Capítulo 9: Vamos a la playa

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—¡Julie! —Gritó mi tía, mirando hacia las escaleras que daban a las habitaciones.

—No está aquí. —Respondió un Jimmy que ahora estaba tirando en el sofá, con los ojos en el libro que tenía en sus manos.

—¿Dónde se metió esa niña, ahora? —Seguí a mi tía a la conocida, llevando una de las bolsas en las manos. Ella cargaba con la otra.

—Está en Surfos. —Escuché que decía Jimmy desde la sala.

—¿Surfos? —No pude evitar preguntar.

—Si. Es una tienda que vende equipo de surf y esas cosas —dijo mientras organizaba las cosas que yo le iba pasando de las bolsas.

—Oh, waw. ¿Julie es surfista, ahora? —No podía imaginarla. Eso no sonaba muy Julie.

—¿Surfista mi Julie? No, nada que ver. Es por un muchacho que la tiene boba.

—Él trabaja ahí. —Supuse.

Ella asintió, cerrando la nevera.

—Cada que tiene una oportunidad se escapa a la playa para ir a verlo. —Yo solo me reí. No sabia qué decir a eso. —Me saltó con la excusa de que quiere trabajar este verano. Y da la casualidad de que fue a buscar trabajo en esa misma tienda. Pero sé que es solo una excusa.

—No suenas muy preocupada que digamos. —La seguí de vuelta a la sala, donde ya no estaba Jimmy, sino que ahora el que ocupaba el sofá era un Bryan con franela y bermudas.

—¿Qué le hiciste a mi bebé, que ya no veo por acá? —Bromeó mi tia, quitándole la gorra que se había puesto en la cabeza.

—¡Ma! —Bryan se levantó del sofá para recuperar su gorra, poniéndosela ahora al revés. —No le hice nada a don anciano. Solo me senté aquí y él tomó sus cosas y se fue.

—No lo culpo. —Le sonreí.

Él me sacó la lengua por segunda vez en el día.

—Me voy, aquí nadie me quiere. —Se paró y fue hacia la puerta.

—¿Puedes decirle a Julie que venga? La necesito para que me ayude con una de sus recetas.

Algo me había dicho mamá que mi prima se había obsesionado con la repostería y que ahora era toda una experta.

—No prometo nada. —Respondió Bryan. —¿Porqué no mejor llamas a Levi? Seguro están juntos.

Uy.

—No voy a molestar a Levi en su horario de trabajo. —Los ojos de mi tía volaron hacia mí luego de decir eso. —¿Qué tal si vas tú, Lily?

—¿Yo? —Me aclaré la garganta.

—Si, amor. Así vuelves con Julie y aprovechas y saludas a Levi. Hace tanto que no se ven. Se llevará un gran sorpresa.

—Bueno, yo...

—Ya vámonos, Lily. No tengo toda la tarde y las clases de voleibol casi se acaban. —Bryan me esperaba en la puerta. 

—¿Qué tienen que ver las clases de Voleibol en esto? —dije acercándome a él, despidiéndome a la vez de mi tía—Bye tia.

Ella me guiño un ojo y se volvió a meter a la cocina.

—Pues, que ahí están las chicas más bellas esperando a por mí.

—Dices cada burrada. —Yo me reí de él. 

—Más respeto, pequeña. —Salimos por las puertas de hierro y unos pasos después ya estábamos pisando la arena.

Hasta que el verano nos vuelva a juntar Where stories live. Discover now