32. Deducciones

89 4 0
                                    


La mirada de Mai y la mía se cruzaron inevitablemente. A pesar de que parecía desafiante, se le notaba incomoda por la poca sutileza de mis ojos fijos sobre su cuerpo. 

—Quita tu estúpida mirada de mi —dijo en tono repelente desde la puerta.

Avergonzado inmediatamente miré a otro lado, por su parte pude escuchar reír a Zoé a mi espalda. Se divertía con la situación, eso podía percibirlo claramente. 

—Hasta que el acosador finalmente encontró donde vivía —escuché a Mai avanzar con pasos fuertes y firmes por el pasillo. Y luego la escuché detenerse en la escalera—. Será mejor asegurar las puertas, un fisgón se ha colado en la casa.

—¡Oye! —traté de defenderme, pero ella siguió avanzando por las escaleras dejando un rastro de agua y barro por todo la casa.

—Al menos pudiste quitarte los zapatos —le dijo Zoé desde atrás antes de que ella subiera por completo las gradas. 

—¡Lo siento! —gritó Mai desde arriba—. Tuve que subir rápido, hay un pervertido en la casa.

Zoé tapó su boca para que no la viera reír, y yo sólo volteé los ojos.

Maldita Mai.

Sin embargo, a pesar de que sus comentarios me molestaban; y de verdad, me molestaban, esta vez no me irritaron hasta hacerme hervir la sangre, estaba tan anonadado que no podía concentrarme en sus ofensas. 

Finalmente había descubierto quien era la chica misteriosa, y aquello, me había explotado la cabeza. 

No quedaba ni rastro de la pequeña Mai que recordaba cuando tenía quince años. Naturalmente había pasado mucho tiempo, ninguno de nosotros se parecía a lo que eramos en ese entonces. Habíamos cambiado tanto. 

Eres un idiota Noah, concluí en mi interior.

—Pareces bastante sorprendido —interrumpió Zoé mientras servía dos tazas de café caliente.

—Ella...

—Sí, parece que Mai es tu chica misteriosa —Zoé parecía divertida con la coincidencia.

—Lo sabías —deduje—. Por eso me invitaste a tu casa ese día... 

—Pero estabas muy ocupado para conocerla ese día —me reprochó.

—Así que tenías otras intenciones —la miré con desdén—. Siempre lo supe —dije mientras ella ponía el azúcar a las tasas de café.

—No es cierto, sólo quería presentártela —se burló.

—¿Por qué no me lo dijiste en ese mismo instante?

—Parecías de verdad interesado en la chica misteriosa. No quería romper el hechizo. 

—Zoé... 

—Además, era una ocasión divertida e irrepetible —me interrumpió previendo que daría una excusa. Luego me miró con una torcida sonrisa—. Y debo admitir que esto resultó mucho mejor de lo que esperaba. Fue mucho más divertido. 

Irritado chasqueé la lengua.

Ella se estaba burlando de mí.

Definitivamente eran hermanas. 

—Nunca pensé que fueras esta clase de persona.

—Lo siento —se excusó entre risas—. Han sido tiempos difíciles, y esto le daba un poco de alivio a mis días.

—No soy tu entretenimiento Zoé.

—Te lo estas tomando muy personal Noah.

—Yo dije cosas de Mai que...

—Que son ciertas —me interrumpió de nuevo con serenidad—. Ella ya no es la pequeña que recuerdas. Ahora es una mujer con una fuerte personalidad. 

Yo tragué saliva.

Recordar el momento en que pasó la puerta y pude contemplar su esbelto cuerpo marcado entre la ropa mojada, me hacía sentir un poco incomodo, pero fascinado. Incluso algo entre mis pantalones reaccionaba a la visualización. 

Lo sé, ya no es la niña que recordaba.

—Y ahora qué lo sabes ¿qué? —continuó Zoé mientras me ofrecía la taza de café con una mirada llena de curiosidad.

—¿A qué te refieres? 

Tomé la taza de café y nuestros dedos se rosaron, ese mínimo contacto me puso tan nervioso que tuve que bajar la mirada a la bebida caliente.

—Sí, lo que te mantenía cautivo era la intriga de conocer la identidad de tu chica misteriosa. Y acabas de resolverlo —ella sonrió—. ¿Se rompió la magia? 

Me quedé reflexionando.

En absoluto, quise decirle, pero callé. La curiosidad sólo se había intensificado repentinamente después de verla cruzar esa puerta en medio de una tempestad.

No pude evitar sonreír. 

La Insoportable Existencial del Amor (+18)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang