54. Verdades

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La noche avanzaba lentamente mientras el fuego de la chimenea crepitaba con un resplandor acogedor que iluminaba el salón. Nos habíamos acomodado en un círculo, expectantes por el inicio del juego de verdad o reto. La atmósfera estaba cargada de emoción y expectativa mientras Helen, con su característica persuasión, había logrado convencernos a todos de participar. 

Tenía una botella de vodka vacía en mano, que posteriormente colocó en el centro del círculo, como si fuera un talismán para invocar la diversión y el atrevimiento. Una sonrisa traviesa se asomaba por su rostro, augurando que la noche prometía muchas sorpresas.

Helen parecía tener un plan que todos los que estábamos allí desconocíamos. 

—Insisto que estamos muy grandes para estos juegos —dijo Zoé con cierta manía.

—Ya es muy tarde para retractarse —sugirió Helen e hizo rodar la botella. 

El recipiente de vidrio apuntó directamente a Mai, quien indiferente no mostró ninguna señal de emoción alguna cuando el juego empezaría con ella...

—¿Verdad o ....? 

Pero antes de que Helen pudiera formular la pregunta Mai ya había contestado contundentemente.

—Reto —dijo sin inmutarse de alguna forma. 

Helen se quedó como pensando seguramente en algo atrevido para que hiciera y Zoé aprovechó para imponer ella misma el reto. 

—¿Canta una canción que te identifique con este momento? —propuso ella.

—¡Sí canta! —Helen lo aprobó.

Yo recordé el día en su habitación cuando la atrapé cantando. La verdad es que lo hacía muy bien, tenía una voz bellísima... 

Mai en cambio, pareció abochornarse un poco y sonrojarse.

—¿Cantar en serio?

—Lo haces muy bien —dije. 

Ella frunció los labios como impidiéndose protestar. Se levantó del suelo, dio un gran sorbo a su coctel, respiro profundo y cerró los ojos un momento para concentrarse y elegir la canción.

Todos los demás nos quedamos expectantes observándola hasta que armada de valor empezó a cantar "Dreams" de Fleetwood Mac. Su voz parecía tan afinada, indudablemente Mai tenía un gran don con la voz. 

La letra salía como la sintiera en las entrañas, la melodía de la canción nos embriagaba de una sensación tan esperanzadora. 

Todo se sentía tan personal. 

Mientras Mai cantaba y cerraba los ojos para concentrarse, pude notar como Zoé la contemplaba con total admiración, mientras la mirada de Helen parecía tan enigmática, como si supera algo que nadie más sabía.

A pesar de su estilo tan cómodo y casi urbano la canción parecía contrastar perfectamente con su forma de vestir, con esa forma de ser tan brutal y cruda. Estaba absortó escuchándola hasta que simplemente terminó. 

Y lo lamente, quería seguir escuchándola cantar... 

—¿Y por qué elegiste esta canción? —quiso saber Helen en cuanto Mai terminó de interpretarla. 

—Yo dije Reto, no Verdad —contestó tajantemente.

—De acuerdo... —susurró regañada Helen. Quien tomó la botella de nuevo y la hizo girar otra vez, haciendo que el pico de la botella me señalara a mí. 

—¡Verdad! —me apresuré a decir.

Todas sonrieron. 

¿Qué diablos fue eso?

Pero quien tomó la palabra fue Helen.

—¿Alguna vez te has sentido atraído por alguien que no deberías? —preguntó con cierta picardía.

No me espere esa pregunta, me tomó con la guardia baja. Tragué saliva, y luego las observé a las tres. Por una parte, Zoé era la mujer más hermosa que había conocido nunca, desde que era un niño me había sentido profundamente atraído por ella, y luego, estaba las veces que Mai me cautivó con su forma de ser... y finalmente estaba Helen con quien me acaba de reencontrar y quien parecía tener un atractivo físico inmensurable.

¡Por supuesto que me sentía atraído por personas con las que no debería involucrarme! ¡Zoé y yo teníamos un pasado que ni siquiera habíamos solucionado! ¡Mai era su hermana pequeña! ¡Y por DIOS Helen era la amiga de Zoé! 

¿Acaso quería involucrarme con todas las personas que conocieran a Zoé?

¡Qué carajos te pasa Noah!

—Parece que te toma mucho tiempo pensar en tu respuesta —intervino Mai. 

Me moví inquieto tratando de disimularlo. Sabía que no podía mentir, pero tampoco podía decir la verdad. Así qué me concentré en la clave, era atraer, una sensación meramente superficial y casi física, diferente a sentir con el corazón, a comprometerse con el alma. 

Mis sentimientos, en ese sentido, eran bastantes claros... o eso pensaba. 

—Sí, por supuesto —contesté—. Como cualquier otro ¿no?

—No podemos responder —inquirió Zoé que parecía también inquieta—. Era tu turno. 

Mai también se dio cuenta de la inquietud de Zoé, pero no dijo nada, de hecho parecía bastante decepcionada. 

—Para esa respuesta, tardaste mucho —dijo Helen con una sonrisa torcida—. Sigamos —volvió a tomar la botella y la hizo girar, está vez señaló en dirección de Zoé. 

 —Verdad —susurró avergonzada.

—¿Cuál ha sido el momento más vergonzoso que has pasado con un hombre? —preguntó repentinamente Mai. 

Helen y yo intercambiamos miradas como diciendo "what that fuck". 

Zoé se sonrojó inmediatamente y me miró directamente a los ojos. Era como si fuese a llorar. Y entonces comprendí, cuál había sido ese momento más vergonzoso...

Maldición, ese suceso nunca iba a dejar de atormentarme. 

—Pues —tartamudeó ella. 

Helen no presionó ni dijo nada.

Creo que todos los que estábamos allí conocíamos la respuesta a esa pregunta.

¿Por qué Mai quería sacarlo a la luz? ¿En qué diablos estaba pensando? ¿Qué estaba planeando?

Por un momento sentí, que tanto Helen como Mai parecían estar usando el juego para conseguir algo que habían tramado... 


La Insoportable Existencial del Amor (+18)Where stories live. Discover now