17. Cuestión

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Zoé sabía quien era la chica misteriosa. Lo sabía, podía ver la seguridad de la respuesta en sus ojos. Destellaban como un gritó atrapado en sus retinas. 

Debía saberlo.

¡No!

Quería saberlo.

Puse las manos sobre la mesa y me levanté instintivamente.

—¿Quién es? —casi que se lo grité. 

Zoé ni siquiera se alteró por mi brusco movimiento. Sonrió  y se tomó su tiempo. Apoyó los codos en la mesa y sostuvo su rostro con las manos. Me miró a los ojos directamente, había algo en ellos que no podía descifrar. Sonrió con picardía y dijo muy lentamente:

—Parece que esa chica te interesa bastante.

Y por dentro pensé, eres tú a quién siempre estoy pensando...

Pero no fui capaz de decirlo en voz alta. De hecho, no dije nada en absoluto después de sentir el malestar de su insinuación. Lo sentí como si fuera una recriminación, como si estuviera mal el deseo de saber quién era esa chica que me causaba curiosidad. 

—Debo seguir trabajando Noah —una de sus compañeras se había asomado por la puerta para llamarla—. Ven a casa y te lo contaré todo —volvió a reír divertida, se levantó de la mesa y se fue sin decir nada más.

El café se había enfriado al igual que mis manos.

¿Dijo que fuera a su casa? ¿Pero cuándo?

No puede ser.

No quiero ir.

La Insoportable Existencial del Amor (+18)Where stories live. Discover now