36. La señora de la noche

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<< Deberías ser besada más a menudo, y por alguien que sepa hacerlo >>
Lo que el viento se llevó

- Amelia... - Luisita dijo su nombre en un hilo de voz. - ¿De qué está hablando esa mujer? Tú dijiste... Tú... - Recordaba en su mente las veces que había mantenido las distancias con Amelia porque ella aseguraba ser hetero, su paciencia, su delicadeza a la hora de acercarse a la morena... Se sentía algo engañada con toda la situación.

- Verás Luisi... - Amelia resopló e intentaba dar orden en su mente a las palabras - Amanda y yo...

- ¿Amanda y tú qué? Dios Amelia habla que me va a dar un parraque... - Luisita movía los brazos con nerviosismo.

- Fue hace muchos años... - Las palabras de la morena salían por su boca a duras penas.

- Amelia... Por favor cuéntamelo... Por favor... - Luisita sonaba a ruego y empezaba a impacientarse. - Necesito entender todo esto...

- Yo era solo una niña y... - Recordó viniéndose abajo. - Conocí a Amanda en un bar, no te he mentido, ella prometió escribirme una canción y yo quedé impactada con su manera de hablar, era como si supiese tanto de la vida... - Negaba con la cabeza y Luisita fruncía el ceño "¿Su manera de hablar? Ella había visto que Amanda hacía mucho más que hablar.." - Me asusté tanto por mis dudas que salí corriendo de aquel bar cuando ella quiso quedarse a solas conmigo... - Admitió al fin.

- Amelia, pero esa mujer morena... - Luisita intentaba entenderlo.

- Beatriz... - Amelia recordaba su nombre a la perfección.

- Sí ella, ha asegurado que tuvisteis algo... No parecía hablar de una canción... - Amelia sentía un nudo de saliva formarse en su garganta - Amelia, ¡Joder! Soy fan tuya de toda la vida, he seguido cada uno de tus pasos, me sé cada una de tus canciones, y ninguna está compuesta por Amanda Bueno... - Afirmaba la rubia, que empezaba a dudar cada vez más de la morena, todo le parecía una broma de mal gusto. - Amelia solo quiero entenderlo... - Cada vez que escuchaba su nombre de aquella manera en la que Luisita lo pronunciaba Amelia sentía que algo dentro de ella se partía.

La compositora empezaba a ponerse nerviosa, cada vez más, Amelia no parecía soltar prenda y a ella le iba a dar algo, como había asegurado. Necesitaba saberlo, necesitaba entender qué había pasado. Amelia juntaba sus manos dudando y centraba la mirada en el suelo, su cuerpo estaba clavado y era incapaz de moverse.

- Nunca me la escribió... - Amelia bajó la cabeza todavía con más fuerza y perdía la mirada en las líneas de los azulejos.

- ¿Qué has tenido con Amanda Bueno? Te marchaste del bar... ¿Entonces? - Luisita se cruzó de brazos. - Creo que hay algo que no me estás contando Amelia... - Cada vez insistía más, la presión que la rubia estaba ejerciendo sobre la morena la hacía dudar y llenarse de miedos al pensar en ello, mientras Luisita cada vez entendía menos.

- Yo fui... Volví al bar... - Confesó - Para verla... - Luisita abrió los ojos como platos - Pero Luisita es que no puedo hablar de ello, prometí que nunca lo haría... - Las manos de la cantante empezaron a temblar, igual que su cuerpo cada vez lo hacía con mayor intensidad, la mirada de la rubia buscaba la de la morena pero no la encontraba.

- Amelia, joder... Qué soy yo, Luisita... - La morena parecía no reaccionar, estaba como perdida pensando en aquel momento - Me estoy poniendo muy nerviosa... ¿Salimos fuera y nos fumamos un cigarrillo? - Luisita no podía más, empezaba a sentir ansiedad al ver que la morena no reaccionaba.

- ¿Qué has dicho? - Amelia levantó la mirada y la clavó al fin en la suya, tenía los ojos empañados y ampliamente abiertos, parecía aún más nerviosa, una frase de Luisita había desbloqueado por completo aquel recuerdo enterrado en su memoria que ella misma había convertido en algo inexistente, lejano, casi como si hubiese sido un mal sueño fruto únicamente de su mente...

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