48. El estreno

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<< La vida está llena de decisiones difíciles,
¿Verdad?
Sobre todo, las que involucran al corazón >>
La Sirenita, Disney

Amelia se acercó a ver a su madre antes de ir al teatro, seguía preocupada por su salud y el día anterior no había ido a verla. Devoción al verla llegar la miró con detenimiento, la morena dejó unas entradas en la mesa para la función de ese día y la miró.

- ¿Cómo estás mamá? Te he traído unas galletas que ha cocinado Loki, te manda recuerdos y unos de tapers de sopa y lentejas.

- No hace falta que sigas trayendo comida Amelia de verdad, me siento mejor, estoy segura de que la doctora me dará el alta.

- La doctora. - Amelia se quedó pensando en Lorena - Me alegro de que estés mejor.- Se abrazó a ella, que al notarla más cariñosa se sintió extraña. Ni siquiera recordaba la última vez que su hija le había dado un abrazo.

- Tenemos que hablar - Sentenció la mayor sin dar rodeos. - ¿Cómo llevas estar cerca de ella?

- ¿De Lorena? ¡Mal! ¡Dime qué irás sola a la siguiente consulta! - Sonó a ruego.

- Pensé que me llevarías, tengo el coche en el taller - Amelia asintió sin más remedio - Pero me refería a Luisa, es la directora de ese musical. - Miraba las entradas que Amelia había dejado sobre la mesa al llegar.

- No sé mamá, me ha dicho que todo lo que pasó fue un engaño, que no estaba con Lorena mientras estaba conmigo - Empezó a aclarar aunque por dentro ella seguía intentando asimilarlo. - Me mintió para que fuese a la gira, dice que lo hizo por mí.

- ¿Y tú qué piensas?

- No lo sé.

- ¿No irás a volver con ella? - Carraspeó.

- No, no puedo fiarme de Luisita. - Amelia bajó la cabeza.

- Nadie te ha hecho tanto daño como esa chica, no me gusta que la tengas tan cerca. - Amelia asintió. - Aunque ya me he metido mucho en tu vida y quiero lo mejor para ti, y ese musical es una gran oportunidad. - Todos parecían pensar lo mismo.

- Mamá, tranquila - Cortó Amelia - Creo que nunca volveré a confiar en Luisita, aún estoy asimilando todo lo que me dijo.

- Pero entonces hablasteis más que de trabajo. - Amelia asintió - Solo te pido que tengas cuidado.

- Lo tendré.

- ¿Crees que es verdad lo que te dijo?

- No lo sé, todo es muy difícil, estar a su lado, no verla, tener ganas constantemente de... - Mordió su labio inferior.

- ¿Has tenido ganas de besarla? - Amelia asintió y de nuevo bajó la cabeza - No puedo culparte - La morena vio como su propia mandíbula se desencajaba. - Al principio cuando tú padre se fue de casa yo también me sentía como tú, perdida, triste, realmente mal. Pero pensaba que si volvía a verle y me decía que lo de Natalia era un capricho le besaría sin dudar. - Confesó. - Cuando quieres a alguien de verdad harías cualquier cosa por esa persona.

- ¿Hubieras vuelto con él en ese momento? - Amelia no pudo evitar pensar que también le había entregado unas entradas a su padre y Natalia, aunque se había asegurado de que estuvieran bien lejos de su madre.

- Estaba enamorada Amelia, le quería muchísimo, centré todo mi odio en Natalia. Imagino que era más fácil culpar de todo a esa niña que a tu padre, como tú has estado haciendo con Lorena.

- No estuvieron juntas, pero sí, es más fácil culparla a ella - Amelia sentía que estaba defendiendo a Luisita sin darse cuenta y la mayor alzó una ceja.

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