49. Todo queda en familia

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<< Nuestra familia es nuestro refugio en tiempos difíciles >>
Coco, Disney

- ¿Qué tal ha ido la consulta mamá? ¡Estás acelerada! ¿Todo bien? - Amelia se extrañó al ver que su madre se metía a toda prisa en el coche y ni la miraba.

- No quería hacerte esperar, me han dado el alta.

- ¡Qué bien! ¿Vamos a celebrarlo? ¡Te invito a comer! - Ofreció Amelia.

- No me apetece mucho hija, tengo ganas de llegar a casa.

- Puedo pedir algo de comida en casa. - Ofreció. - O podemos ir a la mía y Loki nos prepara algo.

- Es que he quedado después de comer - Se acordó entonces, le pareció la excusa perfecta para evitar estar con ella y leer ese cuaderno.

- ¿Con quién? - Amelia frunció el ceño.

- Con una amiga. - La morena esperó a que su madre diera más detalle pero no lo hizo.

- ¡Qué misterio! ¿No me vas a decir quién es? - Devoción negó con la cabeza.

- No es importante. - La mayor sentía que el cuaderno quemaba su propio bolso. - ¿Qué tal con Luisa?

- ¡Vaya cambio de tema! ¿No tendrás una cita?

- ¿Me ves cara de tener citas? - Devoción negó. - ¿Qué tal con ella? - Insistió.

- No hay ella mamá, la dejé claro en la fiesta que lo mejor era que se rindiera.

- ¿Y lo ha hecho?

- No, ha venido varias noches a verme, pero no he abierto la puerta, ni siquiera he contestado. No me siento orgullosa de tratarla así pero no quiero darle alas.

- ¿Lo tienes claro?

- No, pero no quiero seguir haciéndome daño. Creo que nada en el mundo me haría cambiar la opinión que tengo de ella, me mintió, ni siquiera sé qué tiene de verdad con Lorena ni si me ha querido de verdad, todo está mejor así - Devoción no dijo nada, decidió no entregar el cuaderno a su hija porque ella misma no sabía que tenía con la doctora, la había visto salir de su consulta hacía un rato. - ¿En qué piensas?

- En nada hija, estoy un poco cansada, solo quiero llegar a casa - Insistió.

Al llegar a casa y despedirse de Amelia, Devoción se sentó en el sofá y sacó el cuaderno de su bolso, la curiosidad la estaba matando, continuó leyendo donde lo había dejado.

"Te acabas de ir y ya me muero por verte. Ya mearrepiento de mi decisión, aunque siga pensando que es lo mejor para ti. Egoístamente, lo mejor para las dos, porque el reproche habría sido el terceroen discordia de nuestra relación.

Aún puedo sentir el roce de tus labios. Me dijiste que no había nada que pudiera decir para que te creyera, y te aseguro que en cada uno de los besos que te he dado iba impresa una promesa, la de que no dejaré de luchar por ti. Tal vez ahora haya tenido que hacerme a un lado, pero Amelia, sé que no podré vivir sin ti, no veo la manera.

El vacío que has dejado no habrá nada que pueda llenarlo. Y es que no he sabido retenerte junto a mí. Ahora solo me queda esperar, sé que volverás y tal vez entonces pueda estar junto a ti.
Siempre tuya,
Tú Luisita"

Devoción devoró esas páginas, había quedado esa misma tarde con la madre de Luisita y no sabía ni qué hacer. Creyó a Luisita, después de lo dura que había sido con ella, después de lo dura que Amelia estaba siendo con la rubia aquellos días, ella lo sabía y sabía que su hija se sentiría fatal si leyese aquello. Su mente estaba llena de dudas, tenía el poder en sus manos, pero lo impredecible de sus actos hacía imposible saber qué iba a hacer con ese cuaderno.

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