Capítulo 29: Uno, Dos y Tres

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Llegamos a Surfos y había unas cuantas personas reunidas frente al local. Saludamos, y entramos a ver a Anthony.

—¿Sabes que? Me gusta mucho la imagen que das —dije en cuanto me acerqué al mostrador. Anthony me miró con sorpresa y confusión.

—¿Qué imagen doy? —Me preguntó, ajustándose los lentes.

Julie estaba a la expectativa, con una sonrisa en la cara. Sabía por dónde iba.

—Te ves como un chico listo y cool al mismo tiempo. —Él se rió, rascándose la nuca. —Eres surfista y usas lentes, y para rematar eres callado.

Ahora estaba algo rojo.

—Pareces sacado de una película cliché de romance juvenil. —Julie remató.

El pobre chico abrió y cerró la boca varías veces, sin saber qué decir. Estaba tan rojo que en cualquier momento le saldría humo por las orejas.

—Ustedes no tienen compasión de nadie —dijo, con una risita nerviosa.

No pude decir más, ya que escuché a Levi hablar a mi espalda.

—Ahí está tu profe. —Julie saludó a Levi moviendo los brazos en su dirección

Yo fui hacia dónde estaba con el resto de la gente. Me paré y al primer vistazo que le eché, no pude evitar pensar en lo que dijo Julie anoche.

Él tenía los ojos en una carpeta en sus manos.

—Creo que ya estamos todos, así que nos podemos ir. —Levantó la mirada y repasó a todo el mundo deteniéndose unos segundos en mí. Yo sonreí y él me guiño en respuesta.

Empezamos a caminar hacia una zona más apartada, pero yo me tuve que detener en la escuela a cambiarme. Ya que todo el mundo traía su traje de surf puesto, menos yo. Así que, luego de cambiarme fui hacía al área en que estaban.

Al llegar pude ver que había una fila de tablas en el suelo, y al lado de cada una había una persona parada.

—Únete al grupo, Lilisent. Colócate al lado de una tabla, por favor. —Me moví hacia dónde me indicó.

Las tablas eran más grandes de lo que imaginaba, lo cual tenía una explicación que Levi dió. Al parecer es el tipo de tabla que debes utilizar cuando eres principiante. El tamaño te dará más estabilidad y te será más fácil ponerte de pie en ella.

Luego de eso estuvimos practicando cómo colocarnos sobre la tabla.

—Deslízate un poco más abajo, Lilisent. —Me había corregido. Mis pies tenías que quedar hasta el final de la tabla.

Luego de eso fue remar, que no fue complicado. Era mover las manos como si fueran remos, obviamente mientras estás tumbado baca abajo sobre la tabla.

Y luego vino el infiero. Los tres pasos para pararse sobre la tabla.

Admito que perdí el equilibrio varías veces al pararme, pero es porque lo hacía muy rápido y me iba para los lados. Pero que conste que nos pasó a varios de los nuevos. A la que si le salía de lo más bien fue a la chica que había conocido ayer en la mañana en Surfos. La que llama guapo a Levi, hasta cuando está en clase. La cuestión es que, al parecer ella está entre los que están un poco mas avanzados y ya conocen estos pasos.

Pero aún así tuvieron que hacer lo de pararse sobre la tabla un millón de veces con nosotros. Y cuando digo un millón, no exagero... Bueno, si exagero. Pero, la cantidad de veces que Levi nos puso a repetir ese "uno dos y tres" fue algo insano.

Creo que soñaré con eso toda mi vida.

Hasta que el verano nos vuelva a juntar Where stories live. Discover now