube de emociones a la que la rubia la transportaba.

- ¿Eres Amelia Ledesma? - Preguntó emocionado y la morena asintió y no pudo evitar sonreír. - ¿Te harías una foto conmigo? - Esa sensación de que alguien la reconociese de esa manera tan entusiasta alimentó el ego de la de rizos, que ya casi había olvidado lo que era ser reconocida.

Tras hacerse la foto Amelia aprovechó la ocasión para preguntar.

- ¿Ha pasado algo? - De golpe un mal presentimiento invadió su interior, tenía un mal presagio.

- No debería darle esa información señorita Ledesma... - Decía el muchacho que se ponía nervioso, Amelia detectaba un acento en él, pero no sabía muy bien de dónde era.

- Disculpe agente, no quería yo meterme donde no me llaman... - Veía como el chico la miraba con detenimiento y aprovechó la ocasión - ¿No eres muy joven para ser policía? - Dijo con tono seductor y el chico empezó a temblar de nervios.

- No... - Dejo salir una risita y sintió sus mejillas enrojecerse.

- Agente... - Miraba la placa en la que podía leer el nombre - Agente Mateo... Sé que es información privada, pero yo no voy a decir nada... Si pasa algo en mi edificio me asusta pensar que puedo estar en peligro... - Se hizo la víctima mientras el muchacho se ponía cada vez más nervioso.

- Estamos buscando a un señor... - Dudó si seguir hablando pero la sonrisa seductora de Amelia le encandilaba - Es peligroso... Tienes que tener cuidado... Te dejaré mi teléfono por si ocurre algo. - Ofreció el chico y Amelia se centraba de nuevo en su acento, parecía de algún país de Europa, tal vez Polonia...

- ¿Pero cómo voy a saber qué es él sin verlo? - Insistió la morena, que cada vez se preocupaba más al notar su corazón acelerarse.

- Tienes razón, dame solo cinco minutos... - Se acercó a la que parecía su superior, con semblante serio, y tras intercambiar unas palabras con ella, volvió donde estaba Amelia - Lo lamento, no puedo darle más información, tenga cuidado... - Advirtió con preocupación y le entregó una tarjeta.

- Disculpe señorita - Se acercaba la mujer y Amelia leía en su placa el nombre de Sam, y se fijó en una pegatina que llevaba en su bolsillo en la que pudo leer "truth or dare" - No podemos facilitarle la información, solo haga caso a mi compañero y tenga mucho cuidado, y cualquier cosa extraña, no dude en llamar. - Amelia sintió muchos nervios.

- Gracias... - Fue lo único que pudo decir, y por un momento se quedó parada viendo como los dos agentes la miraban con mucha, mucha, atención - Voy a... - Señaló el ascensor.

Amelia subió a casa algo nerviosa, había alguien peligroso en su zona justo aquel día... Se quedó tranquila al pensar que Luisita ya se había marchado, ella misma la vio subir al coche, nada malo podría pasarle, o eso pensaba ella... Acto seguido pensó en las niñas y Loki... Subió a toda prisa, su cuerpo se llenó de nervios al pensar en que algo podría pasar, su mal presentimiento aumentaba, tenía el cuerpo revuelto por la propia preocupación.

Amelia abrió la puerta con desespero sin evitar mirar antes cada rincón de su entrada por si encontraba algo extraño, todo parecía normal, en orden... Entraba en casa y salía corriendo hasta la habitación donde las había dejado... Suspiró tranquila al ver que estaban allí, sentadas en la alfombra leyendo unos cuentos "mis niñas" suspiró aliviada llevando la mano a su pecho. Sintió unas ganas inmensas de agarrarlas una a una y espachurrarlas contra su cuerpo, pero decidió ser cauta. Estaba muy alterada y no quería que la vieran así. Cerró la puerta con cuidado y volvió al salón, al ver a Loki inevitablemente se abrazó a ella.